La participación empresarial es un eje fundamental de la sociedad, sobre todo porque es através de ellas que se puede lograr una mayor conectividad orgánica entre la educación y la futura empleabilidad de la plantilla estudiantil, por lo cual resulta importante que desde distintos sectores las empresas logren involucrarse con la calidad educativa que se da a nivel nacional e internacional.
Para hablar sobre dicho tema, Javier García Moritan y Alexis Sánchez Reyes, ambos especialistas en educación dentro del sector empresarial, asistieron al auditorio que Ticmas montó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2024. La conversación, que ocurrió alrededor de las 16:30 horas (Argentina), fue moderada por Patricio Zunini en el segundo día del Cuarto Seminario de Innovación Educativa que organiza Ticmas.
Javier García Moritan es director ejecutivo del Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE) y tiene una vasta trayectoria, de más de 20 años, en donde ha trabajado en Edesur, Gas natural, en Nidera y en distintas otras compañías. Jorge Alexis Sánchez Reyes es coordinador de proyectos culturales e impacto social en Fundación FEMSA una empresa multinacional que se que se fundó en Monterrey en 1890.
Este panel se llamó “Hay futuro: una apuesta por la educación” y en el los expertos resolvieron algunas cuestiones como la lejanía con la agenda 2030, qué tanto se debe invertir o apostar por la educación, así como cuál es la injerencia en política pública que pueden tener las empresas en cuestiones educativas.
Los proyectos educativos
-¿Qué incidencia de la educación desde el lado de ustedes para pensar justamente la educación, para pensar los proyectos educativos? ¿Cómo piensa en la educación a nivel global?
-Javier García Moritan: La mesa de incidencia en educación del grupo de fundaciones y empresas tiene por fin alinear los esfuerzos de tanta fundaciones y de empresas para que su trabajo no vaya por carriles separados. Sabemos que desde hace por lo menos 30 años un grupo grande de fundaciones y de empresas comprometidas con el desarrollo, llevan adelante programas iniciativas extraordinarias de inversión social en educación cada uno de nosotros puede pensar en qué empresa lleva adelante un programa de valor en educación o porque tiene una escuela técnica extraordinaria que genera una formación con estándares monumentales o porque tiene un programa de becas muy reconocido, pero lo cierto es que los desafíos en la educación son tan grandes tan grandes y sentimos muchas veces desde la inversión social privada. Que siempre llegamos tarde porque por más que redoble esfuerzos la envergadura de esos desafíos nos hacen sentir que siempre estamos corriendo de atrás frente a esas a esos dilemas o a esas esos desafíos, entonces una mesa de incidencia en una asociación como la nuestra que es un espacio que reúne a las 80 principales fundaciones y empresas en Argentina comprometidas con el desarrollo sostenible nos propusimos construir un camino en donde más que ver cómo la suma de esos aportes individuales puede generar valor al entramado y las necesidades de la educación ver si podemos pasar de una lógica de apoyo a programas e iniciativas puntuales, por ejemplo, apoyar política pública. Justamente Ticmas es uno de nuestros miembros, a partir de 2024 el Grupo de Fundaciones y Empresas empezó a trabajar con Ticmas en GDF con esta idea de no hacer el propio camino de manera individual, de manera exclusiva, sino alinear esfuerzos lo que más necesitamos hoy en día es como las grandes fundaciones y las empresas, por ejemplo pueden apoyar política pública porque uno hasta dónde puede llegar en términos cuantitativos de inversión social puede impactar positivamente en la vida de un puñado de familias? Qué pasa si logramos entre 30 a 40 o 50 fundaciones y empresas apoyar política pública y ya no llegará a pocas escuelas, sino a mil 200 en una provincia entera. Construir junto a un Ministerio de Educación provincial, por ejemplo, y aportarle valor en la construcción de pedagogías innovadoras y aportar ese diferencial estudiado verificado en otros lugares donde ha funcionado y apoyar desde un lugar de humildad. El sector privado puede tener un rol contributivo con la educación y no un lugar primordial, porque el rol primordial es de la gestión pública, pero desde un lugar de humildad y tras bambalinas hacer que el rol fundamental de la educación pública logre su cometido apoyando desde atrás y con mucha innovación es lo que nos proponemos desde esa mesa de incidencia.
