Por qué es importante crear espacios seguros donde los estudiantes puedan confiar en sus maestros

Que niños, niñas y adolescentes expresen sus emociones y pensamientos representa un factor de alta importancia que pueden anticipar problemas, así como generar emociones positivas

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La educación es la llave para el crecimiento y el desarrollo de los niños. (Imagen ilustrativa Infobae)
La educación es la llave para el crecimiento y el desarrollo de los niños. (Imagen ilustrativa Infobae)

La comunicación efectiva es la base de toda buena relación, pues se genera un ambiente en el que se puede expresar aquello que se siente y se piensa en un espacio seguro. Y aunque esta puede ser una premisa siempre pensada para la pareja, los amigos o la familia, también aplica para la relación que se forma entre quienes son docentes y sus estudiantes.

Y es que los niños y adolescentes pasan entre cuatro a ocho horas diarias en las aulas escolares, unos cinco días de la semana por 10 u 11 meses, lo cual es un tiempo considerable de convivencia extra además de la familiar y la amistosa. Por ello, es de suma relevancia que se pueda fomentar no solo un trato respetuoso, sino uno donde niños, niñas y adolescentes puedan tener confianza y seguridad de expresarse.

Como parte de la formación integral de los alumnos, que es el objetivo de la escuela y la educación en general, una buena relación entre quienes imparten el conocimiento y aquellos que lo reciben puede hacer grandes cambios no solo para el curso en marcha, sino para el resto de la vida del estudiante.

¿Por qué se debe crear un vínculo de confianza maestro-alumno?

Que los niños y niñas puedan encontrar en sus profesores una persona de confianza permite un mejor desarrollo educativo y personal.
Que los niños y niñas puedan encontrar en sus profesores una persona de confianza permite un mejor desarrollo educativo y personal.

El vínculo alumno-profesor es uno de los principales cimientos sobre el que se sustenta el conocimiento académico y contribuye al desarrollo integral de los estudiantes, en los ámbitos social, personal y profesional. De acuerdo con un artículo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en México (INEE), el tipo de vínculo existente entre los docentes y los niños y niñas tiene una influencia directa en el tipo de conducta y ambiente que se presente en el salón de clases, así como en progreso aprendizaje de cada alumno.

En ese sentido, estadísticas del Programa internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) muestran que en los centros educativos donde las relaciones profesor-alumno son percibidas como buenas, es más baja la probabilidad de que los estudiantes lleguen tarde, falten a clase o no asistan durante varias semanas. También, aquellos salones donde hay una buena relación, se evidenció un mejor desempeño incluso en materias consideradas como “complicadas”, como matemáticas.

En la investigación de la Universidad de Valladolid titulado La Pedagogía de la Confianza como recurso educativo para facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje en el alumnado de Educación Infantil, escrito por la especialista en educación Adriana Etxebarria Valero, se menciona que el que ahora se viva un interés por la salud emocional y mental de los estudiantes se debe a que el sistema educativo transita por una reorientación en la forma de concebir la calidad educativa.

“Este cambio intenta dar respuesta a muchos problemas educativos que, en parte, han sido promovidos por un sistema de enseñanza tradicional, donde el rol del profesor se basaba en aumentar el rendimiento académico, relegando a un segundo plano las necesidades personales, afectivas y formativas de un alumnado muy diverso”, se lee en el artículo.

¿Cómo podemos generar un vínculo y buen clima en el salón de clases?

Los docentes que generan un buen ambiente escolar y que permiten la buena expresión de quienes están en clase, generan un mayor impacto positivo en los niños.
Los docentes que generan un buen ambiente escolar y que permiten la buena expresión de quienes están en clase, generan un mayor impacto positivo en los niños.

La figura de motivación y positividad que puede reflejar el docente, fomenta el potencial cognitivo del estudiante. Asimismo, un profesor que mantiene una actitud de empatía y flexibilidad con sus alumnos, impactará en el aprendizaje de éstos a corto y largo plazo y les permitirá consolidar su confianza, seguridad y esfuerzo.

