Los ministros de Educación de todas las provincias se reunieron este lunes en el Consejo Federal de Educación (CFE), donde las 24 jurisdicciones presentaron sus planes de alfabetización. Sin embargo, el lanzamiento del Plan Nacional de Alfabetización se postergó por el pedido de algunas provincias que exigieron mayores precisiones sobre el financiamiento prometido por el Gobierno. Las autoridades educativas de todo el país quedaron en volver a reunirse en tres semanas.
“A partir de la entrega de los 24 planes jurisdiccionales y el acuerdo en la política de alfabetización y el compromiso federal, en el marco de la 131° asamblea del Consejo Federal de Educación se define que, en pos de los objetivos propuestos y existiendo un consenso sobre la prioridad de esta política pero restando definir aspectos operativos de la implementación, fundamentalmente en clave de financiamiento, se establece en 20 días el próximo encuentro”, señalaron desde el CFE.
“Con este horizonte y a lo largo de este período, se propone continuar las reuniones bilaterales, apuntando a trabajar con cada jurisdicción su situación particular”, expresaron desde el Consejo Federal. Y pusieron en valor “el trabajo realizado por los equipos jurisdiccionales en conjunto con el de la Secretaría de Educación”, al que consideraron como el “puntapié inicial de un camino a seguir transitando”.
Desde la Secretaría de Educación habían asegurado que el financiamiento para los planes de alfabetización estaba garantizado: al menos una parte surgiría del presupuesto del programa Libros para Aprender, que distribuía libros de texto en las escuelas de todo el país. Los fondos disponibles para esta iniciativa ascendían en 2024 a unos 77.000 millones de pesos.
Sin embargo, según pudo saber Infobae, algunas provincias pidieron ver el plan de financiamiento en detalle antes de firmar la resolución conjunta de lanzamiento de la política nacional de alfabetización, anunciada como uno de los ejes centrales de la gestión del secretario Carlos Torrendell.
Los antecedentes de recortes recientes en otros programas y fondos nacionales para el sistema educativo –como el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID)– alimentaron la desconfianza de algunas provincias. Desde la Secretaría de Educación han expresado varias veces la prioridad que asignan a esta política –y han defendido, especialmente tras la Marcha Federal Universitaria, la necesidad de que en educación haya menos “motosierra” y más “bisturí”–.
Fuentes de un ministerio provincial señalaron a Infobae que “hubo unánime consenso a favor de llegar a un acuerdo en torno a la alfabetización”, un tema que “preocupa a las ministras y ministros de todas las provincias”. Plantearon que fue “una reunión satisfactoria” y que quedaron en “seguir trabajando para resolver el financiamiento de los distintos programas nacionales”.
Un desafío crítico que ganó visibilidad
Los objetivos centrales del Plan Nacional de Alfabetización son “garantizar el desarrollo de los niveles de lectura y escritura apropiados para los estudiantes de tercer grado, garantizar oportunidades equitativas de alfabetización como motor para la aceleración de aprendizajes en los estudiantes de cuarto grado, y desarrollar dispositivos de seguimiento y evaluación que permitan mejorar la calidad y equidad de la educación”, según informó la Secretaría de Educación al anunciar la iniciativa.
Desde la Secretaría explicaron que cada provincia diseñó sus planes previendo libertad en los métodos de alfabetización y que en esta etapa inicial las estrategias se enfocarán en los chicos de 0 a 8 años. También explicaron que la evaluación será un componente central del plan, tanto para trazar un diagnóstico inicial de la situación de cada provincia, como para monitorear los avances y proveer a las escuelas de información que les sirva para orientar sus propuestas de enseñanza. En septiembre u octubre de este año está previsto que se tome una prueba Aprender en tercer grado.
El diagnóstico es conocido: según las pruebas regionales ERCE 2019 de la Unesco, en Argentina el 46% de los chicos de tercer grado no alcanza el nivel esperado en lectura. La cifra sube hasta el 61,5% entre los estudiantes de menor nivel socioeconómico. Y solo 1 de cada 10 alumnos (14%) se ubica en el nivel de desempeño más alto en lectura.
El problema se arrastra luego a lo largo de toda la escolaridad y afecta no solo a los alumnos de sectores más vulnerables, sino que es estructural. Los resultados de PISA 2022, referidos a los estudiantes de 15 años, muestran que 3 de cada 10 alumnos argentinos del nivel socioeconómico más alto no alcanzan el nivel mínimo en la prueba de comprensión lectora. La cifra asciende a 7 de cada 10 entre los estudiantes de nivel socioeconómico más bajo.
En este contexto, el tema estuvo en agenda por el relanzamiento de la Campaña Nacional por la Alfabetización, una iniciativa impulsada por Argentinos por la Educación junto con 180 ONG. Bajo la consigna #QueEntiendanLoQueLean, el propósito de la campaña es que la sociedad visibilice el interés por la alfabetización inicial, como una forma de incentivar a los gobiernos de la Nación y las provincias a priorizar las políticas sobre el tema.
Desde el año pasado, 16 de los 24 gobernadores y el propio presidente Javier Milei firmaron compromisos públicos para darle prioridad a la alfabetización en sus gestiones. Milei adhirió al “Compromiso por la Alfabetización” durante la campaña electoral del año pasado, así como la mayoría de los otros candidatos presidenciales. “La educación para nosotros es fundamental, por eso el presidente adhirió al compromiso de Argentinos por la Educación cuando aún estaba en campaña”, dijo este lunes la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en una de sus primeras declaraciones públicas sobre la situación del sistema educativo.