Aunque cotidianamente podemos sentir un montón de emociones, a veces no somos consientes de ellas. Sin embargo, poder expresarlas y procesarlas nos ayudan a tener una vida óptima. Con el consumo de redes sociales es común ver una imagen de felicidad y prosperidad replicada entre los millones de creadores de contenido, sin embargo, muchas veces esto solo se vive de forma superficial y que vienen como shots de dopamina.
Debido a que se trata de un concepto abstracto, pensar en la felicidad puede referirnos en lo colectivo a sonreír todo el tiempo, a no tener preocupaciones y a tener una visión relajada de la vida. Pero esto no es necesariamente de esta forma.
De hecho, este es uno de los motivos por los cuales existe un Día Mundial de la Felicidad. Según los orígenes del mismo, celebrado desde la década de 1970 y propuesto por Bután, un pequeño país de Asia del Sur, la felicidad nacional conlleva al alcance de objetivos sobre el crecimiento económico, pues si los trabajadores son felices, los niveles de productividad subirán y habrá crecimiento.
¿Cómo ser feliz en tiempos difíciles?
Ser feliz o alcanzar la felicidad no se centra en tener siempre y sin interrupción esta emoción positiva, sino en anclar su significado y encontrar el bienestar propio. Lo anterior se refleja en aquellas cosas que nos forman de manera integral y que empatan con nuestra manera de pensar y de relacionarnos. Tener un bienestar general y constante produce motivación y perseverancia, lo que a la vez favorece nuestra salud física y mental.
De acuerdo con varias investigaciones, el bienestar y la felicidad son cuestiones multifactoriales, pero sus componentes más importantes son la calidad de las relaciones interpersonales, así como el propósito o sentido que se le encuentra a la vida propia. Si ambos factores están presentes en la vida, los momentos difíciles no derrumban a las personas, pues pase lo que pase se encuentra satisfecho con el camino que ha recorrido en su vida, al mismo tiempo que se apoya de su círculo cercano para afrontar las adversidades (ya sea que le brinden apoyo moral o que se involucren dentro de la resolución de problemas).
Especialistas señalan que la capacidad de ser mentalmente fuerte es aquello que permite a las personas superar las adversidades y no dejarse caer antes los problemas a pesar de que sean muchos o demasiado complejos. Si bien para algunas personas esto es una forma de ver la vida desde que son pequeños, otras deben cultivar este tipo de mentalidad y entrenarse en el día con día.
Algunas de las cosas que se deben poner en práctica para hacer una mente fuerte es practicar la autocompasión, la autoaceptación, mirar los fracasos como oportunidades y ser honesto con los sentimientos propios. Es importante que en los momentos de adversidad se acepten los sentimientos que surjan, pero que se recuerde que hay un grupo de personas que le quieren y apoyan, que existen otras personas que pasan por los mismos conflictos o similares y que siempre puede haber una enseñanza o experiencia que sacar del mal momento.
Como ocurría en la película de Intensamente, las emociones pueden mezclarse para generar nuevas formas de afrontar los problemas. Riley era feliz y gracias a ese estado de salud, es que podía tener confianza en sí misma, superar los problemas, ser tenaz y perspicaz. Sin embargo, tal como lo retrata esta película de Disney, de no aceptarse que hay otras emociones presentes, no puede resolverse el problema porque hay algo que bloquea la percepción de la realidad. Como en este caso, es hasta después de que se abraza la tristeza o la frustración, se aceptan dichas emociones y se tiene compasión por uno mismo es que la noción de una vida feliz puede surtir efecto para entender que sí se afrontarán los problemas, por más complejos que sean.
¿Qué tipos de amigos tener para ser feliz?
De acuerdo con la Unesco, aunque la felicidad es subjetiva y su definición varía según la cultura que se examine, el rasgo común es que los lugares donde se siente alegría y se es feliz existe una red de apoyo y bienestar de las personas, ya sea como amigos, familia y comunidades.
En ese sentido, la investigación de Robert Waldinger, psiquiatra y psicoanalista, sobre la felicidad (respaldada por la Facultad de Medicina de Harvard) recalca el impacto que tienen las relaciones interpersonales en la felicidad, la longevidad y la virtud plena, en especial nos impactan las amistades con vínculos fuertes y duraderos.
De hecho, el estudio de Waldinger mostró que las relaciones largas, sanas y sólidas también tienen un impacto positivo en la salud física y emocional; al mismo tiempo tener estas relaciones sólidas y cercanas provoca que se vivan vidas más largas y saludables. En el caso contrario, quienes son solitarios y aislados de la sociedad, tienden a envejecer más rápido y a vivir menos.
Y si bien la gente puede tener tantos amigos como desee, sin importar la personalidad, es necesario contar con al menos una o dos relaciones seguras. Estas relaciones deben ser personas a las que se considere que pueden llamar para afrontar los momentos difíciles y tener apoyo mutuo. Estas relaciones sólidas solo surgirán del cultivo mutuo de la amistad y del interés de ambas partes por estar en contacto.
El experto de la psicología además apuntó que la mayoría de las relaciones fuertes se mantienen por pequeños motivos, como el envío de mensajes para saber cómo se encuentra, las llamadas que dan un panorama de la situación de la otra persona, y otros pequeños gestos.
Cuáles son los hábitos para ser feliz, según la ciencia
Diversos estudios de las universidades de Harvard, Yale y Oxford han revelado que la felicidad y la satisfacción personal pueden incrementarse mediante la práctica de cinco hábitos específicos, enfocados en el bienestar emocional y físico.
Las investigaciones apuntan a que los cinco hábitos clave para ser feliz son los siguientes:
Socializar
Hacer ejercicio
Dar un nombre o adjetivo a las emociones negativas
Autocuidado en el habla
Abrazar
Mantener un buen círculo de amistades o de personas de apoyo produce que ante las adversidades se tenga a quien recurrir y tener una red de apoyo tanto para compartir los momentos de alegría como para sopesar los ratos difíciles.
Dichas investigaciones también demostraron que el ejercicio físico no solo beneficia la salud mental, sino que también contribuye a un estado de bienestar general. Asimismo, cuidar la autopercepción tiene suma importancia, ya que se pasa más tiempo solo con los pensamientos que en compañía de otras personas; de la mano con lo anterior es poder nombrar y categorizar aquellas emociones o episodios que nos conducen a situaciones negativas ayudan a tener un procesamiento saludable de las mismas. Por último, diversos estudios han identificado los beneficios de los abrazos en la reducción de estrés y el fomento de emociones positivas.
Días internacionales de las emociones
Así como existe el Día Internacional de la Felicidad, que se celebra en todo el mundo este 20 de marzo, hay otros días a nivel global que tienen el propósito de concientizar sobre la importancia de las mismas. Al igual que el de la felicidad, la alegría tiene un día propio que se conmemora el 1 de agosto. Este día surgió en Chile con la intención de disminuir los niveles de estrés y negatividad en la sociedad moderna.
También está el Día Mundial de la Sonrisa, celebrado desde 2015 todos los 4 de octubre. Su historia viene del creador de la clásica carita sonriente creada por Harvey Ball en 1999. Aunque el creador del famoso ícono sonriente designó el primer viernes de octubre para celebrar las sonrisas en el mundo, este se terminó por consolidarse como el 4 de octubre en todo el mundo.
Más allá de ser una mueca o signo de expresión, la sonrisa es un gesto que produce muchos beneficios. Al sonreír, el cuerpo libera endorfinas y serotoninas, dos hormonas que nos hacen sentir más felices, menos estresados y mejorar nuestro estado de ánimo.