-¿Cuál es el compromiso que tiene Fundación FEMSA en la educación? Ya no en un país o en una región, sino en todo el continente
-Alexis Sánchez Reyes: En FEMSA encontramos un punto de encuentro en que la colaboración y la articulación es clave hoy en día para poder llegar a políticas públicas de impacto regional y no quedarnos exclusivamente en países también entendemos el desafío que implica poder lanzar una política pública a lo largo del tiempo derivado de que las funciones las administraciones dentro de los gobiernos están limitados a una temporalidad y nosotros estamos apostando a largo plazo por medio de esos proyectos de FEMSA. Tenemos un compromiso con la comunidad latinoamericana, estamos buscando poder generar precisamente esta prosperidad y lo que estamos buscando es encontrar un punto en común con todos, que todos entendemos las necesidades que tenemos como comunidad, las dolencias que tenemos en el tema educativo, pero sobre todo lo que estamos buscando es poder encontrar sociedades inclusivas porque creemos que desde las sociedades inclusivas vamos a tener a los ciudadanos que necesitamos el día de mañana, a los profesionistas que necesitamos a los días de mañana y definitivamente la mejor forma es encontrar el semillero de la educación básica. Entonces desde Fundación lo que podemos compartir es que tenemos estos planes a largo plazo, esperamos pronto poder coincidir con el Grupo de Empresas y Fundaciones y pues esperemos noticias para los planes que vienen hacia adelante.
Injerencia en políticas públicas
-¿Cuál es la injerencia que tienen en el armado del programa o en el control de las evaluaciones que se pueden dar a nivel país o región sobre justamente la educación básica?
-Alexis Sánchez Reyes: Tenemos proyectos propios como el que les puede platicar la semana pasada de comunidad arte donde estamos formando docentes dejando competencias instaladas para el día de mañana que los docentes tengan las herramientas suficientes para poder iniciar con esto el aprendizaje basado en proyectos y utilizando un elemento catalizador, que es el arte, que ya está dentro de la formación de de la mayoría de los niños dentro de Latinoamérica. El ejercicio a veces queda un poco limitado por las condiciones que se viven en las comunidades y estamos identificando alianzas estratégicas donde existe esta expertise y participando en foros de Educación para poder hacer este puente entre lo que estamos generando desde la sociedad civil y lo que se puede marcar dentro de la agenda pública. Para nosotros es claro que sin importar quién esté en el mando de un país, todos queremos lo mejor para los ciudadanos y todos lo queremos lo mejor para nuestras comunidades entonces lo que estamos buscando desde un punto bastante de humildad y de servicio es buscar contribuir a a esta formación. Sabemos que hay una serie de necesidades como la educación básica que tienen que cubrir o satisfacer los gobiernos, lo cierto es que por el nivel y el avance que lleva la sociedad, las condiciones en ocasiones no cumple el total de satisfactoria que necesitamos hoy en día para tener una ciudadanía global y compararnos con las comunidades de primer nivel y estamos buscando encontrar estos puntos de encuentro.
-En el caso de GDFE, ¿cómo miran los programas educativos, cómo intervienen en la política pública?
