El Aprendizaje Basado en Preguntas para la Comprensión (ABPC) es una metodología pedagógica que busca promover un aprendizaje activo y reflexivo a través de la formulación de preguntas que conecten los contenidos académicos con la vida cotidiana. A diferencia de otros métodos, el ABPC se enfoca en estimular la curiosidad de los estudiantes, incentivando la creación de preguntas significativas que permitan una comprensión más profunda de los temas abordados.
El Observatorio del Tec de Monterrey exploró la importancia de esta metodología en un artículo escrito por el chileno Luis Andrés Villalón Vega, quien fuera reconocido en 2020 como uno de los “10 jóvenes emprendedores sociales más innovadores de Chile”. Villalón examina cómo el ABPC puede aplicarse para enseñar sobre inteligencia artificial (IA) en las aulas, resaltando la necesidad de que los estudiantes no solo aprendan sobre la tecnología, sino que también la cuestionen y comprendan sus implicancias éticas, sociales y laborales.
En lugar de proporcionar respuestas cerradas, el enfoque del ABPC busca que los estudiantes formulen preguntas que fomenten el pensamiento crítico. A través de este proceso, los alumnos son capaces de explorar cuestiones complejas, como los efectos de la IA en el futuro del trabajo o el impacto de los algoritmos en la vida cotidiana. Este enfoque no solo facilita el aprendizaje de la IA, sino que también fortalece habilidades cognitivas esenciales para enfrentar problemas complejos en un mundo cada vez más digitalizado.
La IA, una tecnología omnipresente
La inteligencia artificial impacta prácticamente todos los aspectos de la vida moderna, debe ser abordada de manera crítica en las aulas. En este sentido, el ABPC se presenta como una herramienta valiosa, ya que permite a los estudiantes analizar y reflexionar sobre el papel de la IA en la sociedad contemporánea. Por ejemplo, los alumnos pueden preguntarse cómo los algoritmos de recomendación influyen en sus decisiones cotidianas, desde qué series ver en plataformas como Netflix hasta qué productos consumir en tiendas online.
Además, este enfoque se adapta a diferentes niveles educativos, desde la educación básica hasta la universitaria. En sus clases, ha integrado preguntas sobre la IA que buscan despertar la curiosidad y el interés de los estudiantes. Algunas de las preguntas que menciona incluyen: “¿Cómo crees que los asistentes virtuales como Alexa o Siri aprenden a comprender y responder a tus preguntas?” o “¿Pueden estas inteligencias artificiales aprender sin datos proporcionados por los humanos?”. Estos interrogantes no solo promueven el debate en clase, sino que también ayudan a los estudiantes a conectar la tecnología con su vida cotidiana y a reflexionar sobre su impacto.
Por otro lado, es central el rol de los docentes. Los educadores deben no solo enseñar los aspectos técnicos de la IA, sino también crear un espacio donde se discutan sus implicaciones éticas y sociales. De esta manera, los profesores pueden guiar a los estudiantes en la formulación de preguntas que vayan más allá del uso práctico de la IA, cuestionando, por ejemplo, cómo los sesgos en los algoritmos pueden afectar decisiones importantes, como la contratación de personal o la concesión de créditos.
Un aspecto clave del ABPC es su capacidad para fomentar el trabajo colaborativo. En el proceso de formular y responder preguntas, los estudiantes deben interactuar, compartir ideas y construir conocimiento de manera conjunta. Este enfoque no solo enriquece el aprendizaje individual, sino que también promueve el desarrollo de habilidades interpersonales y el pensamiento crítico en contextos grupales.
Un enfoque que puede mejorar
Sin embargo, todavía hay áreas en las que la implementación del ABPC podría mejorar. Entre las principales dificultades que ha identificado, menciona la necesidad de contar con más recursos educativos y herramientas tecnológicas que apoyen la enseñanza de la IA. También destaca la importancia de brindar un apoyo continuo a los docentes para que puedan enfrentar los desafíos específicos que presenta la enseñanza de esta tecnología en las aulas.
En este sentido, Villalón hace un llamado a otros educadores a adoptar el ABPC en sus clases, especialmente cuando se trata de enseñar sobre inteligencia artificial. Sostiene que, en una era donde la IA tiene un impacto cada vez más significativo en la sociedad, es esencial que los estudiantes no solo comprendan cómo funciona, sino que también desarrollen la capacidad de cuestionarla críticamente. De este modo, podrán enfrentar de manera más informada y ética los desafíos que esta tecnología presenta en el futuro.