Tras el lanzamiento de la iniciativa ‘Colombia Evidencia Potencial en Educación’, que contará con una inversión de más 55 millones de francos suizos, infobae Colombia habló con Fabio Segura, Co-CEO de la Fundación Jacobs, una de las principales organizaciones internacionales que apoyará financieramente el desarrollo del programa.
¿La Fundación Jacobs cómo se ha incorporado en la educación no sólo a nivel Colombia sino a nivel internacional?
La fundación Jacobs, fundada en Suiza en 1989, por Claus Jacobs, que era un hombre de negocios, creó varias compañías reconocidas internacionalmente. Todas esas compañías se ponen en un holding que se dedica a realizar inversiones para garantizar un acceso equitativo a una educación de calidad y nuevas oportunidades de desarrollo para niños, niñas y adolescentes.
Nuestra misión es llevar evidencia científica a la práctica y a la política pública educativa, eso quiere decir: Trabajamos con gobiernos. Trabajamos con investigadores y trabajamos con tecnología de la educación.
¿Fabio Segura qué hace en la Fundación?
Soy el Co-CEO de la Fundación, (el presidente ejecutivo) dirijo el curso estratégico y la implementación de nuestra estrategia 2030.
Somos dos personas a cargo de la organización, junto con Simon Sommer, somos Co-CEO, somos dos personas muy complementarias, él trae mucho conocimiento sobre cómo financiar ciencia e investigación científica y lo mío es todo el contexto de países en desarrollo, instrumentos alternativos de financiación, política pública y todo el contexto de inversión de impacto.
¿En qué consiste ‘Colombia Evidencia Potencial en Educación’?
La iniciativa “Colombia evidencia potencial”, también conocida por sus siglas CEPE, tiene como objetivo principal establecer una alianza con el gobierno colombiano. Esta colaboración se basa en el compromiso del Gobierno Nacional de considerar la evidencia como un elemento clave en el desarrollo de políticas públicas. Un aspecto crucial de esta alianza es la capacidad del gobierno para financiar y adoptar diversas metodologías educativas en las diferentes regiones del país.
Como parte de este compromiso, el gobierno acuerda formalizar el uso de la evidencia en las iniciativas de reforma educativa nacional. Además, se busca posicionar a este laboratorio de evidencia como un participante significativo en el ámbito de las políticas públicas nacionales.
Un segundo aspecto de esta colaboración implica trabajar conjuntamente en los territorios, promoviendo un diálogo nacional y subregional sobre las metodologías efectivas y los aprendizajes que emergen de la diversidad de contextos en Colombia.
Finalmente, se acuerda una co-inversión con el gobierno para financiar la implementación de metodologías específicas que fomenten la innovación en las prácticas de enseñanza dentro de las aulas. Este esfuerzo conjunto busca explorar y experimentar con nuevas formas de educación que se adapten a las necesidades y características de la población estudiantil colombiana.
Por otra parte, nuestro compromiso incluye varias acciones: en primer lugar, proporcionaremos evidencias recolectadas por nuestra red de investigadores a nivel global, trabajando en colaboración con prestigiosas universidades de todo el mundo.
En segundo lugar, movilizaremos nuestra red internacional de cofinanciadores para apoyar nuestros proyectos.
Adicionalmente, queremos destacar que, dentro de un mes, Colombia será la sede del encuentro anual de un grupo internacional de financiadores de la educación. Este grupo, compuesto por 115 fundaciones que apoyan proyectos educativos en diversos países, tendrá la oportunidad de conocer de cerca la calidad de los proyectos educativos en Colombia, destacando el compromiso y la dedicación de nuestro país por mejorar la educación.
¿En cuáles territorios se aplicará la iniciativa?
12 entidades Territoriales Certificadas (ETC) fueron seleccionadas, a través de un proceso de focalización, considerando los desafíos educativos y las necesidades de fortalecimiento institucional de cada región. Inicialmente, esta iniciativa se implementará en Amazonas, Antioquia, Cauca, Chocó, Cundinamarca, Meta, Barranquilla, Cali, Cartagena, Cúcuta, Manizales y Quibdó, con la meta de expandirse a 30 ETC en los próximos 5 años.
¿Cuáles son los principales objetivos de la estrategia 2030 en la Fundación y cómo alcanzarlos?
Nuestro objetivo principal es traer la evidencia a una parte importante de la práctica y la política pública educativa en el mundo. Entonces dijimos hagamos eso en tres diferentes aproximaciones: la primera, tomemos cuatro países de ingresos y de organización política diferente y apoyemos a esos gobiernos para que hagan política pública basada en evidencia, es el caso de Colombia; que es el cuarto país de la Fundación, los otros son Suiza y dos países en África que son Costa de Marfil y Gales.
Lo segundo que hicimos fue tomar una muestra representativa global de escuelas, tomamos el 10% de las escuelas del mundo y ese es nuestro objetivo: llegar a 500.000 escuelas del mundo con mejor evidencia, entonces nos comenzamos a organizar a partir de “clusters” y lo que hacemos con ellos básicamente es tratar de apoyarles para que a sus miembros les interese hacer proyectos de investigación científica en la escuela y al tiempo que nos permitan también tomar datos que a los investigadores les sirvan para poder entender mejor qué está pasando con el aprendizaje.
