Según un reciente estudio de McKinsey & Company, es crucial mejorar la calidad y equidad de los sistemas educativos a nivel global. La automatización de los procesos básicos en las empresas, está trayendo la necesidad de contratar personal con habilidades tecnológicas, socioemocionales y cognitivas elevadas.
Felipe Child, líder de la Práctica de Sector Público y Social de McKinsey para Latinoamérica, enfatizó la importancia de adaptar los sistemas educativos a las necesidades emergentes marcadas por el auge de la Inteligencia Artificial, lo cual podría ayudar a revitalizar el sector tras el rezago provocado por la pandemia de COVID-19.
No obstante, el objetivo de proporcionar una educación de calidad está lejos de alcanzarse. El Banco Mundial indica que el 70% de los estudiantes en países de ingreso bajo a medio enfrentan ‘pobreza educativa’ y son incapaces de leer adecuadamente al finalizar la primaria. Esto demuestra que la mayoría de los niños en el mundo están en sistemas educativos insuficientes. Más del 90% de los menores residen en países con resultados educacionales bajos a muy bajos.
Si las tendencias actuales persisten, para el año 2050, más de 700 millones de niños podrían enfrentarse a la pobreza educativa. Sin embargo, hay espacio para el optimismo, si todos los sistemas educativos del mundo mejoraran el rendimiento educativo al nivel de los más efectivos, se podría sacar a unos 350 millones de estudiantes, incluidos 20 millones en Latinoamérica, de la pobreza educativa.
Caso de éxito
De los 14 sistemas analizados por McKinsey & Company, Perú destaca en América Latina por haber conseguido un incremento de 33 puntos en los resultados de la evaluación PISA en la última década. Este logro demuestra las mejoras sostenibles y significativas del sistema educativo peruano.
En el 2013, al asumir Jaime Saavedra el Ministerio de Educación, renovó el equipo de liderazgo del ministerio, incorporando profesionales de diversos sectores, incluido el financiero, quienes introdujeron habilidades innovadoras y necesarias. Paralelamente, se reformó el proceso de selección de los 15,000 directores de escuela en Perú, asegurando la incorporación de líderes con alta capacidad de gestión.
Otro cambio notable fue la extensión del horario de las escuelas secundarias para convertirlas en instituciones de jornada completa. Este cambio se implementó rápidamente, comenzando con 1,000 escuelas y adaptando el modelo educativo sobre la marcha para su mejora continua.
Finalmente, McKinsey & Company destaca una serie de recomendaciones para potenciar el éxito educativo a largo plazo. Entre ellas, resalta la importancia de fijar pocas prioridades para alcanzar más logros, esto porque los líderes educativos exitosos se basan en evidencia para concentrar el apoyo y los recursos en objetivos relevantes. Subraya la necesidad de cultivar el liderazgo en múltiples niveles dentro del sistema educativo, más allá de una sola figura de autoridad, y de promover una comunicación auténtica entre educadores, estudiantes y familias.