Recordando la serie de Griselda fue que arrancó la charla con Luis Pescetti en el auditorio de Ticmas dentro de la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Esto surgió cuando Patricio Zunini hizo la anotación “para las personas que no conocen a Luis o no han tenido hijos”, mencionando que en el último capítulo de la producción de Netflix aparece la canción de El niño caníbal, que Pescetti hizo popular en la primera mitad de la década de los 2000.
Luis Pescetti es actor, escritor, cantante, comediante originario de Argentina. Ha sido reconocido desde hace años por su trabajo en radio, televisión y teatros de Estados Unidos, España, Colombia, Chile, Brasil, Perú, Uruguay y Cuba, además de Argentina y México. En estos últimos hizo radio por 14 años y televisión por 7 años. Por su trabajo en comedia y entretenimiento para niños y adultos ha sido reconocido en numerosas ocasiones, una de las más significativas fue el premio Grammy Latino a mejor álbum de música para niños.
La reconocida figura argentina asistió al auditorio de Ticmas para hablar sobre su más reciente libro El chiste de leer, así como de la educación en argentina y cómo es que los maestros y maestras deben desplegar estrategias para acercar a las niñas y niños a la lectura.
“Este libro no es obligatorio”
Al comenzar a hablar sobre el libro de El chiste de la lectura, Patricio Zunini cuestionó sobre la idea que se da en las primeras páginas del texto en la que se apunta que “este libro no es obligatorio”. Sobre ello, Pescetti explicó que hay que acercarse al público desarmando el estereotipo de lo que se es; consideró que en el caso de un libro que habla de leer puede ser tedioso o hartante para los niños tener más material para el aprendizaje, por lo que se presenta como una sugerencia más que como una imposición.
“Cuando te acercas a un público tú no eres tú, eres todos los que ocuparon tu lugar antes que tú. (...) Entonces, cuando acercas un libro que habla de leer a chicos que están aprendiendo a leer, lo primero que tienes que desarmar es el estereotipo que pueden tener sobre ti. (...) Y ya ‘clac’ generás un acercamiento. Si yo acerco un libro que tiene que ver con la lectura, tengo que decirles no es obligatorio. ‘¿Cómo que no es obligatorio?’ ‘No, yo creo que ustedes van a tener ganas de leerlo, pero no es obligatorio’”, destacó.
-Todos tus libros tienen ese juego. Me acuerdo del El pulpo está crudo, por ejemplo. Y pienso en los momentos en donde juegas con las palabras. Todos tus libros tienen un juego. Incluso hay uno de los capitulitos, en donde una página dice ‘las peleas sirven para leer’,y hay dos amigos que no dicen nada, pero están enojados.
-Luis Pescetti: Es que cuando uno está muy enojado repite mucho, ‘¿Me entiendes? ¿me entendiste, entiendes? Y eso sirve para aprender a leer, que te repitan y te repitan y te repitan.Y cuando estás muy enamorado también dices ‘¿me quieres? Si, mucho, ¿cuanto mucho? muchísimo’. Y entonces todas esas repeticiones sirven para aprender a leer, pero nada de lo que hice lo hice como una provocación, ni siquiera decir ‘este libro no es obligatorio’. ¿Por qué? Porque soy rubio, uso lentes, soy santafesino, pero vivo en Buenos Aires. No puedes hacer una provocación siendo un autor, porque es de canchero, es de prepotente. No se hace eso. No puedes hacer una provocación, pero tampoco puedes no ser consciente de cómo te ven. Por eso jugué de esa manera.
La escuela no tiene que ser evangelizadora
Luis Pescetti consideró que la escuela no puede verse a sí misma como una evangelización, porque no puede ser obligatoria ni considerarse como absoluta. Incluso aunque se sepa que es bueno lo que enseña, más bien quienes tienen que tener curiosidad y estar convencidos de que es buena son quienes aprenderán y no los que enseñan.
“La educación no es eso, ni puede ser eso. No puedeser obligatoria ni siquiera considerarse como un bien absoluto. Porque por más que lo sea para nosotros y estemos convencidos, el otro no lo está. Tiene que tener muy buenas razones para enfrentarse a algunos desafíos. Y entonces, para hacerlo más simple, podemos estar convencido de lo que uno mismo va a enseñar, pero no puedo partir de que el otro ya está tan convencido como yo”.
Asimismo comentó que ahora para tejer el acercamiento con los jóvenes, los docentes no pueden desconocer todo a lo que los chicos tienen acceso.