Y finalmente tenemos una tercera parte que es una parte de investigación; trabajamos con científicos en todo el mundo y están dedicados a la ciencia del aprendizaje, a la ciencia de la pedagogía y estamos desarrollando una agenda muy propia de la Fundación que se llama “entendiendo la variabilidad en el aprendizaje” en otras palabras: queremos entender cómo los diferentes individuos aprendemos diferente.
Entonces, cómo es que en una clase si el profesor o profesora llega con un método unos aprendieron y otros no, queremos codificar las diferencias individuales, las diferencias de contexto y las diferencias de método que hacen que el aprendizaje no sea estandarizado sino que sea más individualizado.
¿Cuál es el papel de la tecnología en la educación?
Durante la pandemia vimos que el sector de las tecnologías de la educación atrajo inversiones superiores a los 300.000 millones de dólares, acumulado a través de los años, y cuando se va a ver la eficacia de esas soluciones tecnológicas en términos de aprendizaje; no hay evidencia que lo soporte, no evidencia que diga esta tecnología incrementó en X por ciento aprendizajes de matemáticas, porque no hay evaluaciones rigurosas.
Si no hay cifras, ¿por qué seguir apostando a la tecnología en el aula?
Porque es el futuro de la educación, el hecho de que no tenga evidencia, no significa que no haya inversiones y que todos los gobiernos del mundo con los que trabajamos y con los que interactuamos no estén mirando a la tecnología como uno de los elementos del futuro de la educación.
¿Entonces qué dijimos?, aprovechemos ese capital que ya está invertido de 300 mil millones de dólares y vamos al mercado con una demanda muy específica, hay que pedir que incluyan la evidencia científica, que las startups apoyadas tengan una causalidad con el incremento en el aprendizaje, y si no lo tienen entonces buscarlo.
Toca aprovechar lo que ya está y mejorarlo de forma que lleve a un aprendizaje real, porque lo que nos hemos dado cuenta es que nadie está pidiendo la evidencia a nadie, solo se está mirando el número de descargas y así estaríamos recompensando a la inversión en marketing y no en que la educación de mejor a partir de esa tecnología.
¿Cuál ha sido la transformación educativa más relevante que ha apoyado la Fundación?
En Costa de Marfil, un país que se destaca por producir el 45% del cacao a nivel mundial, identificamos un serio problema de trabajo infantil en el sector agrícola. Como Fundación comprometida con la educación y su calidad, propusimos a la industria del chocolate crear una alianza para cofinanciar y mejorar la calidad educativa. Esta iniciativa busca fomentar la confianza de los padres en el sistema educativo, incentivándolos a enviar a sus hijos a la escuela en lugar de al trabajo en las plantaciones.
Esta colaboración nos llevó a trabajar mano a mano con el gobierno y, tras un proceso de ensayo y error con diferentes modelos educativos procedentes de distintos países, descubrimos que un modelo originario de la India, particularmente adaptativo y flexible, era especialmente efectivo en Costa de Marfil. Este enfoque permite reorganizar las aulas por habilidades en lugar de por edad o grado durante dos horas al día, agrupando a estudiantes del mismo nivel de competencia para enseñarles de acuerdo a sus capacidades. Este método no solo ha demostrado ser efectivo para mejorar el aprendizaje, sino que además es económico, pues no requiere de una gran inversión en infraestructura o tecnología, y puede implementarse con el personal docente existente.
Convencidos por los resultados, el gobierno decidió adoptar este modelo en todo el país, lo cual atrajo la atención del Banco Mundial, que otorgó un préstamo de 300 millones de dólares para expandir el proyecto a todas las escuelas nacionales. Actualmente, estamos en proceso de realizar una transformación educativa nacional, habiendo experimentado con más de 50 modelos diferentes, incluyendo algunos de Estados Unidos y Colombia.
Usted ha hablado sobre los enfoques empresariales en la filantropía. ¿Cómo cree que la filantropía de riesgo puede transformar la educación en Colombia?
Al llegar a Colombia, venía con esa idea de la filantropía de impacto, basada en aplicar principios de inversión de capital al logro de un impacto social sostenible. Esto se hace invirtiendo en organizaciones o empresas sociales a través de créditos o instrumentos convertibles, buscando generar un cambio positivo de manera duradera. Con el tiempo, hemos aprendido tanto de los aciertos como de los errores en este campo, lo que ha llevado a una evolución en nuestras estrategias.
Actualmente, estamos enfocándonos en dos líneas de acción principales. La primera es el apoyo a ecosistemas de cambio, ya que hemos reconocido que el capital de filantropía de impacto es limitado y no suficiente para transformaciones a gran escala. Además, entendimos que ver desde la perspectiva de una sola organización es restrictivo y raramente lleva a cambios significativos a nivel nacional.
La segunda línea de acción ha sido la inversión en fondos de capital de riesgo con fines de lucro que apuestan por la tecnología educativa. Distintos a los enfoques tradicionales, decidimos llevar el objetivo filantrópico al mercado de inversiones.
Tras evaluar fondos globales que invierten en tecnologías educativas, invertimos en ellos bajo condiciones que priorizan el impacto educativo. Esta estrategia no solo ha amplificado el alcance e impacto de nuestra inversión, sino que también ha generado retornos económicos que reinvertimos en investigación científica.