El principal valor que tenemos en América Latina es la similitud de nuestros contextos y realidades, a pesar de las diferencias. Esta semejanza representa una potencialidad enorme. Desde este espacio de conversación, hago un llamado urgente a que compartamos más nuestras buenas experiencias en la región. Al hacerlo, podríamos ahorrar tiempo y potenciar los resultados en nuestros sistemas educativos. Así comenzó esta entrevista con María Victoria Angulo, exministra de educación de Colombia, que, además cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector público en entidades vinculadas al sector educativo.
Esta conversación se da en medio del panorama educativo latinoamericano que enfrenta múltiples desafíos, especialmente en términos de calidad, equidad y adaptabilidad. Por lo tanto, es pertinente abordar temas como la deserción escolar, procesos evaluativos y afectaciones en los estudiantes por contextos económicos y culturales.
Aprovechando esas palabras de la exministra, la charla arrancó preguntándole su opinión respecto a las fortalezas del sistema educativo colombiano y las lecciones aprendidas de otros países de Latinoamérica en términos de transformación educativa.
“Primero, es innegable el incremento de la cobertura en todos los niveles de formación”. La creación de programas de primera infancia de atención integral desde hace más de 15 años, inspirados en prácticas exitosas de Uruguay y Chile. Además, Colombia ha avanzado significativamente en sistemas de información educativa, considerados los mejores en América Latina por el BID y el Banco Mundial. “El reto ahora es cómo utilizar eficientemente esta información”, señaló.
Otro punto fuerte es el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Calidad (ICFES), descrito por Angulo como uno de los organismos más sólidos en la región para diseñar y aplicar pruebas continuas tanto a estudiantes como a docentes. Asimismo, enfatizó en los modelos de inclusión en el país, que han sido potenciados por la riqueza de su diversidad territorial. “Programas como Escuela Nueva y los colegios de concesión en Bogotá, impulsados por alianzas público-privadas”, añadiendo a esta lista de fortalezas la importancia de la gratuidad en la educación, que abarca todos los niveles formativos, aunque para la educación superior está concentrado en los niveles 1, 2 y 3.
Angulo finalizó esta lista de fortalezas con el sistema de aseguramiento de la calidad en Colombia, que lleva más de 30 años en funcionamiento, agregando que aunque existen otros sistemas con igual o mayor madurez en América Latina, el sistema colombiano es sólido y garantiza lo que tenemos hoy en el país. Al observar los rankings internacionales, se puede ver cada vez más universidades públicas y privadas colombianas. Una característica única del sistema colombiano es que es mixto, lo cual es una riqueza que no tienen otros sistemas en América Latina.
De igual forma, la autora del libro ‘Educación en Colombia’ también reflexionó sobre las lecciones que el país suramericano puede aprender de otros países de la región, comenzando por Ceibal, que, según la exministra, es el principal centro de innovación educativa de América Latina. Ubicado en Uruguay, Ceibal demostró su eficacia durante la pandemia, pues este país fue el primero en regresar a las aulas. Esto no solo a su compromiso con la educación, sino también al trabajo previo en el uso de la tecnología, rediseño curricular, fortalecimiento de la relación entre familia y escuela, y proyectos de innovación en diversas áreas del conocimiento. Esta es una gran riqueza en América Latina.
Segundo, los procesos de formación de docentes, destacando en este momento los más sobresalientes en Uruguay y Chile, especialmente ahora que este tema ha estado en debate en Colombia. No está mal decir que la evaluación debe estar ligada a los resultados de los estudiantes, ya que este es el enfoque del aprendizaje. Los modelos chileno y uruguayo siguen este principio, pero incluyen más indicadores. El debate en Colombia ha adoptado posturas extremas, lo cual es desfavorable para el sector. “Lo ideal es tener evaluaciones de maestros que combinen distintos elementos, permitiendo al maestro avanzar y estar relacionados con los resultados de los estudiantes” enfatizó.
En cuanto a Perú, Angulo resalta la descentralización de la educación y las reformas en los concursos de rectores, que han mejorado significativamente la calidad educativa en el país. Brasil, Chile y Argentina son referentes en ciencia y tecnología, y sus sistemas de aseguramiento de calidad, son pioneros en la región.
Costa Rica, por su parte, es el país que más invierte en educación en América Latina y es un ejemplo en sostenibilidad ambiental, un tema cada vez más relevante en el mundo. Por otra parte, Angulo agregó que México se ha destacado en dos áreas fundamentales: la educación intercultural y los temas relacionados con la ciencia y la tecnología.
Metodologías de evaluación y aseguramiento de calidad
María Victoria Angulo aportó una perspectiva esclarecedora sobre dos temas cruciales para el contexto colombiano: la educación superior y la educación básica y media.
Respecto a la educación superior, destacó que el sistema de aseguramiento de la calidad lleva más de 30 años en funcionamiento. “Creo que hay temas por mejorar para que sea más ágil, una queja común entre los rectores” señaló. Sin embargo, reconoció los logros alcanzados: “Tenemos en Colombia un sistema de casi 300 instituciones de educación superior; 92 son acreditadas de alta calidad.”
Agregando que el mayor desafío es hacer estos sistemas más ágiles para adaptarse a las demandas del mercado laboral ya que “los jóvenes hoy en día no ven la educación como una línea recta; quieren entrar y salir del mercado laboral y de la educación superior, certificándose en el proceso,” señaló.
