En México, tres de cada 10 personas enfrentan problemas de salud mental, y un dato alarmante es que más del 60% de ellos no reciben ningún tratamiento adecuado, de acuerdo Esta situación es especialmente preocupante en la población de adolescentes, donde se ha registrado un incremento significativo en problemas de salud mental, según Cimenna Chao Rebolledo, doctora en Psicología Educativa y del Desarrollo por la UNAM, maestra en Psicobiología en la Facultad de Psicología de la UNAM, así como en Psicología en la New York University.
La especialista, que también es titular de la Dirección General de Planeación Estratégica e Innovación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, subrayó en entrevista que el suicidio en jóvenes de 10 a 19 años ha aumentado drásticamente en los últimos cinco años. A la par, la percepción de bienestar emocional en la juventud ha decaído considerablemente desde 2018, situación que contradice la lógica de generaciones pasadas. A nivel mundial, este deterioro en la salud mental se ha agravado después de la pandemia de COVID-19.
Chao Rebolledo habló con Infobae de la salud mental de los jóvenes, sobre el impacto de factores estresantes en la vida diaria, así como la autopercepción y cuáles son las estrategias a seguir para abordar estas problemáticas, tanto en México, Latinoamérica y el mundo entero.
Deterioro del bienestar en jóvenes
El incremento de problemas emocionales como la ansiedad y baja autoestima, junto con el consumo de sustancias psicoactivas y la violencia, son factores que deben preocupar a la sociedad mexicana. Chao destacó: “El aumento de la violencia en general en el país, y específicamente en las escuelas, está afectando seriamente la salud mental de los jóvenes”.
Además, los docentes y las instituciones educativas no estaban preparados para enfrentar esta crisis. La investigadora de la Universidad Ibero recalcó que en el Plan de Estudios de Educación Socioemocional iniciado en 2017 en México, se intentó introducir habilidades emocionales y de bienestar desde edades tempranas, pero estos esfuerzos no han sido suficientes. Chao añadió que las escuelas se “quedaron cortas” en términos de formación docente, por lo que la implementación práctica de la educación emocional quedó a medias.
Sin embargo, el fenómeno no se limita a México, sino que se refleja en un deterioro general de la salud mental de los jóvenes a nivel mundial. Investigaciones del Banco Mundial respaldan esta percepción, mostrando una bajada drástica en el bienestar emocional de los jóvenes, especialmente desde el post-COVID, un periodo que ha desnudado nuevas realidades sobre lo que pasa en el cerebro y las emociones de esta población.
Este cambio es aún más preocupante si se considera que “tradicionalmente, los mayores niveles de percepción de bienestar emocional y de satisfacción con la vida se encontraban en la niñez y la juventud, así como en la adultez mayor, después de los 60 años”, subrayó Chao. Hoy en día, dichas estadísticas muestran un declive que comienza en la juventud, una situación contraria a las observaciones de décadas anteriores.
De acuerdo con un artículo de la revista Scientific American, la curva en “U” de la felicidad se mantuvo por décadas teniendo picos en la juventud y la vejez -y recalcando el declive en la mediana edad-, sin embargo, un nuevo estudio de David Blanchflower, profesor de Economía en el Dartmouth College, y sus colegas sugiere que este patrón en forma de joroba en la infelicidad ha sido reemplazado por una línea gráfica que revela una disminución constante de la infelicidad con la edad.
En el estudio publicado desde la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), los especialistas señalaron que, del 7% de quienes reportaron 30 días de mala salud mental (donde el estrés, la ansiedad, depresión y problemas emocionales son los protagonistas), un 11% son mujeres jóvenes. En el artículo de la revista retoman una declaración de Carol Graham, investigadora principal de Brookings Institution cuyo trabajo se centra en el bienestar, en la que reconoce la gravedad de este hallazgo. “Nunca pensamos que el punto más bajo se dé en la juventud”, afirma. “Es cuando las personas están apenas comenzando sus vidas. No debería ser cuando están más ansiosas, más deprimidas y sin esperanzas para el futuro. Hay algo profundamente mal allí”.
Precisamente este enfoque es el que recalcó Cimenna Chao Rebolledo y consideró a la educación como un área crítica para abordar esta problemática. Chao recalca que “las escuelas no estaban del todo preparadas para enfrentar esta situación”. Aunque México implementó en 2017 un plan de estudios enfocado en la educación socioemocional, las cifras actuales de bienestar emocional sugieren que estos esfuerzos no han sido suficientes. Además, la constante modificación de planes de estudios ha impedido que iniciativas pedagógicas necesarias se consoliden de manera efectiva.
