La discusión sobre la pertinencia de los celulares en la escuela parece condenada a una oscilación perpetua de aproximación y rechazo. En estos días, algunas jurisdicciones han anunciado una regulación del uso en los ambientes educativos. Con voces a favor y voces en contra, el tema se impuso en la agenda educativa. ¿Cómo comprender las implicancias y efectos? ¿Cómo evaluar la medida en un momento en que los dispositivos se han convertido en una realidad continua?
Cristina Rodrigues, directora del área de Tecnología Educativa en la Secretaría de Educación y Empleo de la Municipalidad de Vicente López, es una referente en la implementación de tecnologías digitales en la educación. Con más de una década de experiencia en el desarrollo de programas innovadores como TED Entramar, ha impulsado políticas de alfabetización digital que buscan democratizar el acceso a la tecnología en las escuelas de su municipio. Rodrigues cuenta con una sólida trayectoria académica y profesional, que incluye estudios avanzados en Ciencias de la Educación y una destacada participación en proyectos internacionales de educación y tecnología.
En esta entrevista, Rodrigues reflexiona sobre el papel de la tecnología en el aula, destacando las oportunidades que ofrecen los dispositivos móviles para el aprendizaje y la necesidad de un enfoque responsable y colaborativo entre docentes y familias. Aborda la importancia de la capacitación continua de los docentes para maximizar el potencial de las herramientas digitales, y comparte los aprendizajes obtenidos en Vicente López a través de programas que integran la tecnología en todos los niveles educativos. Además, plantea la relevancia de diseñar entornos pedagógicos adecuados que promuevan la autorregulación y el uso ético de la tecnología por parte de los estudiantes.
—¿En qué condiciones, la tecnología (en particular, el celular) puede funcionar como una herramienta de igualación para el aprendizaje de los estudiantes?
—No cabe duda de que los entornos culturales contemporáneos están transformando nuestras formas de interactuar, en gran parte gracias a las tecnologías digitales. Los dispositivos móviles y los teléfonos inteligentes se han vuelto parte integral de nuestra vida cotidiana, superando cada vez más a las computadoras tradicionales que solían ser comunes en los hogares. En el ámbito de las instituciones educativas, es indiscutible que la tecnología educativa debe ser un componente esencial en los procesos de enseñanza y aprendizaje en todos los niveles. Si una institución tiene acceso a estos dispositivos, es fundamental que se implementen medidas de regulación y resguardo adecuadas, adaptadas a las necesidades y contextos específicos de cada escuela.
—¿Qué ocurre cuando las escuelas no cuentan con recursos tecnológicos o dispositivos digitales?
—En Argentina, la realidad es que tanto las tecnologías digitales como la conexión a Internet no están distribuidas de manera equitativa. Por ello, es crucial reflexionar y desarrollar estrategias que permitan a la escuela contribuir a la democratización de la tecnología. Esto implica la formación y capacitación continua de los docentes para que puedan aplicar enfoques didácticos que maximicen el potencial de estos dispositivos en las prácticas de enseñanza y aprendizaje. Nuestros estudiantes, ya familiarizados con el uso de tecnologías, optimizan sus procesos de aprendizaje mediante su uso, y esto es algo que no podemos permitirnos perder.
—¿Cuál es el rol de la escuela para el uso responsable de la tecnología?
—El impacto de los avances tecnológicos afecta tanto a la escuela como a las familias, ya que influye directamente en las experiencias y trayectorias educativas de los estudiantes. En este contexto, la labor de educar en el uso responsable de la tecnología debe ser compartida entre docentes y familias. El debate y la reflexión sobre el uso adecuado de la tecnología deben comenzar en las aulas, fomentando un espacio de diálogo con nuestros estudiantes sobre lo que podemos y debemos hacer. En el caso de los niños pequeños, he implementado este enfoque desde los inicios del uso de Internet con estudiantes de 5 años, conversando sobre lo que es apropiado comunicar, cómo hacerlo y la importancia del cuidado de la imagen al publicar en la web. Incluso abordamos aspectos básicos, como los protocolos de comunicación en línea. Con los jóvenes, es fundamental generar entornos de confianza, promover procesos de deliberación, proporcionar ejemplos claros, y reflexionar tanto sobre las oportunidades como sobre los riesgos que conlleva el uso de dispositivos, sin descartar la posibilidad de restringir su uso cuando sea necesario debido a un mal uso.
—¿Cómo debería ser la relación con las familias?
