El bienestar emocional es cada vez más trascendente en la sociedad actual debido a que gracias a este las personas pueden vivir con menos estrés y mayor felicidad. Y es que esto produce una cadena de factores que convierten a la población en más alfabetizada, más informada y más productiva. Y es que ser ciudadanos felices hace la diferencia de qué tanto tenemos ganas de aprender, de relacionarnos con los otros y de que desenvolvernos en nuestro diverso entorno.
De acuerdo con Susel Jaquect, Soft Skills Manager en Ticmas, diversas regiones del mundo ya evalúan los índices de felicidad incluso como un factor que influye en el Producto Interno Bruto (PIB). En Bután, por ejemplo, se creó la medición de Felicidad Nacional Bruta, mientras que la Organización de Naciones Unidas desde 2012 comenzó a realizar anualmente un informe mundial sobre la felicidad, en el cual según los datos de 2024, Finlandia ha sido por siete años consecutivos el país más feliz del mundo.
Por el contrario, Argentina se encuentra en el lugar 50 de 140 países contemplados, mientras que México está en la posición 25 después de que en el último año subiera 11 lugares en la medición. La especialista de dijo en su cátedra sobre el Aprendizaje Socioemocional, que se realizó en el auditorio de Ticmas dentro de la Feria del Libro de Buenos Aires, dijo que cada vez son más los luugares donde se toman en cuenta los índices de felicidad, desde Nueva York, España, Reino Unido y hasta la India. Incluso apuntó que la Universidad de Hardvard tiene una cátedra especializada en Felicidad, la cual año con año gana mayor demanda debido a la relevancia de este tema.
“El tema del bienestar y la felicidad no solo son importantes y reconocidos, sino que ocupan un lugar muy importante en la agenda de los países”, señaló la representante de Ticmas.
Cómo influye la felicidad en la educación
La felicidad, según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), es el estado de grata satisfacción espiritual y física. Pero este concepto no se compone de manera espontánea, sino que lleva una serie de cuestiones que le permiten formarse, como sentirse respetado, amado, reconocer su propio valor, y enfrentar los problemas con resiliencia y autocompasión.
Según una investigación de la Universidad de Valladolid, que se pueda generar un interés genuino por aprender parte de la idea de que los estudiantes se encuentren felices, lo cual se forma en una composición de sus emociones así como de su disfrute a través de la corporalidad con actividades como el juego y los retos. Un niño o niña emocionalmente fuerte y feliz se concentra mejor y desarrolla habilidades que le ayudarán a enfrentar la vida, al mismo tiempo que esto lo capacita para interiorizar el conocimiento de forma adecuada.
Multiples estudios han demostrado que quienes se sienten felices tanto en entornos escolares como en sus hogares, aprenden mejor sencillamente porque el cerebro está más dispuesto para recibir todo tipo de información. Por eso es tan importante crear las condiciones para que los menores sean felices y tengan bajos niveles de estrés. Adele Diamond, profesora de neurociencia en la Universidad de Columbia Británica, afirma que el ser humano siempre hace mejor las cosas cuando está contento. “Estudiar o realizar una actividad educativa mientras se es feliz, ayuda a recordarla. Si el alumno se lo pasa bien, recordará la actividad de forma positiva”.
Cómo generar niños y niñas felices
El Observatorio del Tec de Monterrey destaca que aunque la felicidad es un concepto complejo, debido a que su construcción engloba a diversos elementos como el estado emocional, sensación de bienestar, así como su percepción de autorrealización, hay temas en común que pueden conformar una felicidad para cada persona, entre ellos las emociones positivas.
Para alcanzar estos objetivos o conceptos en común, estrategias como las de Ticmas pueden desarrollar competencias socioemocionales en los estudiantes a través de tres líneas de acción relacionadas al desarrollo de competencias socioemocionales, tanto en docentes como en estudiantes. En la primera de ellas se trabaja con una biblioteca interactiva -conformada por recursos en distintos formatos, desde videos, audios, infografías interactivas, ejercicios- de los que se puede tener una retroalimentación inmediata de los maestros a los estudiantes. En estos materiales se revisan competencias socioemocionales, como el autoconocimiento, reflexión sobre sus fortalezas y sus áreas de mejora, también la autorregulación emocional, así como de pensamientos y conductas. De la misma forma se trabaja la conciencia social, el desarrollo de la empatía, el cuidado del medio ambiente, entre otros.
En ea misma línea se trabaja con toma de decisiones y su repercusión en nuestros entornos inmediatos, el trabajo en equipo, la comunicación y la resolución de problemas de forma colaborativa. En la segunda línea de acción, el acompañamiento docente desde Ticmas permite el acceso a charlas, conferencias con especialistas en el área, así como cursos de aprendizaje continuo para hablar sobre el aprendizaje socioemocional en el contexto educativo y vamos a la siguiente para descubrir la tercer línea de acción, que es una línea de acción que actualmente la estamos diseñando. Estamos trabajando con algunas escuelas en México y que la titulamos Huella Emocional.
“Es es relevante porque, por un lado, por nuestros estudiantes y por un lado por nuestros docentes y porque seguramente si empezamos hoy a actuar estas medidas que mencioné al principio, no las necesitemos en un futuro, porque la evidencia dice que los estudiantes que pasan por programas de aprendizaje socioemocional al cabo de algunos años gozan de mejor salud física y mental en comparación de estudiantes que no pasan por estos programas” recalcó Susel Jacquet, Soft Skills Manager en Ticmas.