¿Qué afecta la salud mental de las juventudes?
Las cifras del deterioro en la percepción de bienestar son particularmente graves post-pandemia. Según los expertos, la pandemia de COVID-19 no solo empeoró la situación global de la salud mental, sino que reveló una tendencia descendente que ya existía anteriormente. “Muchos lo atribuyeron a la pandemia como fenómeno en sí mismo, pero ahora vemos que los niveles venían cayendo ya desde antes”, dijo Chao Rebolledo recalcando estadísticas como las que ofrece el artículo de Scientific American.
Entre las múltiples causas que afectan la salud mental de los jóvenes, destacan factores emocionales como la ansiedad y la baja autoestima, así como el consumo de sustancias psicoactivas. A su vez, las interacciones sociales conflictivas, como el bullying, que pone a México entre los países con más casos reportados, también inciden negativamente. “Tenemos situaciones de interacción social que están afectando también la salud mental”, explicó Chao.
Además, el consumo exacerbado de información en redes sociales provoca distorsiones de la autoimagen, contribuyendo a trastornos de conducta alimentaria como la anorexia, bulimia, trastorno por atracón, entre otros. Por otro lado, la violencia intrafamiliar y los duelos masivos vividos durante la pandemia también son factores críticos. “Los procesos de duelo, especialmente los vividos en la pandemia, pueden desencadenar problemas de salud mental”, agregó la experta.
La escuela con enfoque preventivo
Desde una perspectiva educativa, Chao aboga por la integración de enfoques preventivos en el sistema escolar: “La escuela tiene que entrar desde la prevención, desde la educación justamente o desde el desarrollo, desde la posibilidad de crecer, de fortalecer competencias y habilidades que nos permitan lidiar con situaciones emocionales adversas”. Se trata de una estrategia que no solo aborde los síntomas cuando ya están manifestados, sino que actúe preventivamente para reducir su aparición.
Cimenna Chao insistió en que la educación emocional debe formar parte integral del programa escolar para promover un desarrollo equilibrado en los niños y jóvenes, y para prevenir trastornos emocionales en el futuro. La especialista añadió que esto implica un ecosistema de competencias y habilidades que apoyan el bienestar emocional, el cual ligó también va de la mano con el bienestar físico.
Además de esta integración, Chao mencionó que es crucial comenzar a hablar sobre el riesgo psicosocial que enfrentan los estudiantes; esto incluye abordar temas como la violencia, el consumo de sustancias psicoactivas y otros hábitos que ponen en peligro el bienestar de los jóvenes. Debido a que este aspecto debe estar presente en todos los escalones de la educación, es necesario recalcar que es adaptativo a las edades y etapas por las que atraviesan los alumnos.
IA y nuevas tecnologías
Cimenna Chao Rebolledo comentó en la conversación con Infobae que desde su aparición, las redes sociales como Facebook e Instagram han evolucionado de simples plataformas de comunicación a poderosos medios que influyen en diversos aspectos de nuestra vida, y que si bien inicialmente “no sabíamos cuáles iban a ser los posibles efectos sociales, cognitivos, emocionales que estos iban a tener”, hoy en día comprendemos mejor sus consecuencias debido a la forma en la que se utilizan y el impacto que tienen sobre la autopercepción , el consumo de información , y el bienestar emocional.
La directora de Innovación Educativa en la Ibero enfatizó que el consumo sin criterio y sin alfabetización crítica puede generar efectos negativos significativos, como el comportamiento habitual de los usuarios que terminen perjudicando en el bienestar social y emocional. Una de las propuestas que sugiere la experta es la necesidad de fomentar una ciudadanía digital responsable. “Es decir, cuáles son las normativas éticas que debería de tener cualquier ciudadano que utilice las redes sociales”, recalcó Chao Rebolledo.
Por otro lado, Cimenna Chao habló sobre el papel que la inteligencia artificial (IA) ha tomado en la sociedad actual. Mientras que el Machine Learning se encarga de hacer sugerencias personalizadas basadas en nuestros hábitos de consumo, la IA generativa permite mantener un diálogo. Y aunque cualquiera de las dos puede ser utilizada como ayudante para estos problemas emocionales en los jóvenes y adolescentes, siempre el problema estará en si se utiliza o no de manera reflexiva y con una alfabetización digital adecuada.
