En los últimos años, las mujeres de México y Latinoamérica han ido ganando terreno en las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), sin embargo, aún enfrentan diversos obstáculos. Desde la carencia de referentes femeninos hasta los prejuicios y estereotipos de género, estas barreras limitan su pleno desarrollo y acceso a oportunidades.
De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), hasta 2022 se contabilizaron 494 mil 753 mujeres que estudiaban programas STEM en México, lo que representa un 38% del total de estudiantes de estas carreras. Aunque esta cifra ha aumentado en cuatro puntos porcentuales en los últimos 10 años, el ritmo de crecimiento ha sido insuficiente. Sumado a estos avances escasos, la violencia psicológica en las aulas y el sesgo de género persisten como obstáculos serios al interior de las escuelas y las empresas. Comentarios despectivos y actitudes machistas no solo minan la confianza de las mujeres en carreras científicas, sino que también afectan su perseverancia y desarrollo profesional.
Para profundizar en estas problemáticas, Infobae conversó con Candy Flores-Gracia, quien es bióloga, doctora en ciencias y maestra en comercialización de la ciencia y la tecnología. En la entrevista, Flores-Gracia compartió su perspectiva sobre los desafíos que enfrentan las mujeres dentro del STEM, así como las estrategias y políticas que podrían implementarse para crear un entorno más equitativo y favorable para el desarrollo profesional de las mujeres en estos campos.
Los retos de las mujeres en STEM
Flores-Gracia consideró que entre los factores que afectan el avance y la permanencia de las mujeres en estos campos se encuentra la falta de referentes femeninos en el ámbito científico. “Mientras veamos a más mujeres en el ámbito científico, nosotras como mujeres podemos imaginarnos en una posición similar”, afirmó. La especialista y mentora subrayó que la visibilización de modelos a seguir es crucial para motivar a más personas a seguir estos pasos. Y si bien reconoció que cada vez incrementa la participación femenina en los ingresos universitarios, aún es una cifra deficiente si se habla de roles de liderazgo.
La doctora consideró que la representación no solo funciona como un ejemplo a seguir, sino como una motivación y ejemplo de la resilencia necesaria para llegar cada vez más alto y hacer espacio a nuevas generaciones. Sobre todo, porque para las mujeres las carreras científicas aún están llenas de comentarios despectivos por parte de profesores y compañeros masculinos, quienes ejercen violencia psicológica hacia ellas mencionando que “las mujeres no saben matemáticas” o “estás aquí mientras te casas”. Esta violencia constante afecta la confianza y la perseverancia de las mujeres en estas disciplinas.
Además, existen sesgos de género en el manejo de equipos y la realización de experimentos. Candy Flores-Gracia comentó que, en áreas como la física, donde se utilizan laboratorios con maquinaria, prevalece la idea errónea de que las mujeres no pueden manejar ciertos aparatos o realizar operaciones específicas, ya que “podrían lastimarse” o simplemente “no tener la suficiente fuerza”. En la conversación con Infobae, Flores-Gracia recalcó que las experiencias de maquinaria y experimientos en escuelas ya se ven limitadas por la falta de inversión por parte de las universidades en estos equipos especiales; sin embargo, para las mujeres esto se agrava considerando que pueden perder prácticas importantes para su formación por estos sesgos.
“Esta constante agresión psicológica, constante violencia psicológica constante de ‘tú no perteneces aquí, ¿qué haces aquí?, ¿por qué estás aquí? Mejor ya cásate’. Se vuelve súper complicado seguir. Entonces las mujeres tenemos que ser aún más resilientes, tenemos que tener aún más fuerza para poder mantenernos en estos roles”, sentenció.
Flores también subrayó que a todo lo anterior se le suman los desafíos adicionales que ya se tienen como mujer en México o Latinoamérica, como la inseguridad al trasladarse a la universidad, al permanecer en sus instalaciones hasta tarde, a sufrir situaciones de acoso en espacios públicos y privados, entre otras cuestiones.