-Javier García Moritan: Nosotros creemos que hay una mirada del desarrollo sostenible que está agotada claramente la sostenibilidad es el gran paraguas conceptual que de manera universal nos permite entender el rol de las instituciones y de los ciudadanos para tratar de sostener la vida humana en este planeta hay una agenda 2030 en donde todos tenemos un rol. Ahora bien, estamos tan enfocados desde una perspectiva individual en esa agenda que cuando queremos pensar el cambio sistémico hay un ruido y una contradicción que hace imposible pensar una agenda 2030 desde una perspectiva de la sostenibilidad, de naturaleza individual. Lo que quiero decir es que pensemos en un territorio específico, en una ciudad determinada. Pensemos en un gobierno local decente con política genuinas que trabajan al servicio de la ciudadanía, pensemos en organizaciones de la sociedad civil comprometidas y en empresas que ponen lo mejor de sí para la transformación no solo brindando productos y servicios hechos de buen modo y que aportan valor a la vida de las personas, sino que además se comprometen con las necesidades del territorio. Si cada uno hace lo suyo, si cada uno se compromete con un eje que el territorio necesita, pero de manera unilateral la suma de esas contribuciones individuales no resuelve ningún problema estructural, entonces lo que proponemos es que el próximo estudio del desarrollo sostenible sea la acción colectiva a partir de la cual más que pensarnos individualmente como yo puedo hacer el mejor actor para la sociedad y para el planeta, qué es lo que el territorio necesita de mí. Qué es aquello que necesita ser reparado y cuando comprendemos esa clave de misión, cómo podemos unirnos entre todos para resolver aquello que me convocan. Lo que hacemos es ver y a través de un proceso de diseño bastante largo y bastante desgastante, qué es lo que aprendimos cada uno de nosotros individualmente en los territorios, qué es lo que sabemos hacer, dónde hemos hecho la diferencia y a partir de ese momento -evaluando las necesidades y los déficits puntualmente que tiene la educación en cada provincia, viendo índices de vulnerabilidad, viendo estándares educativos, donde hay evaluaciones que allí permiten conocer estadísticas y evaluando también la viabilidad política para poder colaborar con el sector público- establecimos una serie de territorios donde poder generar intervenciones y una vez construido todo ese abordaje estamos ahí por comenzar a trabajar en una serie de provincias con un resultado inédito. Todavía no hemos transformado la vida de una sola persona, pero es inédito el andamiaje de construcción en donde hemos sido capaces de corrernos, de tener individualmente el mejor programa en educación para ser capaces de apoyar la política pública que requiere el cambio de escala y la transformación en donde desde allí podemos hacer una incidencia diferente.
Inversión en educación
-Javier en tu experiencia, ¿cuánto destinan las compañías en cuanto a responsabilidad civil relacionado con educación?
-Javier Moritan: En Argentina nos cuesta muchísimo mostrar el cuanto de la inversión social. En Argentina nos cuestan las métricas, nos cuesta mucho decir cuánto quizás por esto de que si decimos cuánto invertimos nosotros, rápidamente nos exponemos a la comparabilidad y como todos cuidamos mucho nuestra reputación, alguien va a decir, bueno, estás invirtiendo mucho menos que tu competencia, por ejemplo, entonces desde el sector privado hay un cuidado un poco excesivo de mostrar inversión social en términos cuantitativos, lo que se puede decir es que, en cuanto a los ejes de inversión social, Argentina es muy fuerte en poner a la educación en el primer lugar. Dentro de los 80 miembros del GDF, que son las grandes fundaciones y las grandes empresas, el 85% de nuestros miembros invierten educación, en diferentes niveles de educación. El tema número uno de inversión social es la educación en el sector privado en Argentina y el segundo lugar es empleabilidad o generar mejores condiciones para el acceso a empleo digno de parte de jóvenes, así que ahí tienes como al menos dos pistas que hacen a la inversión social por ejes temáticos.
-Alexis, ¿Cómo es que FEMSA intenta responder ese desafío de escalabilidad?
