En los últimos meses, el término STEM —o STEAM— empezó a aparecer mencionado en distintos ámbitos: en redes sociales, en paneles de debate, incluso en programas de televisión. Cuando un término atraviesa la frontera de su disciplina y entra en el discurso social, puede decirse que ha ganado una batalla.
STEM es un enfoque educativo que se basa en cuatro pilares: ciencia, tecnología, ingeniería y matemática. La sigla responde a las palabras en inglés y, si se incluye la A, es por referencia al arte. La educación con enfoque STEM/STEAM, tal como hace un tiempo señalaba Marcelo Caplan, del Departamento de Ciencias y Matemáticas del Columbia College de Chicago, busca que los estudiantes desarrollen ya no una habilidad, sino la capacidad de trabajar usando interdisciplinariamente “todos los contenidos, todos los tópicos y todos los materiales, y que eso los ayude a desarrollar su calidad de vida”.
¿A partir de qué edad se puede abordar el enfoque STEM? Melina Maurer, especialista en educación con un posgrado sobre Inteligencia Artificial y Educación por la Universidad de la Sorbona y Learning Producer Manager de la experiencia educativa Ticmas, señala que se puede acompañar a los estudiantes ya desde los primeros años de la educación formal: “Es importante abordar desde la edad temprana el campo de la ciencia y la tecnología desde una forma integral”, dice.
El caso River Plate
Carola Martínez, gerente del área educativa del Instituto River Plate, señala que desde el año pasado el colegio está trabajando en un cambio integral en las prácticas pedagógicas, poniendo al estudiante como protagonista de su aprendizaje. Con ese marco, han comenzado a trabajar ya en el jardín de infantes con proyectos atravesados por la tecnología, el arte y la ciencia a través del juego impulsando el desarrollo de habilidades.
“En primaria y secundaria”, continúa Martínez, “impulsamos el ABP focalizado en la interdisciplina como metodología para motivar el pensamiento a través de la indagación. Diseñamos planes de aprendizaje personalizados en la secundaria, en los que los estudiantes y los jugadores de fútbol, de nuestro proyecto pionero RiverDAR para los deportistas de alto rendimiento, van planeando metas y objetivos que se cumplen en el desarrollo de proyectos”.
Los ejes de la propuesta educativa de River se articulan con los programas que propone Ticmas. Martínez destaca el tipo de enseñanza innovadora que plantea la autonomía de los estudiantes y desarrollo de habilidades como la resolución de problemas y la creatividad, además de poner a la tecnología y la ciencia en función de motivar, entusiasmar y sorprender a los estudiantes, para que puedan desarrollar un desarrollo integral en los tres niveles de enseñanza.
“El aprendizaje está en todos lados”, dice Martínez, “hay que descubrir su potencia y su energía y la tecnología tiene que ser un puente que facilita la comprensión y el aprendizaje”.
Una articulación para el trabajo
Continuando la trayectoria educativa hasta el nivel superior y teniendo en cuenta que en los últimos años ha crecido notablemente la demanda de trabajos asociados específicamente con la tecnología, una educación con enfoque STEM cumple una función propedéutica en relación a la vida laboral.
Desde la Universidad Tecnológica Nacional, la secretaria académica Liliana Cuenca Pletsch señala que las empresas dedicadas al desarrollo de sistemas informáticos tienen pleno empleo, pero aún no se llegan a cubrir todos los puestos laborales.
“Pero, cabe destacar”, dice Diego Pasjalidis, director Academy, de la sección higher education de Ticmas, “que hoy se contratan empleados que tuvieron formación STEM incluso para áreas no necesariamente relacionadas con esas disciplinas”. Un ejemplo es Marketing, donde se buscan personas que comprendan de analítica de datos.
Lo que se valora —como decía Caplan más arriba— es la capacidad para afrontar los desafíos laborales con una mirada que privilegia la interdisciplinariedad y la sistematicidad.