La maternidad y la ciencia
En el entorno académico, la maternidad también se presenta como uno de los principales desafíos que enfrentan las mujeres científicas. Según Candy Flores-Gracia, las evaluaciones realizadas por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) no suelen proporcionar el tiempo necesario para que las mujeres puedan equilibrar su carrera profesional con las demandas de la maternidad. Aunque algunas organizaciones otorgan periodos adicionales para cumplir con ciertos objetivos o evaluaciones, este tiempo no siempre es suficiente para cubrir el lapso necesario de cuidado y atención a los hijos. “El embarazo dura nueve meses, y el tiempo necesario para cuidar a un recién nacido es mayor”, expresa la científica.
Este desafío se agrava debido a la sobrecarga de responsabilidades domésticas que típicamente recaen en las mujeres. Según las cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres hacen 2.5 veces más trabajo doméstico que el que realizan los hombres, pese a que ambos tengan alguna ocupación profesional o el mismo grado de estudios. En ese sentido, Flores-Gracia citó el estudio Género, movilidad y proporción de los padres en los viajes diarios con y para niños: una comparación del uso del tiempo entre países, publicado en la Revista de Geografía del Transporte, en el que se demostró que los patrones de movilidad de hombres y mujeres profesionales son significativamente diferentes. Mientras que los hombres suelen desplazarse principalmente entre el hogar y el trabajo, las mujeres deben balancear su tiempo entre múltiples roles, como llevar a los niños a la escuela, después a actividades extraescolares y gestionar otras responsabilidades del hogar. La doctora Candy recalcó: “Es evidente que la crianza se vuelve aún más complicada para las mujeres, ellas van y vienen entre múltiples ubicaciones, mientras los hombres tienen un recorrido directo entre sus propios intereses”. De no tener una pareja, Flores-Gracia consideró que es necesario contar con un círculo de apoyo para ejercer la maternidad y la carrera profesional sin problemas. Sin embargo, esto no siempre es fácil y requiere visibilidad y reconocimiento de aquellas que han logrado este equilibrio.
Otra dimensión importante es la colaboración en pareja dentro del ámbito académico. Flores-Gracia destacó la importancia de tener una pareja que comparta las responsabilidades de forma equitativa. “El reto sigue siendo encontrar una pareja realmente deconstruida que entienda que la crianza es una responsabilidad compartida”, expresó. En el caso de parejas académicas, usualmente el hombre es quien emprende primero el doctorado, mientras que la mujer se retrasa para atender las demandas de la maternidad, según señaló la experta en la conversación con Infobae. Y planteó una pregunta crucial: “¿Cuántas de estas mujeres académicas se visibilizan para demostrar que es posible conciliar la maternidad con una carrera profesional?”.
Educación científica desde temprana edad
México enfrenta un déficit significativo en la educación, particularmente en el ámbito de las ciencias y las matemáticas, según expresó Candy Flores-Gracia y sugirió que esta brecha educativa es multifactorial y abarca desde la desnutrición infantil hasta la falta de profesores apasionados por enseñar dichas disciplinas. “Un niño con desnutrición evidentemente no puede aprender; de la misma forma, cuando una persona no tiene interés en lo que está enseñando, es muy difícil hacer que otros conecten con el tema”, dijo resaltando la complejidad del problema educativo en el país.
“Es importante que nos involucremos en las ciencias desde pequeños, porque además esa es la manera en la que analizamos el mundo y lo entendemos y generamos hasta nuestros propios prejuicio. Pero también es igual de importante que tengamos personas en la academia: profesoras y profesores que estén igual de involucrados con los temas”, recalcó.
Agregó que de la misma forma, es difícil tener un terreno integral en la educación debido a las constantes modificaciones en los planes de estudios. Además, la doctora señaló que el método de enseñanza de matemáticas, física, biología por separado, es uno de los factores que puede ocasionar distancia entre las alumnas y el STEM, pues deberían ser impartidas como materias conectadas que explican y exploran el universo. Sin embargo, reconoció que este tipo de educación sería más factible si los grupos de estudiantes fueran más reducidos, máximo 15 alumnos y no de 30 a 40 (como hasta ahora se hace), pues así se tendrían mayores oportunidades de seguimiento personalizado, elaboración de experimientos e incluso de implementar métodos divertidos para los estudiantes.