—Es esencial mantener una relación de colaboración. Debemos dar a conocer los protocolos de implementación e incorporación de tecnologías educativas, y abrir espacios para compartir reflexiones y debates sobre este tema. Acompañar a las familias a través de webinars, charlas y otras actividades formativas es clave, especialmente ante desafíos como el uso excesivo de pantallas en niños pequeños o los riesgos asociados a las apuestas en línea y la ludopatía infantil. Por ello, es fundamental que los docentes podamos formarnos y capacitarnos continuamente en el uso de tecnologías digitales, para poder acompañar a las familias y crear espacios de reflexión que aborden tanto las ventajas como las desventajas de su influencia en las prácticas escolares.
—Vicente López tiene una larga tradición en tecnología educativa: ¿qué aprendizajes han hecho, en torno al uso de dispositivos en el aula?
—El debate actual me recordó una nota que Infobae me hizo el año pasado, cuando el Ministerio había emitido una resolución que prohibía el uso de dispositivos tecnológicos en las escuelas. En ese entonces, estábamos recibiendo computadoras del Programa Conectar Igualdad y trabajando con aulas virtuales en la secundaria. Sin embargo, nos dimos cuenta de que los estudiantes estaban perdiendo oportunidades clave de aprendizaje. Al ingresar al primer año, ya no podíamos implementar nuestras clases de la misma manera que en años anteriores.
—¿Qué hicieron?
—En ese momento, nuestro secretario nos autorizó a utilizar los dispositivos, siempre bajo un protocolo de uso responsable, con un entorno pedagógico cuidadosamente diseñado, y fomentando la autorregulación tanto en docentes como en estudiantes. Hoy tenemos una amplia variedad de herramientas y recursos tecnológicos, que nos permite enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje. Nuestros estudiantes utilizan diversas plataformas digitales en sus recorridos de aprendizaje. Tenemos programación y robótica desde las salas de 3 años, y hemos implementado el cuaderno digital en los jardines maternales. Los dispositivos digitales forman parte integral de nuestros Entornos Tecnológicos de Integración Digital (ETID). Las dimensiones del diseño de integración del área de Tecnología Educativa (TED) en los ETID, visualiza un entorno que contiene y refleja una práctica con oportunidad para los recursos situados y a la vez con toda la tecnología que nos da la posibilidad de un aprendizaje ubicuo.
—¿Cómo es el enfoque con el que trabajan la tecnología?
—Incorporamos metodologías activas con enfoque STEM, que nos permite trabajar el pensamiento en diseño, la resolución de problemas y el aprendizaje basado en proyectos, donde los estudiantes pueden evidenciar su pensamiento y aprender durante el proceso. El enfoque educativo que promovemos fomenta en nuestros estudiantes una actitud activa hacia el aprendizaje y les permite desarrollar conocimientos aplicables en la práctica. Valoramos los recorridos de aprendizaje personalizados, motivando a los estudiantes con una amplia gama de herramientas que les permiten adquirir habilidades y competencias para toda la vida. Asimismo, buscamos que integren la cultura digital en la construcción de una educación de calidad, que tenga como pilares el valor académico y la educación emocional.
—¿Cómo han preparado a los docentes en el aprendizaje mediado por la tecnología?
—Estos recorridos se articulan a través del área de Tecnología Educativa, cuyo eje principal es la incorporación de recursos y herramientas tecnológicas, adaptadas a cada nivel educativo mediante la creación de parques tecnológicos diferenciados. El proceso cuenta con el apoyo de un equipo técnico-pedagógico que incluye la dirección del área a mi cargo y un Coordinador TED por cada nivel con referentes TED en todas nuestras instituciones. Estos referentes TED brindan apoyo a los docentes en la implementación, integración, contextualización y apropiación de los recursos tecnológicos, en consonancia con las metodologías didácticas y pedagógicas adecuadas. Un elemento clave de este enfoque es nuestro portal de tecnología educativa digital, ENTRAMAR, que acompaña y documenta nuestras experiencias a través de publicaciones. Otro pilar fundamental es la capacitación docente continua, que se ofrece tanto de manera presencial, situada como a través de modalidades virtuales mediante las aulas virtuales AVE. Es un acompañamiento constante para docentes y estudiantes, fortaleciendo su desarrollo en el ámbito digital.
—¿Cuáles son las habilidades en las que hacen foco?
—Hemos venido trabajando en un marco de alfabetización digital que abarca desde el nivel inicial hasta adultos mayores. El enfoque se basa en la implementación de procesos de enseñanza y aprendizaje que integren tanto habilidades y competencias digitales como contenidos disciplinares, bajo la coordinación del área de Tecnología Educativa (TED) y su alineación con el enfoque STEM. El objetivo es preparar a los estudiantes para convertirse en ciudadanos digitales responsables, capaces de utilizar la tecnología de manera efectiva, segura y ética, tanto en su vida cotidiana como en su proceso educativo. Y las habilidades y competencias clave que se consideran en esta evaluación se organizan en torno a cuatro ejes fundamentales: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser, aprender a ser con otros.