Alma Herrera: “Cuando un estudiante se va de la escuela, la que fracasa es la institución”

La directora de la Universidad Rosario Castellanos en la CDMX habló sobre la importancia de que la educación sea adaptativa a los estudiantes y las instituciones sean realmente accesibles

Alma Herrera Márquez, rectora de la Universidad Rosario Castellanos. -(Difusión URC)

En un mundo en constante cambio, la educación enfrenta desafíos sin precedentes que se han visto reflejados los resultados de pruebas como la de PISA 2022, donde el desempeño de los alumnos mexicanos estuvo por debajo incluso del de años anteriores. Sin embargo, parte de que los niños y jóvenes tengan problemas escolares radica en las técnicas docentes que se ponen en práctica.

La Dra. Alma Herrera, rectora de la Universidad Rosario Castellanos (URC) en la Ciudad de México, conversó con Infobae precisamente sobre el papel de los maestros y maestras, y cómo es que deben continuar su formación a lo largo de la vida como parte de la evolución educativa.

Herrera se formó como Licenciada en Psicología, es Maestra en Enseñanza Superior y Doctora en Pedagogía. Ahora es una de las 11 rectoras de universidades públicas de todo México. En la conversación con este medio, también reflexionó sobre la educación STEAM, la educación emocional, la capacitación profesional y el aprendizaje a lo largo de la vida, los cuáles planteó como pilares formadores de los profesionales del siglo XXI.

Docentes, diseñadores de experiencias educativas

La Dra. inició la conversación destacando la evolución que ha experimentado el papel del docente en las últimas décadas. “Ya no basta con transmitir conocimientos”, afirmó. En lugar de ser meros proveedores de información, los educadores deben convertirse en facilitadores del aprendizaje, diseñadores de experiencias educativas y guías en el uso responsable de la tecnología.

Alma Herrera dijo que, de hecho, “la docencia es el factor clave del éxito educativo”, pues si se cuenta con maestras y maestros comprometidos con favorecer el logro de todos los objetivos de aprendizaje y la promoción de todas las competencias actuales, se obtendrá como resultado a un egresado universitario del siglo XXI, y por consiguiente un profesional completamente preparado. En ese sentido, destacó que no hay un énfasisúnico en las instituciones universitarias, ya que desde la educación básica y media superior se debe fomentar el pensamiento crítico y las habilidades primarias como la comprensión lectura, competencias emocionales, por mencionar algunos.

Alma Herrera, directora de la Universidad Rosario Castellanos, es una de las pocas mujeres en México en dirigir una institución de educación superior. -(Difusión URC).

Aun cuando señaló lo esperado, expuso que la URC trabaja para brindar experiencias educativas con las que los estudiantes puedan conectar y tener un mejor aprendizaje,

“Desde el origen de la Universidad Rosario Castellanos asumimos que la docencia no podía solamente circunscribirse a dictar una buena clase, incluso utilizando medios digitales, sino que por su importancia, hoy como nunca, la docencia se tiene que redefinir y vincularse a un concepto que llamamos diseño de contextos. Además de tener un experto que conoce el contenido de su materia a profundidad, las y los docentes hacen diseño de aprendizaje, es decir, definen la naturaleza del contenido, de lo que se va a aprender, las habilidades que se planea adquirir, las lógicas de pensamiento”, dijo Alma Herrera a Infobae.

Añadió que, como parte del diseño del aprendizaje se debe organizar el contenido tanto de forma vertical y horizontal, así como considerar el desarrollo de las tecnologías digitales, a partir del conocimiento de lo que un estudiante tiene que aprender definiendo cuáles son las mejores herramientas tecnológicas que puedan favorecer los aprendizajes. Considieró que si un docente es diseñador de aprendizaje -abarcando los contextos, las formas, y las herramientas, logrará formación del pensamiento crítico, conceptual y creativo que los alumnos necesitan.

“La tecnología está para potenciar el aprendizaje y no para sustituir a las y los docentes. (...) Un maestro en el siglo XXI tiene que definir, por ejemplo, si la mejor tecnología es un pizarrón, un borrador y un plumón. O si las tecnologías que requiere ese contenido y ese perfil de estudiantes son aquellas vinculadas con la inteligencia artificial, o las que tienen que ver con la realidad aumentada”, comentó y enfatizó que es desde la docencia que se deben pedir las herramientas necesarias a los tecnólogos y no que ellos definan qué es lo que la educación requiere. “Hoy, como nunca, necesitamos una comunidad docente que pueda desarrollar todo esto y además que deje volar su imaginación y su creatividad hasta donde sea posible para redefinir este contenido”.