De acuerdo con la especialista, el machine learning puede incluir recomendaciones de compra, viajes y hasta contenido con un enfoque particular, sin que el usuario lo solicite explícitamente, pero esto puede resultar problemático, en casos donde las personas ya se encuentren en situaciones de riesgo. “Por ejemplo, jóvenes que buscan videos de cómo evitar tener hambre... y entonces bueno, si yo estaba buscando eso en redes sociales, lo más probable es que me sigan apareciendo ese tipo de información”. En estos casos, la IA no contribuye al bienestar, sino que amplifica los problemas existentes. En cambio, la IA generativa representa otra dimensión al permitir una interacción dialógica con el usuario, ofreciendo una posibilidad de diálogo y aprendizaje.
Es fundamental que estas nuevas tecnologías se utilicen como recursos complementarios a las prácticas docentes tradicionales, con un marco de alfabetización crítica y reflexión ética. “Es muy temprano todavía para entender cuáles van a ser los efectos”, admite Chao, sugiriendo que solo el tiempo dirá si estas tecnologías tendrán un mayor impacto en el trabajo de los docentes o psicólogos.
México y Latinoamérica sí tienen las herramientas
Finalmente, Cimenna Chao Rebolledo habló sobre que México y los países de América Latina, si bien tienen retos por afrontar, cuentan con diversas fortalezas para lograr un mayor bienestar en la región. ”México y Latinoamérica tenemos una gran fortaleza emocional en muchos sentidos “, dijo enfatizado que las culturas locales permiten expresar las emociones libremente, lo que favorece una mayor flexibilidad emocional y social.
En la entrevista con Infobae, Chao argumentó que las culturas latinoamericanas tienen valores importantes como el de la familia y el sentido de comunidad, factores esenciales para el bienestar social. Al respecto, Chao mencionó que “uno de los puntos clave para el bienestar social es sentir que formamos parte de un grupo que nos aprecia “. Esta pertenencia y reconocimiento ayudan a combatir el sentimiento de soledad y desamparo, brindando una red de apoyo esencial para el bienestar emocional.
Aun así, reconoció que la región también enfrenta retos significativos . La alta incidencia de violencia social es una de los más urgentes, según Chao. La necesidad de generar un clima de cuidado social que garantice la seguridad en escuelas y familias es primordial. " Necesitamos trabajar la violencia social de manera que no sea el común dentro del contexto en donde se desarrollan nuestras infancias y nuestras juventudes “, dijo Chao a Infobae. Recuperar la sensación de seguridad podría disminuir los niveles de estrés y ansiedad entre la población joven.
Otro desafío mencionado es la notable desigualdad socioeconómica. Chao recalcó que “seguimos viviendo en un estado de desigualdad muy polarizada en esta región“, y esto afecta principalmente la percepción de esperanza y bienestar futuro. La falta de acceso adecuado a la educación de calidad, la salud y otros servicios básicos contribuyen a esta situación. La experta sugirió que “en la medida en la que podemos ir cerrando esas zanjas, esas brechas que hay en términos de las desigualdades socioeconómicas, sociodemográficas, creo que vamos a contribuir también al bienestar emocional“.
Un aspecto positivo que destacó Chao es la implementación de la educación socioemocional en el currículum nacional. Comentó que México ha sido pionero en esta iniciativa desde 2017, y varios países de la región como Argentina, Chile y Uruguay han seguido este ejemplo. Para asegurar el éxito de estas iniciativas, Chao consideró imprescindible la formación continua y de alta calidad para los docentes.
“Tendremos que tener docentes con una excelente formación, no solamente en lo conceptual, en lo teórico, sino también con excelentes estrategias de didáctica diferenciada“. Además, aclaró la importancia de una educación sistémica , que involucre no solo a los estudiantes, sino también a las familias, con el fin de crear una misión colectiva de cuidado y prevención del riesgo psicosocial. Es así que Chao concluyó invitando a la nueva administración a dar continuidad y fortalecer las propuestas de bienestar integral establecidas en la Nueva Escuela Mexicana (NEM). Insistió en que estas iniciativas deben ser reforzadas mediante una formación docente robusta y estrategias pedagógicas eficientes.
“Hoy en día contamos con todas las herramientas para implementar la educación socioemocional de manera efectiva. Hay diversos modelos de evaluación y pedagógicos que nos permitirían poner esto realmente en acción “, terminó Cimenna Chao Rebolledo insistiendo en que “no hay excusas para no llevar a cabo estas iniciativas a la práctica educativa y así mejorar significativamente los indicadores de salud mental y bienestar de la región”.