-Alexis Sánchez Reyes: Puntualmente es un desafío, es el reto en el que nos enfrentamos la mayoría de las organizaciones y las acciones que estamos trabajando precisamente con los proyectos, porque cada modelo requiere un concepto individual. El tema es que cada problema, por más identificado que esté tiene un grado de complejidad, no de complicaciones, sino de complejidad. Hace un momento que que escuché la pregunta de cuánto destinan educación yo patiné, y totalmente puede prestarse una desensibilización y cuando hay una una limitada comprensión de que un problema nunca aislado, genera la sensación de que se destina poco o mucho y es ahí donde entramos en variantes difíciles inclusive de reportar, tanto para informes anuales como con organizaciones y el Banco Interamericano y demás. Porque si yo estoy haciendo un proyecto de capacitación al docente estoy destinando a la educación, si llega una inversión directa para infraestructura de escuelas estoy haciendo una inversión a la educación, pero si organizo foros para poder actualizar los contenidos hacia los docentes sin una inversión monetaria tangible de manera directa estoy haciendo una inversión hacia la educación. Es muy difícil sectorizar e identificar propiamente lo que está pasando. En ocasiones trabajamos con comunidades, en centros comunitarios, que no es un centro escolar como tal y tocamos temas desde los círculos para hacer tareas, sobre la importancia de la educación, llevamos estudiantes egresados de otras universidades para que puedan compartir el desarrollo social y económico con el que han podido beneficiarse gracias a la formación educativa y sería difícil reportar esa inversión como una inversión directa en la educación; sin embargo, hay un sinfín. Atendiendo el tema de escalabilidad y replicabilidad, lo que estamos haciendo es puntualmente poder encontrar buenas prácticas porque sabemos que las políticas públicas tienen una dolencia desde el diseño. Cualquier sistema de gobierno se divide inclusive por secretarías, y decir que solamente la Secretaría de Educación -o solo el ministro de Educación- va a atender temas educativos cuando es importante la cuestión social, la familia y precisamente la percepción económica que se está desarrollando, porque de pronto pasa que si hay un boom económico, por medio de otros modelos económicos, tiende a prescindir la sociedad de la formación educativa, cuando la sociedad educativa termina en todo momento de desarrollar socialmente a las comunidades.
El proyecto de arte de FEMSA
-Alexis, el proyecto de arte que FEMSA tiene es muy lindo. ¿Qué pasa con ese proyecto? ¿Cómo desarrollan habilidades socioemocionales y también como le dan desde ahí empuje al lectocomprensión, alfabetización, etcétera?
-Alexis Sánchez Reyes: Cada maestro ya tiene su área de expertise dentro del aula. Lo que estábamos buscando es encontrar la herramienta de poderles ayudar con este nuevo modelo de aprendizaje basado en proyectos y enriquecerlo con un elemento distintivo, que es el elemento artístico. En la Fundación nos hemos hecho cargo de la Colección FEMSA desde hace un tiempo que cuenta con más de mil 300 obras artísticas, todas de artistas latinoamericanos. Lo que hemos buscado es poder acercar estas obras de arte a las comunidades y utilizar una metodología de enseñanza artística que se llama propuesta o metodología triangular, que su impulsora es Anama de Barbosa, que fue la primera doctorante en enseñanza artística en Brasil. Tiene tres momentos: un momento de contextualización, un momento de observación y un momento de acción o de manos a la obra. Así se ha enseñado el arte o la precesión artística en Brasil desde los últimos 30 años, entonces lo recuperamos y lo adaptamos a la enseñanza basada en proyectos. Hicimos un programa educativo con más de 10 proyectos educativos utilizando obras de arte en cada uno de ellos, y que puede funcionar como un ejemplo de proyecto de aprendizaje que pueden utilizar los docentes dentro de las clases. Para las habilidades socioemocionales pues el elemento distintivo es agregar el elemento artístico y fue que agregamos pensamiento creativo como una habilidad a desarrollar; y cada una de ellas está enfocada a una de las cinco familias de los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030, que ya es un compromiso de toda la sociedad.
-¿Cómo es que FEMSA mira a la educación básica y secundaria para que los estudiantes lleguen a un nivel de aprender a aprender o de estar capacitados para el mundo laboral?
