Cursar la preparatoria es una experiencia gratificante en la que se mezclan el aprendizaje, nuevos amigos y el paso por la adolescencia media, de los 14 a los 18 años. Si ya es una etapa compleja de atravesar, tener una grave enfermedad complica aún más las cosas.
Esa es la historia de Leonel Alberto Casillas Muñoz, un joven que desde Ecatepec, Estado de México, tuvo el profundo coraje y fortaleza de cursar sus estudios de educación media superior mientras lidiaba con un tumor canceroso en el cerebro.
Cuando iba a entrar a la preparatoria, fue diagnosticado con un germinoma supraselar. De acuerdo con el St. Jude Children’s Reaserch Hospital, este tipo de quistes son tumores generalmente cancerosos que surgen en la región pineal o supraselar del cerebro. Sin embargo, el joven pudo anteponerse a los malestares y, con ayuda de su familia, decidió continuar con su preparación estudiantil.
La historia de Leonel Casillas
Siendo el menor de tres hermanos, Leonel siempre destacó por su habilidad para resolver cubos de Rubik, tocar instrumentos como la guitarra y la batería y practicar deportes.
En 2020, su vida dio un giro drástico cuando ingresó a la Prepa 2 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fue diagnosticado con un germinoma supraselar. Después de un trajinar en hospitales en busca de segundas opiniones, la neoplasia fue extirpada, pero Leonel tuvo que someterse a sesiones de quimio y radioterapia.
El tratamiento le dejó estragos: retraso en su desarrollo físico, problemas en la memoria a corto plazo, daño renal, ceguera y un historial médico complejo. Sin embargo, gracias al apoyo de sus padres y tras meses de convalecencia, tratamientos, terapia y mucha voluntad, Leonel retomó fuerzas para adaptarse a sus nuevas circunstancias. Fue entonces cuando ingresó al Centro de Atención Integral para la Discapacidad Visual (CADIVI), del Hospital de la Luz, donde adquirió herramientas para ser autosuficiente en su día a día.
Pese a los desafíos, volvió a la preparatoria y se integró al equipo universitario de Deporte Adaptado (ADAUNAM). En el Centro de Atención Integral aprendió a manejar la computadora con braille ya usar el bastón, lo cual le permitió integrarse mejor a sus actividades diarias. “Todavía no soy perfecto, aunque he avanzado en comparación a cómo estaba antes“, confesó Leonel.
Leonel , o Leo como prefiere que lo llamen, asiste a clases, toma notas y entrega tareas de forma adaptada, ya sea en audio o video. Esther Muñoz, su madre, ha sido un pilar fundamental. “Leonel, ¿qué vamos a hacer?“, le preguntó su madre tras reprobar un año debido a los tratamientos. La respuesta de Leo fue contundente: “Perdí un año escolar mamá, pero gané uno de vida. No te preocupes“, compartió en una entrevista con la UNAM.
Su actitud positiva permitió que Esther se enfocara en respaldar a su hijo para que se volviera independiente, incluso en los momentos más difíciles.
Después de la enfermedad viene la calma... y los triunfos
El pasado febrero de 2024 , Leo fue uno de los cinco estudiantes de bachillerato de la UNAM que recibió la medalla Bernardo Quintana Arrioja 2023 en la categoría Valor, un reconocimiento otorgado a jóvenes destacados en la universidad.
“Me hace feliz compartir este logro con mi familia. Sin ellos esto no hubiera sido posible“, declaró Leonel con orgullo a la institución. Durante la ceremonia, Leo se sorprendió al escucharse descrito antes de recibir la medalla de manos del rector Leonardo Lomelí Vanegas .
El cubo de Rubik ha sido un elemento significativo en la vida de Leo. En marzo, gracias a su habilidad para armar este rompecabezas tridimensional, su maestra de matemáticas lo invitó a representar a la Prepa 2 en el 27 Congreso Preparatoriano de las Ciencias . En palabras de Leo: “Me pidió que armara un cubo durante su presentación, pues no consiguió a nadie que supiera hacerlo. Era algo que no podía rechazar“. Leo realiza esta tarea enfocándose en las texturas en lugar de los colores.
Leo vive cada día al máximo, consciente de que su camino será siempre acompañado por su familia y sus profesores. Al concluir el bachillerato, planea tomarse un tiempo para decidir su siguiente paso y prepararse para una vida más independiente.
“Esto se acabará cuando tenga que hacerlo y lo sabemos los dos. Le he comentado a Leo que no todo está dicho, que todavía está en vigilancia, pues quedó con un montón de problemas médicos”, aseguró su madre.
La historia de Leonel es un ejemplo contundente de superación y resiliencia. En palabras del joven: " Lo veo como una forma de responderle a mis papás que, a diario, me dan una oportunidad. Gracias a ellos ya mis profesores terminé la prepa. A las nuevas generaciones les diría: aprovechen la oportunidad de estudiar “.