El sistema universitario está en los niveles más bajos de financiamiento desde 1997, según un informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) que analizó el presupuesto universitario desde 1997 hasta el primer trimestre de 2024.
El informe señala que, por el congelamiento del presupuesto nacional, para 2024 los fondos asignados al Programa Desarrollo de la Educación Superior (la principal partida de financiamiento universitario) son un 72% más bajos en comparación con el año anterior.
Además, el informe señala que la ejecución presupuestaria del primer trimestre muestra una reducción del 34% frente al mismo período del año pasado y es la más baja desde 2006. Si bien todo el Estado nacional está recortando gastos, desde ACIJ advierten que “la caída interanual en la ejecución presupuestaria universitaria fue incluso más pronunciada que el promedio del gasto público nacional”.
Con respecto al aumento de 70% para gastos de funcionamiento que el Gobierno nacional decidió en marzo, el documento señala que “solo implicó un aumento del 2% en el gasto vigente en comparación con el presupuesto inicial”.
En este primer trimestre, la ejecución presupuestaria fue prácticamente nula para los programas de infraestructura universitaria. También hubo una caída fuerte en la ejecución de los fondos de las becas Progresar (-46,9%), que fueron lanzadas esta semana por la Secretaría de Educación del Ministerio de Capital Humano.
El informe de ACIJ señala que los fondos asignados al pago de salarios registraron una disminución del 32% para docentes y autoridades, y del 28% para el personal no docente. En tanto, el financiamiento destinado al funcionamiento universitario se redujo en casi un 60% en comparación con el año 2023. Las transferencias a hospitales universitarios experimentaron una caída del 72%, mientras que el Fondo Universitario para el Desarrollo Regional y los institutos tecnológicos de formación profesional y el desarrollo de proyectos especiales no recibieron ninguna asignación.
“La decisión del Poder Ejecutivo de prorrogar el presupuesto 2023 coloca a las universidades nacionales frente a una situación económica crítica. El hecho de no contar con un presupuesto discutido y aprobado en el Congreso le permite al Poder Ejecutivo actuar de manera discrecional, recortando y licuando los fondos que las universidades tenían disponibles. Si no se realiza una ampliación presupuestaria, no van a poder seguir funcionando de manera correcta. Esto va a impactar de lleno en la garantía del derecho a la educación de miles de estudiantes y en los salarios de las y los docentes y no docentes”, dijo Natán Spollansky, economista del programa Justicia Fiscal de ACIJ, a Infobae.
El informe también analiza la evolución del gasto por alumno. Desde el año 2000, la cantidad de estudiantes de pregrado y grado en el sector de gestión estatal aumentó de 1.138.503 a 2.065.115 en 2021 (último dato disponible). El informe advierte que este año “el presupuesto disponible por estudiante es el más bajo de toda la serie” y estima que este año se destinarán aproximadamente $690.000 por estudiante, lo que representa una reducción del 72% con respecto al año anterior y un 82% menos que en 2013, cuando se alcanzó el máximo nivel de gasto por estudiante.
En este escenario, que las universidades vienen denunciando desde hace dos meses, los rectores de las universidades estatales nucleadas en el Consejo Interuniversitario Nacional convocaron a una marcha a Plaza de Mayo “en defensa del sistema nacional universitario” para el martes 23 de abril. Así lo definieron durante el 91° Plenario de Rectoras y Rectores que tuvo lugar en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). La Universidad de Buenos Aires (UBA), que esta semana se declaró “en emergencia presupuestaria”, también convoca a la Marcha Federal Universitaria. Además, adhieren el Frente Sindical de Universidades Nacionales y la Federación Universitaria Argentina (FUA).
Desde el Gobierno nacional atribuyeron el reclamo a motivaciones partidarias y afirmaron que los gastos de funcionamiento de las universidades habían estado congelados en 2023, durante la gestión anterior, sin que las universidades se quejaran. Autoridades de la UBA y del CIN aseguraron a Infobae que la información es incorrecta.
Según explicaron desde la UBA, “de 2022 a 2023 hubo un incremento de los gastos de funcionamiento de acuerdo con la inflación de 2022″, en el marco de lo definido en la Ley de Presupuesto 2023, que contempló la inflación de 2022. “En términos operativos, esa partida aprobada de gastos de funcionamiento el Ministerio de Educación la divide en 12 cuotas mensuales iguales. Por eso, con el presupuesto en su conjunto ya actualizado, los gastos efectivamente se mantienen sin variación nominal a lo largo del año”, señalaron.
Sin embargo, aclararon que en noviembre y diciembre hubo ajustes en la transferencia de gastos de funcionamiento, luego de que la inflación se disparara a partir de agosto (entre enero y octubre de 2023, la inflación había acumulado 120%). “Pero el actual Gobierno no consideró esas transferencias y volvió a tomar como base el presupuesto de enero 2023″, dijeron desde la UBA.
Abrió la convocatoria a las becas Progresar
El documento de ACIJ señala que las becas destinadas a estudiantes de institutos superiores y universidades representan aproximadamente el 8,2% del presupuesto universitario nacional. Entre esas ayudas, el Gobierno ya abrió la inscripción a las Becas Manuel Belgrano y ahora también a las becas Progresar, según informó la Secretaría de Educación.
La inscripción a las becas cierra el 30 de abril para Progresar Obligatorio y Progresar Superior (que incluye Enfermería), y se extiende hasta el 30 de noviembre para Progresar Trabajo. El programa tiene como objetivo acompañar a los jóvenes para finalizar la educación obligatoria, estudiar en el nivel superior o formarse profesionalmente.
Los requisitos de edad para acceder varían según la línea de beca. Para Progresar Obligatorio, los estudiantes deben tener entre 16 y 24 años. Para Progresar Superior, entre 17 y 24 o hasta 30 si están avanzados en la carrera (para Enfermería no hay límite de edad). Quienes apliquen a Progresar Trabajo deben tener entre 18 y 24 años, pero el límite se amplía a 40 para quienes no poseen trabajo formal registrado. En todas las líneas, pueden inscribirse aspirantes de hasta 35 años de edad si tienen hijos menores de 18 a cargo y pertenecen a hogares monoparentales.
Por otro lado, los ingresos del grupo familiar de los aspirantes no deben superar tres veces el salario mínimo vital y móvil vigente en Argentina. También deberán acreditar la asistencia regular a una institución educativa y cumplir con los avances académicos que solicita cada línea. Los beneficiarios de la beca Progresar cobrarán 12 cuotas mensuales que sumarán un total de $240.000, informó la Secretaría.