Cuando el error puede ser un “absoluto, total y rotundo éxito”

El auditorio de Ticmas recibió el escritor Hernán Schuster, que habló sobre cómo aprender de los errores y mejorar la resiliencia

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Hernán Schuster, autor del libro
Hernán Schuster, autor del libro “Cómo fracasar con absoluto, total y rotundo éxito” (Agustín Brashich/Ticmas)

Hernán Schuster, autor del libro Cómo fracasar con absoluto, total y rotundo éxito participó en una entrevista en el auditorio de Ticmas donde profundizó en la importancia del error como herramienta educativa y de innovación. La charla, que fue moderada por Patricio Zunini, se tituló “El valor del error en el aprendizaje” y abordó los grandes “fracasos” que dieron la oportunidad para crear grandes historias de éxito.

¿Qué es un error?

Para Schuster, definir el error es esencial para entender sus posibles beneficios, por tal motivo comenzó su charla señalando que existen muchos tipos de errores y una de las razones por las que fracasamos en aprender de ellos es la falta de un buen marco para distinguirlos. “No es lo mismo añadir un huevo de más a un bizcochuelo que estrellar un avión con 300 personas a bordo; son grados diferentes de errores”, afirmó Schuster.

Además, destacó que el idioma español no hace una clara distinción entre error, falla y fracaso, mientras que en inglés existen más matices para describirlos. “Básicamente, el error lo podemos definir como la distancia entre donde querías llegar y donde realmente llegaste”, explicó.

La serendipia y los errores productivos

El autor del libro también habló sobre la serendipia, el descubrimiento accidental de algo valioso mientras se intenta hacer otra cosa. “Hay muchos ejemplos en la historia, especialmente en el ámbito de los negocios. Las papas Pringles, el hidromasaje, la Viagra y la Penicilina son todos inventos que surgieron de errores durante otros procesos experimentales”, dijo Schuster.

Sin embargo, Schuster subrayó la importancia de aprender incluso de los errores que no llevan a ningún lado. “La mayor parte de las veces, cuando te aventuras en territorios desconocidos y tratas de innovar, es muy probable que las cosas no salgan como esperas. Debemos estar conscientes de que existe una alta probabilidad de que suceda eso. Por eso hablamos de prueba y error, aprender mediante prueba y error”, afirmó.

Hernán Schuster abordó los grandes
Hernán Schuster abordó los grandes “fracasos” que dieron la oportunidad para crear grandes historias de éxito (Agustín Brashich/Ticmas)

El error en la educación

En cuanto al sistema educativo, Schuster fue crítico. Señaló que el diseño del aula se enfoca mayoritariamente en la acreditación y la evaluación mediante notas. “Por ejemplo, si te sacas un siete en un examen, pasas, pero todavía hay un 30% que no sabes. Esto es diferente en el Colegio Fontán en Bogotá, donde los alumnos deben lograr un 10 para aprobar”, señaló.

Este enfoque contrasta con el sistema tradicional en Argentina, donde los estudiantes pueden aprobar con un 7 u 8, aún dejando partes del contenido sin dominar. “Para la institución, eso está aprobado, pero los estudiantes no están realmente aprendiendo todo lo que necesitan saber”, añadió.

Resiliencia ante lo Imprevisto

La charla también abordó cómo manejar lo imprevisto y sacar fuerza de estas situaciones. “Lo primero es tomar conciencia de que el error, la falla y el fracaso son más comunes de lo que pensamos y de lo que se nos ha hecho creer. Todos fracasamos continuamente en mayor o menor medida. Si uno acepta esto, estará mejor preparado para lidiar con el fracaso cuando le toque”, dijo Schuster

Hernán Schuster, en el auditorio
Hernán Schuster, en el auditorio de Ticmas, profundizó en la importancia del error como herramienta educativa y de innovación (Agustín Brashich/Ticmas)

Experiencias de error

El libro de Schuster abarca diversos ángulos del fracaso, desde la educación hasta la innovación empresarial, y ofrece un conjunto de herramientas para sobrevivir y aprender del fracaso. Según el autor, cada capítulo incluye un caso de fracaso de una persona famosa, basado en ciclos que él produjo como “OOPS!, otra oportunidad para superarse” y “Fuckup Nights Buenos Aires”. “A través de estas historias, más de 100 ‘emperdedores’ compartieron sus experiencias de fracaso”, comentó.

Continuando con el enfoque empresarial, Schuster explicó que la cultura del error en una organización es crucial para su crecimiento y éxito. “Hay organizaciones que castigan el error y no lo toleran, otras que lo aceptan y entienden que es un paso más en un camino de aprendizaje, y finalmente, hay organizaciones que lo impulsan y premian. Estas últimas son las organizaciones ‘antifrágiles’, como las define Nassim Taleb”, explicó.

De igual manera, destacó la importancia de adoptar un marco de experimentación en las empresas. “No se trata de tomar riesgos que hundan el barco, sino de asumir riesgos controlados que, si salen mal, solo afecten un poco la imagen del barco”, dijo Schuster, quien en este misma línea, reconoció que en el mundo del marketing, un error puede salir muy caro. “La única forma de no cometer errores costosos es no hacer nada, pero eso no es viable”, agregando que “hay formas de evitar esos errores, como garantizar que exista la seguridad psicológica para que cualquier miembro del equipo pueda levantar la mano y señalar un potencial error”, sugirió.

Hernán Schuster señaló que se
Hernán Schuster señaló que se deben tomar riesgos controlados, no riesgos que te hundan el barco (Agustín Brashich/Ticmas)

Resiliencia en el Aula

Finalmente, Schuster enfatizó la necesidad de desarrollar en los estudiantes una mentalidad de crecimiento, un concepto elaborado por la psicóloga Carol S. Dweck en su libro “Mindset”. donde describe dos formas de ver la vida: la mentalidad fija, que sostiene que las habilidades y la inteligencia son innatas e inmutables; y la mentalidad de crecimiento, que cree que todo es desarrollable y compara el cerebro con un músculo que puede moldearse mediante el esfuerzo y la práctica. Señalando que este enfoque es crucial en el aula, donde los docentes deben evitar etiquetar a los estudiantes con afirmaciones limitantes como “este es conflictivo” o “a este le cuesta y no puede”. En lugar de esto, establecer objetivos pequeños y alcanzables permite a los estudiantes ver sus logros y motivarse a alcanzar más.

Además, Schuster subrayó la importancia de ser cuidadosos con las etiquetas positivas. Decirle a un niño que es muy inteligente puede llevarlo a aceptar desafíos menores para evitar fallar. En cambio, si se elogia su esfuerzo con frases como “qué bien que te salió esto, te esforzaste muchísimo”, es más probable que el estudiante acepte enfrentar desafíos más grandes. Este tipo de reconocimiento fomenta la resiliencia y el crecimiento personal, alentando a los alumnos a superar obstáculos y desarrollar una mentalidad de crecimiento que les será útil a lo largo de sus vidas.

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