El abandono escolar es el fallo de los docentes

La Universidad Rosario Castellanos tiene 16 carreras entre licenciaturas e ingenierías. -(Difusión URC).

La doctora Alma Herrera comentó que la evaluación docente en México habitualmente se enfoca en parámetros como la publicación de artículos, la asistencia a congresos, y la puntualidad en la entrega de calificaciones, sin considerar adecuadamente el logro de los aprendizajes de los estudiantes. La dirigente de la URC enfatizó que este enfoque no premia ni reconoce a los docentes que, mediante esfuerzo, creatividad y compromiso, favorecen la apropiación de contenidos por parte de un mayor número de estudiantes. “Muchas veces no asociamos el logro académico con el trabajo docente,” recalcó.

Herrera argumentó que, en muchas ocasiones, las estrategias de evaluación docente no facilitan la mejora de los procesos de aprendizaje. Desde hace décadas se ha señalado que la escuela debe centrarse en los estudiantes y en su aprendizaje, y que todos los dispositivos y mecanismos deben estar alineados para que esto ocurra. Sin embargo, la praxis demuestra que implementar estos principios resulta complicado.

Un dato alarmante que señaló por Alma Herrera es que, en México, de cada 100 niños que ingresan a la primaria, solo 28 concluyen sus estudios universitarios. Apuntó que la deserción escolar, que se ve influenciada por factores económicos y de contexto, también se incrementa debido a que muchas escuelas no logran garantizar que todos los estudiantes que ingresan se apropien equitativamente de los contenidos impartidos.

La percepción de Herrera señala una “programación del fracaso” en los sistemas educativos. En sus palabras, “en el camino vamos poniendo uno examen y otro examen, hasta que comprobemos la hipótesis de que un estudiante no iba a terminar, iba a desertar”, provocando que el enfoque evaluador y selectivo excluya a aquellos estudiantes que no logran cumplir con los estándares establecidos.

El aprendizaje inclusivo y personalizado es clave

Herrera apuntó que la escuela debe ser adaptativa a las situaciones y circunstancias de los estudiantes. -(Especial)

Herrera también abogó por implementar las estrategias inclusivas y personalizadas. Ella puntualizó que es imperativo que las instituciones educativas desarrollen programas que disminuyan las asimetrías en el conocimiento y en el desarrollo de habilidades complejas de pensamiento. 

La doctora consideró que hay una falta de preparación de las escuelas para que los estudiantes que han abandonado sus estudios puedan retomarlos si así lo desean. Según la UNESCO, muchas personas que deben dejar la escuela por diversas razones eventualmente buscan regresar. No obstante, las instituciones no suelen estar listas para acoger nuevamente a estos estudiantes, lo que conlleva a una repetición del ciclo de abandono. “Cuando un estudiante se va de la institución, la que fracasa es la escuela”, afirmó Herrera, subrayando la responsabilidad institucional en estos casos.

Para Herrera, un aspecto esencial es la adopción de modelos educativos que contengan una filosofía y un conjunto de políticas y objetivos claros que orienten a las instituciones hacia metas bien definidas, con las cuáles se puedan detectar áreas de oportunidad y reforzar la actividad docente para garantizar que la mayoría de los estudiantes logren apropiarse de los contenidos.

“Para nosotros y para esta universidad es muy importante tener una planta docente que pueda determinar cuáles son los estudiantes que tienen estos problemas y generar estrategias que favorezcan la apropiación de los contenidos”, dijo.

Formación continua de los docentes

Cuartoscuro

En cuanto a la preparación de los docentes para este nuevo paradigma educativo, Herrera hizo hincapié en la importancia de la formación continua. “Los educadores deben estar en constante actualización, aprendiendo nuevas metodologías y herramientas tecnológicas”, afirmó.

Para Herrera, es fundamental que la formación docente no solo se centre en aspectos técnicos, sino también en la capacidad de los maestros para adaptarse a las necesidades cambiantes de los estudiantes. “Es esencial que los docentes fortalezcan su capacidad para adaptarse al entorno educativo para mejorar la experiencia de aprendizaje”, aseguró. Herrera hizo referencia a la evolución histórica de la formación docente, mencionando que en décadas pasadas se utilizaban talleres de microenseñanza y simulaciones grabadas para capacitar a los maestros. Pese a la utilidad de estos métodos, Herrera considera que muchos programas de formación actuales no logran aterrizar el conocimiento en experiencias educativas cotidianas. “Tenemos muchos eventos, cursos, talleres aislados del modelo educativo”, puntualizó. “En la gran mayoría de los casos, no constatamos que lo aprendido en un diplomado, curso o taller se aplique efectivamente en una experiencia educativa cotidiana”.

