La jornada federal de educación que organizó Ticmas en la Feria del Libro de Buenos Aires contó con la participación de Cora Steinberg (autora de Viaje a la transformación de la escuela secundaria)” y Emilio Tenti Fanfani (La escuela bajo sospecha). En este encuentro, los expertos contemplarons la educación desde un ángulo más amplio, distanciándose de las interpretaciones meramente políticas.
Cora Steinberg resaltó la evidente crisis que atraviesa el sistema educativo, tanto local como regional, señalando que “hay demasiada evidencia que muestra las limitaciones que tiene nuestro sistema educativo... para asegurar que los chicos y las chicas aprendan.” Subrayó la paradoja de haber logrado una alta escolarización sin poder garantizar un aprendizaje adecuado, exacerbado por la distribución desigual de los recursos y las capacidades docentes. Steinberg enfocó en la crítica situación económica y social, destacando que “casi 6 de cada 10 chicos, viven situaciones de pobreza”, lo que plantea serios desafíos para la educación en distintos contextos socioeconómicos.
Por su parte, Emilio Tenti Fanfani ofreció una visión de que la crisis en la educación podría considerarse como un “estado natural” debido a las crecientes expectativas depositadas en el sistema escolar. Argumentó sobre la singularidad de la escuela en el desarrollo del conocimiento complejo, necesario para las nuevas generaciones, algo que “no se aprende de forma espontánea” en otros contextos. Fanfani propuso una reflexión profunda sobre el propósito de la escuela y los conocimientos esenciales que debe impartir, enfatizando en la necesidad de que la educación aborde cómo enseñar esos conocimientos fundamentales.
Ambos, Steinberg y Fanfani, compartieron la perspectiva de que la crisis educativa actual es un llamado a repensar y rediseñar las estrategias pedagógicas para enfrentar los desafíos contemporáneos, teniendo en cuenta tanto las limitaciones sistemáticas como las oportunidades únicas que posee el entorno escolar para el desarrollo del aprendizaje.
¿El título es un emergente o es un valor que certifica que la educación ha llegado en tiempo y forma?
Tenti Fanfani aborda la problemática de la masificación de los títulos académicos, explicando: “Los títulos cuando se masifican ocurren dos cosas, aunque jurídicamente son iguales... de hecho no tienen el mismo valor en el mercado laboral.” Esta situación revela la creciente brecha entre el valor nominal de los títulos y las habilidades reales que sus portadores poseen, fenómeno evidenciado por la implementación de evaluaciones como PISA que muestran “que las competencias desarrolladas por estos chicos son muy desiguales.” Además, señala la existencia de una alta tasa de deserción, lo que implica que “el título no está llevado al 100%” en términos de su representación de educación completa y efectiva.
Por su parte, Steinberg reflexiona sobre la significancia real de la culminación de los estudios, indicando que aunque “se ha visto cómo ha mejorado la terminalidad… hay una evaluación nacional... que muestra que entre los que están en el último año de secundaria, hay solo, por ejemplo, un 18% de estudiantes que alcanza niveles satisfactorios en matemáticas.” Esto pone en cuestión el valor de un título si los estudiantes no logran adquirir conocimientos fundamentales. Cora enfatiza la importancia de revisar las estrategias para mejorar la comprensión lectora básica y el desarrollo de habilidades críticas, apuntando que “lo que mide aprender es la capacidad que tienen nuestras escuelas de enseñarle a los chicos y a las chicas.” Ambos expresan la necesidad de confrontar cómo la educación y los sistemas escolares están preparando a los estudiantes para enfrentar los retos del mundo actual, señalando un llamado a la reflexión sobre la efectividad de las prácticas pedagógicas y el valor real de la educación que se está proporcionando.
La causa de la falla
Emilio y Cora destacan los desafíos que enfrenta el sistema educativo en relación con la validez y el impacto de los títulos académicos. Por un lado, Emilio señala cómo la masificación de los títulos ha llevado a una pérdida de su valor distintivo en el mercado laboral, a pesar de que jurídicamente todos los títulos sean iguales. Este fenómeno ha generado una desconexión entre lo que los títulos pretenden garantizar y las competencias reales de quienes los poseen, situación evidenciada por la implementación de evaluaciones estandarizadas como PISA, que muestran disparidades significativas en las competencias desarrolladas por los estudiantes. Cora complementa esta visión resaltando la mejora en las tasas de terminalidad gracias a diversas políticas, pero apunta a que aún existen deficiencias en aprendizajes fundamentales entre los estudiantes que finalizan sus estudios. Esto plantea interrogantes sobre el verdadero valor de los títulos y la efectividad del sistema educativo para equipar a los estudiantes con los conocimientos y habilidades necesarios. Ambos enfatizan en la necesidad de revisar las estrategias educativas, no solo para mejorar la adquisición de conocimientos básicos sino también para asegurar que los estudiantes desarrollen las capacidades críticas requeridas en niveles superiores de educación y en el mercado laboral.
¿Podría existir un sistema que mida la calidad educativa de Argentina?
El autor de “La escuela bajo sospecha” critica la gestión de la información educativa, enfatizando: “Tenemos más información que la capacidad de hacer un uso de esa información.” Aboga por diversificar las mediciones para obtener una visión más completa del desarrollo estudiantil, señalando que “se podría medir el grado de solidaridad que desarrollan los chicos en las escuelas”, entre otros aspectos. Rechaza la idea de mediciones censales anuales por considerarlas innecesarias y apunta a la importancia del rol del maestro en el diagnóstico y la mejora del aprendizaje: “El maestro es el que tiene que hacer la medición”, argumentando que este enfoque facilitaría una intervención más inmediata y efectiva en el aula.
Por su parte, la autora de “Viaje a la transformación de la escuela secundaria” agrega: “La evidencia es crítica en toda política pública”, coincidiendo con Emilio en la necesidad de contar con datos para fundamentar decisiones educativas. Resalta la importancia de analizar no solo los resultados de aprendizaje, sino también las condiciones en las que estos se dan. Cora menciona cómo aspectos como la alta rotación docente pueden afectar negativamente el aprendizaje, subrayando la necesidad de enfocarse en mejorar las condiciones de enseñanza y aprendizaje. Hace un llamado a valorar la implementación de políticas educativas que realmente mejoren el proceso educativo, en lugar de concentrarse únicamente en la acumulación de datos de evaluaciones.
Juntos, enfatizan una visión de la evaluación educativa que vaya más allá de simples mediciones de rendimiento, enfocándose en crear un sistema educativo que responda de manera efectiva a las necesidades de los estudiantes y profesores, y que contemple la calidad y las condiciones en las que se desarrolla el aprendizaje.