Bertha Fortoul Ollivier, dra. en Educación: “Los buenos docentes marcan la diferencia en lectura, escritura, cálculo, y también en autoestima”

En una charla amena sobre la educación en México, la Dra. María Bertha Fortoul Ollivier compartió su visión con Ticmas, abordando los desafíos y oportunidades del sistema educativo, desde sus orígenes hasta su futuro. Fortoul, con una amplia trayectoria en formación inicial y en servicio de maestros, además de experiencia en gestión de la convivencia y de los aprendizajes disciplinares, reflexionó sobre cómo fortalecer la educación en el país.

“Una súper gran crisis”, inició Fortoul su primera participación para describir el presente educativo latinoamericano y destacó que en México “hablamos mucho de la oferta educativa y la demanda educativa. La oferta educativa es lo que aporta el sistema para que esto opere. Y la demanda educativa tiene que ver con toda la parte de la sociedad. La parte de la oferta tiene crisis y la parte de la demanda tiene crisis, lo cual hace que esta crisis sea doble”.

Además indicó: “Si bien habíamos logrado, como muchos de los países, tener todos los niños dentro del sistema, actualmente ya no lo tenemos. Es decir, no tenemos un solo nivel; ni el nivel de primaria, que es de los seis a los doce años, con todos los niños matriculados”. Y sobre esta triste realidad la especialista aseguró que habla de niños con nacionalidad mexicana sin tener en cuenta la realidad de niños migrantes y/o deportados.

Por otro lado, la Dra. en Educación subrayó que “otra crisis importante tiene que ver con la relevancia social dada a lo educativo. Estoy en un estudio conjunto con Francia en comparación con los sistemas de formación de docentes y queda claro que para los franceses y sus futuros docentes el valor importante de la escuela es la formación de la República, entendida como una formación de la democracia, de la ciudadanía, de la legalidad”. Y planteó: “En nosotros, esa respuesta que estaba en el cuestionario apareció como en el quinto o sexto lugar. Por lo tanto, hay un cuestionamiento importante sobre la escuela y para qué está la escuela y cómo valoramos socialmente a la escuela”.

Además aseveró que: “No estamos orgullosos de ser mexicanos en el fondo y de ser latinoamericanos. En el fondo no hay un orgullo legítimo de ser de donde somos. Por el otro lado, hay una cuestión muy de mucho resentimiento social”.  Para la especialista en gestión de aprendizajes existen “varios Méxicos” en el que “tienen cierta convivencia y ciertos temas que nos vinculan como la Virgen de Guadalupe, la Santa Muerte, el fútbol, la gastronomía”.

E incluso destacó al pensar en esta grieta que atraviesa el país: “El tema de los orígenes de los pueblos originarios. Ya tienen tantos nombres que ya no sabemos cómo llamarlos. Para mí es otro de los temas más folklorizados. El Museo de Antropología me da mucha tristeza. Es un museo precioso en la planta baja, espantoso en la primera planta y al fin y al cabo estás mostrando el mismo pueblo. Claro, pueblos muertos y pueblos vivos. Es decir, yo diría que hay varios Méxicos”.

Durante muchas décadas se planteó a la educación como una verdadera herramienta de ascenso social a la hora de abrir nuevas puertas, sin embargo para Fortoul ese discurso empezó a quedar en “un pasado remoto” donde las investigaciones no hace verdadero foco e incluso planteó: “Yo no sabría a ciencia cierta para qué los padres mandan sus hijos a la escuela. Y también esa pregunta es súper interesante si uno la hace a los docentes ¿Las escuelas primarias para qué? El discurso que dan es un discurso muy estereotipado para formar integralmente la ciudadanía, para que aprendan a leer, para que aprendan a escribir, para que aprendan habilidades sociales, para que socialicen, pero donde tú lo rasques tantito no hay una gran formación al respecto y para mí es una de las grandes deficiencias en la formación magisterial. Si el propio magisterio no tiene clara la escuela ¿para qué?”

Y en esta reflexión, la docente destacó que hay discusiones que requieren de nuevas significaciones: “¿Qué implica ser mexicano? Creo que es una discusión que nunca hemos dado en el fondo, qué implica asumirse orgullosamente mexicanos, más allá de los clichés. ¿Qué implica la lectoescritura? ¿Para qué el cálculo? ¿Para qué las ciencias? ¿Para qué? Yo creo que esas grandes discusiones no están en ningún lado. Un poco en el nivel universitario, yo creo que un nivel que se siente muy confrontado ahorita es la media superior, es decir, los que tienen entre 15 y 18 años”.

“En la reforma de la nueva escuela mexicana hay una respuesta política dada que no necesariamente la avala el magisterio”, planteó Fortoul y subrayó que existe una sensación de caos en el que: “Hay gente que no compartiría la ideología con la cual está montado [el nuevo plan], pero habrá gente que sí compartía la ideología y que se ha dado cuenta que no hay forma de operarlo”. Y reflexionó: “El otro día estaba calculando cuántas reformas he visto pasar en mi vida. Llevo más de cuarenta años de docente, he visto pasar más de diez. Eso te habla de la reformitis que tenemos”.

Fortoul ejerce la docencia desde hace más de cuatro décadas y aseguró que no es posible un verdadero cambio “mientras sigamos teniendo una visión tan política de lo educativo y no una visión de Estado y de una formación y un compromiso con las personas”. También reflexionó que no solo se trata de poner al alumno en el centro sino: “Yo diría pongamos a docentes y estudiantes al centro, porque es el vínculo docente-estudiantes lo que forma dónde se da el aprendizaje. Y entonces bajo ese vínculo no es la enseñanza al centro, no es el aprendizaje al centro, es el vínculo al centro. Muchas de las reformas están basadas en una visión de la que yo llamaría la ‘pedagogía negra’. Es decir, la versión anterior es mala, malísima, y lo que yo te propongo es lo bueno. Entonces, todo el tiempo estamos en un esquema de malos y buenos”.

“En uno de los regímenes pasados, me tocó participar a finales de los ochentas, principios de los noventas, en una evaluación nacional. Para mí fue una de las experiencias más impresionantes de conocimiento de la educación del país, porque me tocó conocer setenta escuelas en el estado Hidalgo, que si lo ubicas no es uno de los grandes estados del país”, contó la Dra. en Educación sobre este proyecto que fue financiado por el Banco Mundial. Sin embargo, aseguró: “Creo que si lo iría a conocer hoy, hay muchas cosas que han cambiado, que eso es lo más triste, es decir, lo que ya veíamos en las zonas marginalizadas de ese estado, lo seguiríamos viendo”.

A la hora de cerrar la charla, saliendo de la visión de crisis, Fortoul celebró: “Yo creo en el poder del docente. Mi buena noticia es que los docentes marcan la diferencia y he visto docentes que en serio marcan la diferencia; marcan la diferencia en escritura, en lectura, en cálculo, pero también en autoestima, pero también en autonomía. Creo en el docente y creo en la escuela, si no ya hubiera dejado de trabajar en este campo. Es decir, llevo ya muchos años”.

Y señaló:  “Creo que el docente y los vínculos con las familias son el gran espacio educativo. Creo en la posibilidad del docente y en la posibilidad de la educación. Creo que otra cosa que nos ha enseñado la crisis es el potencial de las pequeñas experiencias. Esas pequeñas experiencias que en contextos acotados de una escuela, de un grupo, posibilitan cosas. La apuesta está ahí”.