-Alexis Sánchez Reyes: Dentro de la empleabilidad se ha advertido la necesidad de contar con profesionistas, no solamente preparados sino que tengan sus capacidades sus emocionales desarrolladas. Hubo un empresario de alto nivel en una conferencia de empleabilidad que nos decía “de qué me sirve el nuevo genio de ingeniería en el equipo si me lo va a destrozar”, o sea, si yo me tardé años en hacer un equipo de trabajo con estas competencias, con estas habilidades, y traigo al mejor pero no ha desarrollado sus habilidades sus emocionales. Va a terminar teniendo un impacto bastante negativo y termina siendo un desafío desarrollarnos de esta manera. Lo que encontramos es queremos una sociedad inclusiva y queremos profesionistas preparados y en el norte del de México, que es desde donde tengo el gusto de acompañarlos, hemos contado con excelentes profesionistas sobre todo en el ramo de ingeniería. ¿Qué nos hacía falta? Avanzar como sociedad. Partiendo de ahí, pues metemos estas competencias dentro de la formación profesional y se están dando. Estas mismas materias, estas mismas habilidades que se desarrollan en educación básica y secundaria se están incorporando en los programas de estudio profesional y universitario, pero es importante desarrollarlas desde la neuroplasticidad de los niños en estas edades de desarrollo, porque es indispensable antes de formar profesionistas hay que formar personas y formar humanos.
Lejanía con los objetivos 2030
-¿Qué tan lejos estamos de llegar a los objetivos 2030?
-Javier Moritan: Estamos lejos. Todos los años hay un estudio que cuantifica el dinero que hay que movilizar para llegar a esa agenda 2030 y la brecha es de 4 billones de dólares al año a nivel global, cuatro billones. Lo interesante de esto, y que no se dice habitualmente, es que hay un rol diferencial en el sector privado. Los fondos públicos para esa brecha de financiamiento no alcanzan; está claro que los responsables de cumplimentar la agenda 2030, quienes tienen un compromiso en Naciones Unidas son los Estados nacionales, pero sus fondos son insuficientes para cerrar la brecha de los desafíos que implica cumplir los 17 ODS. Los fondos de la filantropía, cuando pensamos en las grandes fundaciones del mundo -no nombro a ninguna, pero cada uno pensará esas grandes fundaciones del Norte global que invierten millones en desarrollo- tampoco alcanza. La filantropía global constituye el 0.2% del movimiento de la economía global sector privado El dato es que si solo pudiéramos reorientar, reconvertir el movimiento del dinero efectuado en manos de privados del denominado business as usual a un modelo más de impacto o de propósito, solo necesitariamos reconvertir el 1% del modo que se hace negorio de manera tradicional. Ahí, a mi modo de ver, donde más énfasis tenemos que poner es en generar políticas públicas que incentiven la contribución privada para el desarrollo. Lo que pasa -y este es mi gran diagnóstico, mi gran conclusión- es que si desde los gobiernos vemos a las empresas meramente como actores económicos, solo vamos a pensar que la contribución empresarial al desarrollo es crear empleo y generar inversiones. Si podemos ver a las empresas como actores sociales que son, que impactan en sus comunidades, que impactan en los territorios y que son actores capaces de alinear esfuerzos junto a gobiernos y a sociedad civil, podemos incentivar esa conducta capaz de llegar esa agenda 2030.
-¿Cuáles son esos espacios en donde dirías que hay que fortalecer hoy a la sociedad o por lo menos a los trabajadores?
-Javier Moritan: Frente al diagnóstico en donde una empresa o un empresario mira su entorno y ve que no tiene personas para contratar y se rasga las vestiduras, hay dos posibilidades: una es denunciar al gobierno por su incapacidad de hacer frente a su responsabilidad innegable; dos, tomar el toro por los cuernos y decir ‘si yo necesito seguir empleando y seguir produciendo en este territorio puedo ser parte del problema o reconocerme parte del problema para ser parte de la solución’. Cuanto más gratificante y cuanto más rico es sentirte un actor social que puede contribuir a resolver un problema común y esta idea de que no hay empresas exitosas en sociedades que fracasan hace pensarnos, no como actores escindidos de responsabilidades aparentes o responsabilidades puramente jurídicas. Para mí todo se reduce en última instancia a cómo nos concebimos como actores. Termina siendo casi una cuestión filosófica, pero su traducción en la realidad va a ser la respuesta con la cual nos comprometemos en la realidad.