En el marco del Día Internacional de la Mujer, en el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, se analizaron datos sobre las mujeres en edad escolar que realizan actividades relacionadas bien sea al cuidado del hogar o a oficios domésticos.
Para ello, el laboratorio se basó en dos fuentes de información del DANE: la Encuesta de Calidad de Vida (ECV) 2022 y la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2020-2021. Tras el análisis de la información obtenida se concluyó, con base en la primera encuesta, que de los 2.9 millones de colombianos entre los 12 y 17 años de edad que declaran hacer oficios de hogar o trabajos domésticos, 1.5 millones son mujeres y 1.4 son hombres. De esta cantidad de niñas que realizan oficios del hogar, una de cada 10, no está estudiando, eso equivale a 144.564 niñas.
Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, señaló que el 61.3% de niñas matriculadas en instituciones educativas entre 6º y 11º , dedica aproximadamente 8 horas diarias a actividades del cuidado, este porcentaje se cae a 37.8% en comparación con las tasas de los niños.
Adicionalmente, tomando los datos de la segunda encuesta, es decir, según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT). Se concluyó que 8 de cada 10 mujeres entre los 10 y 17 años de edad se dedican a trabajo doméstico o cuidado no remunerado en el país.
Adicionalmente, en el desarrollo del análisis compartido por la universidad, realizado con datos de la ECV; se evidenció que, de los 1.5 millones de mujeres jóvenes entre 12 y 17 años que se ocupan de tareas domésticas, se desprenden varios datos relevantes respecto a su situación educativa:
- Un pequeño porcentaje, el 0,35%, declaró ser analfabeta, lo que significa que no sabe leer ni escribir.
- Un 9,5%, equivalente a 144.564 mujeres, informó no estar cursando estudios actualmente. Las razones principales para no estar estudiando incluyen la falta de recursos financieros o los altos costos de la educación (19%), la dedicación a las tareas del hogar (15,6%) y la falta de interés o gusto por estudiar (13,2%).
Entre las mujeres que sí están estudiando, que suman aproximadamente 1.3 millones:
- La mayoría, un 88,4%, asiste a instituciones educativas oficiales, mientras que el 11,6% lo hace en instituciones privadas.
- La jornada educativa preferida por 7 de cada 10 de estas estudiantes es la mañana. Un 12,6% asiste en la tarde y un 11,4% tiene una jornada completa o única.
- Solamente el 32,6% de las estudiantes que también realizan tareas domésticas reportó leer en su tiempo libre fuera de la escuela.
En cuanto al contexto socioeconómico de estas jóvenes, la mayoría se encuentra en los estratos más bajos:
- El 46,1% vive en hogares de estrato 1, el 32,1% en estrato 2 y el 13,5% en estrato 3, lo que suma un 91,7% de las jóvenes en los tres primeros estratos, asociados con menores condiciones socioeconómicas.
La brecha de género en tareas domésticas y de cuidado no remuneradas tiene implicaciones significativas, ya que el tiempo dedicado a estas actividades limita el disponible para educación, ocio o cuidado personal. Esto se traduce en costos de oportunidad, afectando la posibilidad de estudiar, capacitarse, o acceder a mejores oportunidades, lo cual perjudica tanto el desarrollo personal. Además, dichas tareas imponen una carga adicional sobre las mujeres en comparación con los hombres, contribuyendo a la persistencia e incluso ampliación de las desigualdades de género en ámbitos educativos y laborales. Por ejemplo, la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) indica que un 10,9% de las mujeres siente que no tiene suficiente tiempo para completar todas sus actividades, en contraste con el 7% de los hombres.
Es crucial que la sociedad colombiana reconozca estas disparidades y reconsidere los roles de género en diversos contextos sociales. Además, es importante promover cambios en el ámbito educativo para eliminar estereotipos y roles de género, lo cual ayudaría a reducir las brechas existentes en relación con las responsabilidades domésticas y de cuidado. En el caso de menores de 18 años, se debe garantizar que su principal actividad sea el estudio y que tengan tiempo suficiente para sus tareas escolares, minimizando así el riesgo de desertar, repetir año o reprobar.