Las credenciales (micro o macro credenciales, dependiendo de su duración) son cápsulas de aprendizaje altamente enfocadas que incorporan una nueva competencia al portafolio de habilidades de una persona. Debido a su flexibilidad y agilidad, se han sido utilizadas con gran éxito en diversas estrategias de reciclaje profesional. Sin embargo, esta es solo una de las muchas posibilidades que ofrece esta iniciativa.
Para los estudiantes universitarios, la credencialización de su experiencia ofrece al menos cuatro posibilidades para fortalecer el logro de sus metas profesionales. La primera es lo que yo denomino la credencialización del plan de estudios. Por ejemplo, actualmente el currículo de un recién egresado indica que se ha titulado como Licenciado en Estrategia y Transformación de Negocios.
¿Es esta información suficiente para un reclutamiento exitoso por parte de una empresa? En un plan de estudios basado en competencias, es posible trazar la ruta del desarrollo y demostración de las habilidades de cada estudiante, otorgándole credenciales que reflejan el logro destacado en algunas de ellas. En la misma carrera de Estrategia y Transformación de Negocios, aunque todos los estudiantes desarrollen las competencias de egreso para cumplir con el requisito de graduación, uno de ellos puede destacarse en Gestión estratégica, mientras que otro en Creación de valor.
La credencialización de la experiencia universitaria también permite dar visibilidad a elecciones de personalización que hace el estudiante en materias electivas. Un estudiante puede haber elegido una concentración en Negocios conscientes, mientras que otro realizó una Estancia de Emprendimiento.
La flexibilidad para crear rutas hacia la obtención de credenciales permite que se reconozcan actividades extracurriculares que desarrollan intencionalmente competencias transversales. Esto añade al currículo del estudiante evidencias de su desarrollo de competencias blandas, como la de Comunicación o Ciudadanía.
Las credenciales también posibilitan extender y enriquecer la experiencia universitaria. Los planes de estudio publicados representan lo mínimo necesario para obtener un diploma, pues la oferta de valor puede enriquecerse según la experiencia de los estudiantes y la evaluación de sus objetivos profesionales. Por ejemplo, un estudiante podría optar por obtener una credencial de Liderazgo Incluyente o Semiconductores durante el verano.
La inclusión de estas rutas alternativas enriquecidas en la conversación de los planes de carrera de los estudiantes es esencial. Esto implica hacer que el estudiante sea dueño de su proceso de formación, en lugar de ser simplemente un caminante en una travesía preestablecida. Esto también lo prepara para un mercado laboral que exigirá formación constante.
Finalmente, la credencialización de la experiencia educativa requiere que las instituciones tengan una base sólida en la definición de las competencias que se esperan desarrollar y una lógica de cómo se integran en la visión de carrera profesional. Dada esta realidad, el prestigio de una credencial depende del prestigio de la institución que la otorga. Las credenciales son una gran oportunidad para alinear los objetivos laborales de nuestros estudiantes con las demandas del mercado y el proceso formativo.
*Rafaela Diegoli es Vicerrectora Académica en la Rectoría de Profesional y Posgrado del Tecnológico de Monterrey. Su investigación, docencia y consultoría se enfoca en temas de innovación educativa y emprendimiento.