“Con grupos grandes se vuelve prácticamente imposible la experimentación por la cantidad de niños que tienes. Se convierte en ‘yo hago el experimento y ustedes observan’, pues eso no es divertido y eso te puede desmotivar”, comentó.
Mentoras para escalar la brecha
Según Candy Flores-Gracia, muchas empresas han comenzado a buscar la paridad de género como un primer paso. Sin embargo, advierte que “eso no soluciona nada”. Para avanzar realmente, es esencial que las empresas no se limiten a reclutar más mujeres, sino que también les ofrezcan oportunidades reales de crecimiento profesional. Uno de los principales desafíos es la carga cultural que aún prevalece dentro de las organizaciones, especialmente en el caso de mujeres en proceso de maternidad. Flores-Gracia señala que “salir temprano del trabajo para cuidar de un niño enfermo aún es visto como una barrera”.
La necesidad de mentoras dentro de las empresas es otro punto crucial. Flores-Gracia destacó que “las mentoras en posiciones similares pueden ayudar a las mujeres a imaginarse en esos roles y a entender qué tipo de cosas podemos hacer”. Mencionó que tanto en la educación como en las empresas es imprescindible erradicar conductas y pensamientos machistas para progresar en la carrera profesional, ya que muchas mujeres que muestran liderazgo son injustamente calificadas como “enojadas” o “emocionales”, en contraste con sus pares masculinos que son vistos como “fuertes”.
“Las mujeres deben buscar mentoras que las ayuden a entender cómo escalar a esas posiciones”, afirmó. Existe, además, la ventaja de pertenecer a grupos de apoyo que operan dentro y fuera del ámbito profesional específico de cada mujer. “Hay muchos grupos de mujeres que se encargan de brindar apoyo”, indicó. Estos grupos permiten a las mujeres compartir experiencias y estrategias para enfrentar y superar los retos en el entorno laboral. Por ejemplo, Flores-Gracia menciona que muchas mujeres suelen aceptar tareas adicionales para demostrar su capacidad, pero esto casi nunca es reconocido. “Nos encargan más porque solemos decir que sí, para demostrar que podemos hacer más”, comentó e insistió que para las mujeres es escencial aprender a decir que no y gestionar eficientemente las cargas de trabajo es esencial.
La misma perspectiva aplica a los comités de diversidad e inclusión en las empresas. La especialista dijo a Infobae que “quienes ofrecen su trabajo de manera voluntaria generalmente son mujeres, porque entienden la importancia de estos temas”. Sin embargo, estas tareas no siempre son remuneradas ni reconocidas, complicando aún más el balance entre las responsabilidades laborales y el desarrollo profesional.
En cuanto a cómo se puede convertir en mentora, Flores-Gracia consideró que la clave radica en la experiencia vivencial y el deseo de compartir conocimientos. “LinkedIn es una red maravillosa para conectar con mujeres profesionistas”, así como para encontrar eventos enfocados en mujeres, especialmente en grandes ciudades, que facilitan estas conexiones. La doctora Candy subrayó la importancia de participar en estos eventos y grupos, ya que ofrecen un espacio seguro y sensible, donde las mujeres pueden compartir sus problemas y estrategias para superar las barreras en el entorno laboral. “Si no nos apoyamos entre nosotras, nadie más nos va a ayudar”, asegura.
Existen múltiples grupos, como Women Techmakers y Tecno Latinas, que se dedican a promover el desarrollo profesional de las mujeres en diversos campos. La participación en estos grupos puede ser crucial para impulsar las carreras de las mujeres y promover un ambiente laboral más inclusivo. Candy Flores-Gracia finalizó enfatizando que el desarrollo personal y profesional van de la mano, y la existencia de estos grupos es esencial para alcanzarlo.