Leandro Swietarski: “Los celulares son un gran igualador en el aprendizaje de los estudiantes”

En diálogo con Ticmas, el experto en educación tecnológica analiza el rol de los celulares en las aulas, enfatiza la importancia de un uso proactivo de la tecnología y plantea la necesidad de capacitar a los docentes para adaptarse a los desafíos del entorno digital

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Leandro Swietarski
Leandro Swietarski

Los debates actuales sobre el uso de celulares en las aulas proponen una situación antagónica: unos los consideran un factor estresor o una mera distracción, otros defienden su potencialidad inédita en el aprendizaje. Leandro Swietarski es un especialista en educación tecnológica. En 2016, fundó de TecnoKids, una empresa dedicada a la enseñanza de habilidades digitales que lideró hasta 2021. Actualmente, lleva adelante el rumbo de una compañía de marketing digital, pero siempre se mantiene vinculado a la discusión sobre la tecnología en la educación.

En diálogo con Ticmas, Swietarski abordó varios temas clave en relación a la articulación de la tecnología en la enseñanza: desde el acceso al conocimiento hasta la formación de los docentes en competencias digitales, pasando por el diálogo entre escuela y familia, y el uso responsable y proactivo de las pantallas.

—La tecnología —dijo— y los celulares específicamente son un gran igualador entre los estudiantes. Es cierto que hay dispositivos con diferentes potencias, diferentes capacidades, diferentes velocidades de conexión; hay mejores y peores sistemas operativos. Pero, al final del día, lo que puede hacer la computadora de Bill Gates y la de Elon Musk es exactamente lo mismo que lo que puede hacer un chico con un celular en una villa en cualquier lugar del mundo. Antes de que existieran internet y los celulares, necesitabas que una persona te enseñara una habilidad y, si esa persona no estaba cerca, vos no tenías acceso a esa información. Hoy en día, con los celulares no solo se puede crear y programar y desarrollar cualquier tipo de herramientas, sino que te permite aprender de los temas que quieras. Hoy en día, gracias a YouTube y los sitios de las universidades más prestigiosas, está repleto de contenido gratuito para el cual, como decía antes, no hace falta más que un dispositivo y una conexión a internet.

¿Por qué?

—Porque todo se fue simplificando. Antes solo tenías acceso si la persona que sabía estaba a tu alrededor. Después, si tenías una computadora. Después, si tenías internet. Hoy estamos en un momento donde el acceso está completamente simplificado. Ya no hay nadie en el mundo que quiera tener un dispositivo y no lo pueda tener por un tema económico. Ya no hay nadie en el mundo que quiera conectarse a internet y no lo pueda hacer por un tema económico. Hoy, con un celular, estás igualado a cualquier persona del mundo para formarte, educarte, aprender de la manera en la que vos quieras.

La imagen de una clase histórica tradicional vs. una clase potenciada por tecnología (Imagen Ilustrativa Infobae)
La imagen de una clase histórica tradicional vs. una clase potenciada por tecnología (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Cuál es el rol de la escuela en el uso responsable de la tecnología?

—La escuela es responsable de una parte; la otra, es responsabilidad de las familias. La escuela puede hacer el mejor trabajo del mundo, pero, si el chico llega a casa y los papás miran el teléfono todo el tiempo y no los escuchan o cortan los momentos de juego para mandar un mensaje, él aprende eso. Si los chicos nos ven todo el día con el teléfono, no importa cuánto les digamos que no tienen que usarlo, lo van a querer usar. En el caso específico de las escuelas, hay una obligación académica de enseñarles diferentes herramientas. Lo que más deberían hacer foco los docentes —y también los padres— es en una estimulación de la tecnología de forma proactiva y no de forma reactiva.

¿Qué significa?

—La forma reactiva es cuando los chicos ven cómo juega otra persona, por ejemplo. Es un uso donde el cerebro no se pone en pausa. El chico recibe un montón de estímulos de la pantalla del celular y no le genera nada. No estoy diciendo que los chicos no puedan ver televisión, dibujitos, series, programas. Está perfecto en un tiempo equilibrado, pero si es lo único que van a hacer está mal. El otro uso, que es más interesante y ayuda a un mayor desarrollo cognitivo, tiene que ver con el uso proactivo de los celulares: usar la pantalla para cosas donde vos uses la cabeza. Hablo de cosas que los chicos pueden hacer en la escuela: programar un juego, investigar, armar, editar. Ahí sí estás usando el cerebro, lo estás ejercitando. Siempre se dice que el equivalente del cerebro a un brazo que levanta pesas es aprender a programar o a usar el cerebro de forma proactiva porque cuando estás creando algo, hacés el ejercicio muscular para desarrollar aún más tu capacidad cognitiva. Hay un informe del MIT que muestra cómo la programación potencia el pensamiento hasta de estudiantes que no siguen carreras técnicas.

Un docente debe contagiar pasión; y, para eso, debe perder el miedo (Imagen ilustrativa Infobae)
Un docente debe contagiar pasión; y, para eso, debe perder el miedo (Imagen ilustrativa Infobae)

¿Qué habilidades deben tener los docentes ante la irrupción de los celulares y la tecnología en el aula?

—Bueno, este es un temón porque, creo que, por primera vez, en la historia educativa, se da que los docentes se encuentran en una situación donde ellos saben que saben menos que los chicos y que los estudiantes saben que saben más que los docentes.

Entonces ¿cómo debería ser la formación?

—Es urgente que la formación de los docentes incluya el uso de tecnología. Tienen que saber cómo usarla, cómo enseñarla, pero, sobre todo, tiene que hacer es contagiar la pasión. Un docente debe contagiar pasión; y, para contagiar la pasión, tiene que estar apasionado; y, para estar apasionado, le tiene que gustar; y, para gustarle, no tiene que tener miedo. La situación actual es que, en gran medida, los docentes van a las materias de tecnología con bastante temor por lo que decía al principio: se sienten en inferioridad de condiciones. Pero, si un docente se apasiona y logra contagiar esa pasión en los chicos, todo fluye más naturalmente. Cuando un chico aprende de todo lo que es capaz de hacer y de crear, él mismo considera que tiene superpoderes, que puede hacer cualquier cosa y decide que, en el tiempo diario de uso del dispositivo, va a usarlo para construir y no para consumir.

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