Un desafío importante identificado por Herrera es la disonancia entre la teoría y la práctica. A pesar de que muchos docentes poseen un vasto conocimiento teórico sobre diversas teorías del aprendizaje, estas no siempre se reflejan en la práctica diaria en las aulas. “Muchas veces uno va al salón de clases y lo que vemos es una práctica tradicional, es decir, un grupo de estudiantes sentados y tomando apuntes mientras un docente se esfuerza por transmitir conocimiento, y no está siendo el camino”, explicó.

Alma Herrera tiene formación en psicología y pedagogía y educación.

En la Universidad Rosario Castellanos, los programas de formación incluyen especialidades y una maestría en la enseñanza media superior dirigida a docentes en ejercicio, con el objetivo de que lo aprendido se aplique directamente en el salón de clases. Herrera enfatizó la importancia de la transferencia de conocimiento en contextos reales, asegurando que esto permita que la pedagogía y psicología modernas tengan un impacto directo en el logro académico. “Solo así es posible pensar que una institución está orientada hacia los aprendizajes y centrada en los estudiantes”, aclaró.

Además, Herrera resaltó que la formación continua debe estar alineada con las tendencias educativas y tecnológicas más recientes, pues “los maestros son facilitadores del aprendizaje y deben estar siempre actualizados para poder guiar a sus estudiantes de manera efectiva”, añadió Herrera. Los esfuerzos por mejorar la calidad de la educación no se detienen en quienes ya se desempeñan como docentes en la URC, sino también en quienes se forman. Así, se pretende que todo potencial desarrollado a nivel teórico tenga una aplicación práctica en la realidad educativa del aula.

Educación multimodal para la adaptación

Alma Herrera, representante de la universidad, explicó que uno de los objetivos principales es ofrecer diversas modalidades de enseñanza que permiten a los estudiantes retomar sus estudios sin perder el progreso anterior. “En la URC tenemos planes de estudio que se ofrecen en modalidad presencial híbrida, semipresencial y a distancia híbrida”, afirmó Herrera. Estos planes están organizados en unidades denominadas “Unidad curricular de aprendizaje”, que son autocontenidas y flexibles, lo que permite a los estudiantes adaptarse a las circunstancias cambiantes.

La universidad ha estructurado estas unidades curriculares de manera que los estudiantes puedan combinar diferentes modalidades a lo largo de su trayectoria educativa, favoreciendo a un enfoque flexible y adaptable a distintas necesidades, sobre todo después de “las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19″, que obligó a las instituciones a reconsiderar sus métodos de enseñanza.

Los estudiantes de la Universidad Rosario Castellanos tienen diversas formas de cursar su formación profesional. (IEMS)

Herrera habló sobre ese compromiso de la universidad con la flexibilidad, que se refleja también su Sistema Universitario Multimodal, diseñado para proporcionar opciones de aprendizaje rigurósamente organizadas, pero accesibles en diversas formas. “La pandemia y el confinamiento nos han obligado a pensar en una formación académica basada en unidades curriculares de aprendizaje a la manera de legos, que permiten seguir aprendiendo a lo largo del tiempo, interrumpir y regresar posteriormente”, explicó Herrera.

“Nuestros planes de estudio, definidos y construidos a partir de competencias, combinan aspectos teóricos y prácticos. Esto permite que los estudiantes, aunque solo completen el primer año, desarrollen habilidades laborales certificadas”.

Además, la universidad ha desarrollado un modelo de estudios combinados denominado 323: tres años de licenciatura, dos años de maestría y tres años de doctorado. Este modelo permite a los estudiantes obtener su licenciatura, maestría y doctorado en un tiempo relativamente corto de ocho años. Herrera destacó que este modelo es especialmente beneficioso para contribuir con el aprendizaje a lo largo de toda la vida y logrando egresados ampliamente especializados.

En el contexto de estos modelos educativos innovadores, Herrera enfatizó la importancia de evitar que las instituciones operen como “embudos”, obligando a todos los estudiantes a seguir los mismos tiempos y contenidos. En lugar de eso, las instituciones deberían certificar competencias específicas y permitir la formación universitaria integral. “Necesitamos instituciones educativas que alienten el aprendizaje a lo largo y ancho de la vida”, subrayó.

Durante la entrevista, Alma Herrera también indicó que en la actualidad están implementando un mecanismo adicional para certificar competencias laborales, lo cual puede mejorar las condiciones de inserción de los estudiantes en el mercado laboral. “Nuestros estudiantes pueden insertarse en el mercado de trabajo con una certificación asociada a un campo laboral específico, mejorando sus condiciones respecto a aquellos que solo han completado la preparatoria”, dijo Herrera.

