¿Y ahora qué? Esta es la pregunta que muchos jóvenes se hacen al terminar el colegio o preparatoria, y marca el comienzo de una nueva etapa, llena de decisiones que afectan, y en muchos casos determinan el futuro no solo educativo sino también económico o familiar. Una de las decisiones más relevantes en este punto es la elección de la carrera universitaria, una decisión que afecta a las personas por el resto de la vida, se invierte dinero y tiempo, además que, en teoría, esta determinaría la profesión a ejercer por el resto de la vida.
Sin embargo, esta elección es una decisión que no se toma totalmente solo sino que está influenciada por diversos factores externos como la influencia de los amigos, recomendaciones de los docentes, pruebas vocacionales, y por supuesto, una de las más destacadas en esta decisión es la recomendación o influencia de los padres de familia.
Los progenitores son los primeros referentes que tienen los niños y niñas, por consiguiente, la opinión de ellos, las expectativas, valores y experiencias que han vivido se convierten en un marco de referencia y tienen un gran impacto en la orientación vocacional de los jóvenes.
Eliana Cuadro Morillo, conferencista en gestión personal y productividad laboral, señaló en El Universal, que los padres de familia tienen un papel fundamental cuando los hijos van a escoger la carrera universitaria. La experta agrega que es esencial el acompañamiento de los padres en este proceso ya que los jóvenes no están preparados para autoanalizarse e identificar los recursos necesarios para tomar esa decisión.
¿Cómo influyen los padres de familia?
Es importante señalar que los padres de familia pueden ejercer una influencia tanto positiva como negativa en la elección de la carrera de sus hijos, dependiendo de cómo se involucren en este proceso.
Por ejemplo: apoyar, orientar y motivar a que los jóvenes descubran sus propios intereses basándose en sus gustos y habilidades sin que los padres de familia impongan sus preferencias, sueños o frustraciones, es una influencia positiva. Así fomentan o ayudan el desarrollo de la autonomía y la capacidad de tomar decisiones basándose en el respeto de la identidad y vocación de los hijos.
Por el contrario, una influencia negativa se da cuando los padres presionan, manipulan, critican o simplemente ignoran a sus hijos en la elección de la carrera universitaria y se basan en sus propios criterios, vivencias o tradiciones familiares. No es de extrañar las frases como: “No estudie eso que no le va a dar plata” o “¿Por qué no estudia algo que le sirva?”. Con este comportamiento, los padres generan en los hijos ansiedad, culpa o conflicto, afectando así el desarrollo personal y por consiguiente, pueden afectar la elección de la carrera o generar frustración en el desarrollo de la misma.
La advertencia contra la imposición de carreras
Según un artículo de la Universidad de Piura, de Perú, los hijos agradecerán que no los presionen por estudiar una carrera que no quieren. Por lo tanto, los padres deberían brindar apoyo en lugar de aprobación, permitiendo así que el estudiante se haga cargo de su futuro educativo y profesional con pleno conocimiento de sus implicaciones.
Además, se advierte sobre los riesgos de imponer carreras basadas en tradiciones familiares o en aspiraciones no cumplidas de los padres. Tales prácticas no solo pueden generar conflictos, sino también derivar en la elección de una carrera que no es del agrado del estudiante, llevando posiblemente a su eventual abandono o a una trayectoria profesional insatisfactoria. La orientación proporcionada subraya la importancia de una elección educativa informada y apasionada, fundamentada en los intereses personales del estudiante y en una comprensión clara de lo que cada campo de estudio implica.