Un estudio hecho por Ticmas mostró que esta relación entre maestros y estudiantes puede cultivarse y fortalecerse sin dejar de lado el aprendizaje y siempre conduciéndose bajo la línea de respeto y compromiso con su educación incentivando tanto su conocimiento, como las habilidades para afrontar la vida real. Susel Jacquet, responsable del área de aprendizaje socioemocional en Ticmas, dijo hay una inquietud constante de saber qué herramientas y estrategias se pueden desarrollar para el aprendizaje socioemocional. En ese sentido, comentó que en Ticmas hay tres líneas de acción relacionadas al desarrollo de competencias socioemocionales, tanto de docentes como de estudiantes.

Dentro de las estrategias que se aplican para trabajar la parte socioemocional, Ticmas cuenta con una colección digital orientada para estudiantes de nivel básico, donde se contienen videos, infografías, audios y actividades con retroalimentación para que los niños y niñas se conviertan en los protagonistas de su propia formación de competencias.

Ticmas y el aprendizaje socioemocional

Cuando todos los estudiantes de una clase se sienten en un ambiente seguro, se produce un mayor interés y compromiso por aprender, por ende se genera un mejor desarrollo personal.
Cuando todos los estudiantes de una clase se sienten en un ambiente seguro, se produce un mayor interés y compromiso por aprender, por ende se genera un mejor desarrollo personal.

Aún cuando el alumno se encuentra en el centro de la creación de habilidades, es fundamental que los docentes tengan una formación previa, así como herramientas y las mismas habilidades que pretenden enseñar y contagiar a los alumnos. Por ello, Ticmas tiene un acompañamiento docente para crear en ellos mismos esas propias habilidades de autoconocimiento, resiliencia, autorregulación emocional, y empatía; además, se brindan ideas para aterrizare en el aula y tener diversas iniciativas y actividades que permitirán a los alumnos crear esos vínculos de confianza tanto hacia el o la profesora, como hacia sus compañeros y más importante, hacía sí mismos.

Otra de las estrategias de Ticmas es la que ahora se implementa en escuelas mexicanas que se titula “Huella Emocional”, a través de la cual se hace un trabajo colaborativo entre docentes y directivos de distintos colegios para brindar un espacio seguro para que los estudiantes puedan expresar cómo se sienten.

“Esa información le llega al docente o a los departamentos de orientación educativa para que puedan tomar decisiones. Por ejemplo, si dentro de mi clase tengo un estudiante que hace tres días me viene respondiendo que se siente triste, yo tengo una señal amarilla que se está prendiendo de que algo tengo que hacer con ese estudiante. Al mismo tiempo esta funcionalidad no solo permite o me brinda información a nivel individual a nivel de cada estudiante, sino que también me brinda información respecto al clima emocional del aula, lo cual es muy valioso para el docente, porque si mi clase se siente muy ansiosa en su mayoría, puedo tomarme quizás tres minutos para hacer un ejercicio breve de respiración y de esta manera poder intentar contribuir a que los niveles de ansiedad disminuyan”, expresó Susel Jacquet en el auditorio de Ticmas dentro de la pasada 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

La especialista de Ticmas cerró su charla resaltando que este desarrollo de confianza y de aprendizaje socioemocional permite a los estudiantes crecer en ambientes óptimos y tener un futuro con mayores oportunidades, mientras que en el caso de los docentes les otorga un mayor bienestar y menores niveles de estrés y angustia ante los retos educativos que demanda la sociedad actual.

“La evidencia dice que los estudiantes que pasan por programas de aprendizaje socioemocional al cabo de algunos años gozan de mejor salud física y mental, en comparación de quienes no pasan por estos programas. También hay evidencia de que los estudiantes que transitan por estas experiencias tienen mejor rendimiento académico que aquellos estudiantes que no lo hacen, de hecho tienen más oportunidades de poder graduarse en sus estudios secundarios. Y también por una cuestión de bienestar docente. Es importante que empecemos hoy a hacer algo por el desarrollo socioemocional, por qué la figura del docente es clave (...) por el hecho de que el docente actúa como modelo de las competencias que yo espero que mis estudiantes logren”, destacó.

Si existe un vínculo positivo en el aula, es más probable el profesor genere gusto e interés por la clase, menor deserción y ausentismo, mejor entendimiento de los conceptos y por ende, mayor aprendizaje y resultados.

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