Agregando que en el sistema de aseguramiento colombiano se hicieron cambios importantes, ahora considera modalidades como la educación virtual, blended (mixta) y el modelo dual, además del 100% presencial. Además, destacó la opción del Registro Único, que permite a las universidades ofrecer programas en múltiples formatos y extender su alcance a muchas regiones del país.
Educación Básica y Media
En cuanto a la educación básica y media, Angulo resaltó tres elementos clave para la evaluación de estudiantes. “Colombia tiene pruebas en tercero, quinto, séptimo, noveno, once y después de la Universidad, casi que es el país que tiene mayores evaluaciones para medir el valor agregado que va dejando el sistema” apuntó. Sin embargo, identificó una carencia en el enfoque a corto plazo: “No es solo qué pasa dos años después o cuatro años después; lo importante es qué está pasando hoy en el aula”.
Para abordar esta necesidad, se diseñó el sistema “Evaluar para Avanzar” durante la pandemia. “Es un sistema que le permite a cualquier colegio del país aplicar elementos de evaluación, no para rankear ni calificar, sino simplemente para tener un diagnóstico por grado,” explicó Angulo. Este sistema evalúa áreas fundamentales como lectura, matemáticas y aspectos socioemocionales.
Angulo subrayó la importancia de centrarse en estos fundamentos para mejorar la calidad educativa: “Si nuestros niños no aprenden lo fundamental en lectura, matemáticas y ciudadanía, todo lo demás es muy difícil de desarrollar adecuadamente”.
Adicionalmente, compartió su participación en un debate en Costa Rica sobre modelos de evaluación, donde se encontró con el director del Instituto de Evaluación de Uruguay. “Llegamos a la conclusión de que la evaluación en el aula de carácter formativa para dar recomendaciones es tal vez el elemento en el que América Latina más debe profundizar,” concluyó, señalando la relevancia del programa colombiano “Evaluar para Avanzar.”
¿Evaluación en el aula?
Sí, entendiéndola con un sentido formativo; no es para ponerte en una lista de calificaciones, es para decirte en este punto tienes que ahondar, este tema lo tienes que mejorar.
Respecto a la eliminación de la repitencia, Angulo señaló que este ha sido un debate muy grande en América Latina y en general en la educación, porque se ha visto que cuando se eliminan los temas de repitencia en algunos casos, lo que sucede es que el nivel baja porque se reduce el nivel de exigencia. “Creo que entender el poder de la evaluación, pero no como una evaluación que te castigue o que ignore cuáles son mis áreas fuertes o mis áreas débiles, yo sí creo que la evaluación es necesaria; lo han demostrado muchas experiencias, lo que pasa es que hay que acercarla más al estudiante y estas pruebas de las que yo te hablo no son pruebas para calificar no es la evaluación del sistema del colegio, que si continúa, pero es una evaluación que si se hace antes de los procesos de evaluación formal le van a ayudar mucho al estudiante y con eso vamos a poder combatir la repitencia”
La deserción escolar en Colombia: Un problema urgente
La exministra de Educación de Colombia, señaló que la deserción escolar es una prioridad, particularmente después de que la pandemia exacerbó el problema en toda América Latina. “Revisando el último dato de deserción disponible para Colombia, está cerca del 5%” informó Angulo. La pandemia ha incrementado la deserción por diversas razones, incluyendo problemas económicos en las familias y la falta de compromiso y facilidades en la educación virtual.
Angulo enfatizó en que para reducir la deserción se debe estar acompañado de esfuerzos para mejorar los aprendizajes básicos en lectura y matemáticas. “La deserción debe ser hoy una prioridad,” afirmó. Para lograrlo, es esencial acercar las familias a la escuela. “No solamente preocuparnos porque el niño esté inscrito, sino conocer a su familia, saber el nivel de escolaridad de los padres, acercarles a contarles qué le implica a su hijo tener esta oportunidad,” explicó.
Programas como las transferencias condicionadas, la alimentación escolar, la nutrición y el transporte escolar son herramientas cruciales que buscan garantizar la asistencia de los niños. “A veces el niño no va porque no quiera, sino porque es un recorrido muy difícil o porque no tuvo el transporte adecuado” comentó Angulo, destacando que estos elementos de “bienestar” son tan importantes como los aspectos académicos.
La deserción es particularmente alta en los cambios de nivel educativo. “La mayor deserción está en los cambios de nivel; cuando pasas de primaria a secundaria y cuando pasas de secundaria a educación media” señaló. Es vital mostrar a los estudiantes el valor agregado de continuar su educación para motivarlos a permanecer en el sistema.
Angulo también subrayó la necesidad de un plan integral para combatir la deserción, que incluya campañas de matriculación, acercamiento a los padres, inversión en programas de bienestar y sistemas de seguimiento de la deserción. “Una de las fortalezas de Colombia es que tiene sistemas para saber antes cuáles serían las causas de una posible deserción y luego hacerle seguimiento” destacó.
Para finalizar, Angulo mencionó el fenómeno de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, una problemática común en América Latina. “Muchos de ellos vienen de haber desertado en la educación media, de no haber encontrado salidas, estímulos, posibilidades,” concluyó. Es fundamental trabajar en estrategias que promuevan la retomada de la educación y la integración de estos jóvenes al sistema, mostrando de manera clara y tangible los beneficios de la educación para su futuro.