El STEM no es exclusivo de las ciencias

“El enfoque STEAM no es solo una tendencia, es una necesidad”, afirmó la doctora Herrera y apuntó que la integración de la ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas en el currículo escolar es fundamental para preparar a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI. “Vivimos en un mundo cada vez más complejo y tecnológico. Nuestros estudiantes necesitan desarrollar habilidades que les permitan no solo adaptarse, sino también innovar y liderar en sus campos”.

Herrera enfatizó que la educación STEAM debe ir más allá de la simple enseñanza de contenidos técnicos. “Se trata de fomentar un pensamiento crítico y creativo. Queremos que los estudiantes sean capaces de resolver problemas de manera innovadora, de colaborar y de comunicarse eficazmente”. De esta manera, si la educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) se inserta en otras carreras de ámbitos sociales y de humanidades, se pueden obtener proyectos interdisciplinarios y de aplicación conocimientos en contextos reales.

“La educación STEAM no solo se trata de enseñar disciplinas individuales, sino de cómo se interconectan y se aplican en la vida real. Es fundamental para preparar a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI. Nuestros estudiantes trabajan en proyectos que abordan problemas comunitarios, desde la sostenibilidad ambiental hasta la tecnología aplicada en la salud,” comentó Herrera y defendió que con este método, no solo desarrolla habilidades técnicas, sino también habilidades para la vida como el trabajo en equipo y la comunicación.

Los profesionales del siglo XXI

Otro tema que Herrera considera crucial es la educación emocional. “La formación académica no puede estar desligada del desarrollo emocional de los estudiantes”, dijo con firmeza. Para ella, el bienestar emocional es un pilar fundamental para el éxito académico y personal. “Nuestros estudiantes enfrentan muchas presiones y desafíos. Es esencial que aprendan a manejar sus emociones, a desarrollar la resiliencia y a construir relaciones saludables”

La directora de la Universidad Rosario Castellanos consideró que la educación emocional no solo beneficia a los estudiantes, sino también a los docentes y a la comunidad educativa en general. “Cuando los estudiantes están emocionalmente saludables, tienen más probabilidades de participar activamente en su aprendizaje y de lograr mejores resultados académicos”. Por ello, la universidad ha incorporado programas de apoyo emocional y talleres de desarrollo personal para estudiantes y docentes.

Herrera también aborda la relevancia de la capacitación profesional y el aprendizaje a lo largo de la vida. “En un mundo en constante cambio, el aprendizaje no puede terminar con la obtención de un título. Debemos fomentar una cultura de aprendizaje continuo”, sostiene. Para Herrera, es crucial que las instituciones educativas ofrezcan oportunidades de formación y actualización para los profesionales en activo.

“La Universidad Rosario Castellanos se ha comprometido a proporcionar programas de capacitación que respondan a las demandas del mercado laboral y a las necesidades de desarrollo personal de los individuos”. Estos programas incluyen desde cursos cortos y talleres hasta diplomados y certificaciones en diversas áreas.

La educación no deja de ser el motor del cambio social

Alma Herrera cerró la conversación resaltando el futuro de la educación en México. “La educación es el motor del cambio social y económico. Si queremos un futuro próspero para nuestro país, debemos invertir en una educación de calidad que sea inclusiva, innovadora y adaptada a las necesidades del siglo XXI”.

La visión de Herrera es clara: una educación que no solo forme profesionales competentes, sino también ciudadanos conscientes y comprometidos con su entorno. “Estamos en un momento crucial para la educación en México. (...) Tomemos la complejidad de los problemas del entorno y a partir de ahí, hay que favorecer el planteamiento de soluciones críticas. Necesitamos romper con estereotipos de género, de roles, necesitamos avanzar como sociedad y es importante que se haga desde la educación pública”.

“Es importante estimular que un número mucho mayor de hombres y mujeres se inserten y participen en estudios de nivel superior. Se está haciendo un esfuerzo muy importante por disminuir las asimetrías y verdaderamente por comprometerse con el derecho del acceso a una educación de calidad. Y no solo el acceso, sino también el egreso. De nada sirve tener a muchos jóvenes atrapados en un nivel educativo si no tenemos la capacidad institucional para favorecer que culminen su formación y que se inserten al mercado laboral o a la sociedad con una perspectiva distinta. Está comprobado en muchos países del mundo que cuando hombres y mujeres, pero en una buena medida mujeres, tienen acceso a educación superior, hay una. Hay un efecto benéfico sinérgico en la sociedad, de tal forma que sí es posible vislumbrar, pues escenarios caracterizados por un mayor bienestar social y colectivo”, finalizó la doctora.

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