“No sé si suena muy regañón lo que digo, no es la intención. Tienes que saber que eso que vas a enseñar presencialmente tiene la ventaja de que es la única información presencial que les llega a los chicos, salvo la familia. Todo lo demás les llega por pantalla. Tienes a favor que los chicos quedaron quemados de las pantallas por la pandemia; tienes en contra de que hay cientos y miles de horas de entretenimiento”, agregó.
La biblioteca del docente
Patricio Zunini trajo a colación una entrevista que se hizo en Villa Ocampo con Fundación Varkey donde también estuvo Pescetti y en la cual aseguró que la biblioteca de la maestra o maestro tiene que ser muy grande como un almacén de barrio, por lo que cuestionó cómo es que el docente arma su biblioteca y cómo acompaña a la construcción de la biblioteca de los jóvenes.
Al respecto, Luis Pescetti señaló que la biblioteca que tiene que tener un maestro -ya sea como conocimiento en su cabeza, o en un acervo físico, tiene que ser mayor que la que tienen los chicos, por que es a partir de ella que los estudiantes pueden surtirse de conocimiento y nuevas lecturas.
“Tienes que estar llenos de historias, porque los humanos vivimos en una red de narrativa, de cuentos, de historias. Y tus historias tienen que ser muy buenas para ser muy atractivo como profe. Y te doy un ejemplo sobre que no puedes desconocer a tu público. El domingo antepasado actué en México y allá hacía 28 o 31 grados de calor y el público está al sol. Me cambió el guión por completo, porque yo había hecho el guión en Buenos Aires, que es frío. Cuando llegué allá hacía sol. Tuve que cambiar el guión y tuve que interrumpir el show por lo menos dos veces para pedir que repartan sombreros. Y eso mismo tienes que hacer como maestro. Cada día en el aula es un reto nuevo, hay que hacerlo de nuevo. Y hay que repartir sombreros en mitad de la clase” platicó en el auditorio de Ticmas.
Sobre la idea del Plan de Lectura en las escuelas, Pescetti dijo que no debe ser todo dado desde las autoridades, sino que la mayoría debería ser dada por los maestros, ya que ellos tienen a los niños y jóvenes todo el día.
“Tienes que partir de la base que un docente tiene que ser un profesional al que le das confianza y le sueltas confianza. (...) Él conoce su barrio, su zona; no puedes caer desde una capital a tener el mismo conocimiento que todos tus maestros que están en campo. El maestro que está en campo tiene que tener una gran prioridad sobre qué libros presentarle a su grupo y él tiene que poder elegir”, declaró durante la entrevista y agregó que directores y maestros deben tener una relación de confianza en la que el director pueda confiar plenamente en el trabajo del docente y simplemente orientarlo en algunas cuestiones.
Volver a las historias del pasado
Pese a la nostalgia del tiempo y las historias, Luis Pescetti dijo que la intención es que historias como las de Natasha y las de Frin sean fotos de una etapa de la vida y se queden ahí, incluso recalcó que su intención no es hacer que crezcan de edad. Pese a su comentario, admitió que le gustaría trabajar historias sueltas de Frin, sin embargo consideró que sería un reto enorme debido a que habría que “evitar la tecnología”.
“Me gustaría hacer historias sueltas sobre Frin. No es fácil, porque ahora hay que esquivar un bonche de tecnología. O incluirla o esquivarla. Imagínate que incluyes hoy un teléfono y el año que viene ese teléfono ya no tiene inteligencia artificial. Escribí durante 10 años surfeando la tecnología, esquivándola, porque envejece. Hubo una película que ganó el Oscar a mejor actriz secundaria Los que se quedan, en los Oscar del 2023. Y el director hizo algo buenísimo, lo hizo por otra razón (por elegir la época de la guerra de Vietnam), pero al elegir eso, ningún alumno tenía teléfono. Todos estaban viviendo encerrados en su realidad y no tenían otra escapatoria”, sentenció.
El cariño del público
-Todas las personas que se enteraron que venías -hay compañeros míos de trabajo que están sentados en las sillas porque quieren verte- hablan de ti con mucho afecto. ¿Cómo se construye ese afecto y qué responsabilidad te da?
-Luis Pescetti: Con distancia. No, qué se yo. Pues primero agradezco que digas eso y agradezco si está ese afecto. Creo que tiene que ver con acompañar, en mi caso, la crianza de los chicos, con que los chicos se sintieron interpretados de alguna manera y con que los papás y las mamás los vieron reírse. Cuando ves reír a un chico, a tu hijo, es la primera vez que lo ves realmente como otro. Porque lo ves caminar y dices ‘mi hijo ya camina. Le di la facultad de caminar’, pero cuando lo ves reírse dices ‘¡uh! y este ¿qué entendió?’ Es otro.