El rendimiento académico de los niños, niñas y adolescentes es una de las principales preocupaciones de los padres de familia, especialmente cuando estos muestran desmotivación o rechazo hacia el estudio. Ante esta situación, los responsables de la formación educativa se sienten angustiados y perdidos, sin saber cómo actuar para ayudar a los menores a mejorar su actitud y resultados. En este artículo, se ofrecerán algunos consejos prácticos para afrontar este problema y fomentar el hábito y el gusto por el estudio.
¿Por qué no quieren estudiar?
Este problema no necesariamente se origina en la pereza o la rebeldía, sino que puede originarse por diferentes factores que afectan la disposición hacia el estudio, siguiendo con lo planteado por el portal psicología y mente, los siguientes factores podrían ser fundamentales para comprender las posibles razones detrás de la falta del interés académico de los niños:
- Modelo pedagógico obsoleto
Varios profesores se limitan a transmitir sus conocimientos de forma pasiva, sin implementar innovaciones en el aula, sin proporcionar espacios de aprendizaje dinámicos, amenos y conectados con la realidad de los alumnos. Esto hace que los estudiantes pierdan el interés por los contenidos, al sentir que no les aportan nada útil o relevante.
- Miedo al fracaso
Algunos alumnos argumentan que no quieren estudiar porque no se sienten capaces de tener buenos resultados. Esto puede darse porque tienen alguna dificultad de aprendizaje que les impide comprender lo que se enseña, o a que han tenido malas experiencias previas que han dañado su autoestima. Al percibir el estudio como algo imposible o muy difícil, se desaniman y dejan de esforzarse.
- Bullying o acoso escolar
Los alumnos que sufren acoso por parte de sus compañeros ven alterado su estado de ánimo y el bienestar general tanto en el colegio como fuera de él. Esto afecta la capacidad de concentración y obstaculiza la inmersión y agrado por asistir a clases, incluso puede generar ansiedad, depresión o aislamiento.
¿Qué hacer para que los niños, niñas y adolescentes quieran estudiar?
Una vez identificadas las posibles causas de la desmotivación académica, es pertinente señalar algunas medidas para revertir la situación y ayudar a mejorar la actitud y por consiguiente, los resultados. Algunas de las acciones que se pueden realizar son:
- Facilitar un entorno adecuado
Es importante que los alumnos dispongan de un espacio tranquilo, cómodo y bien iluminado para estudiar, donde no haya distracciones como la televisión, el móvil o el ruido. Así se favorece su concentración y su rendimiento.
- Establecer rutinas de estudio
Es conveniente que los menores tengan un horario fijo para estudiar, que se adapte a sus necesidades y capacidades. Lo ideal es que dediquen un tiempo diario al repaso y a la realización de los deberes, adicionalmente es recomendable que se aumenten las horas de estudio cuando se acerquen los exámenes. También es importante que respeten los tiempos de descanso y de ocio, para evitar el estrés y el agotamiento.
- Interés y apoyo
Los padres de familia deben estar pendientes del progreso académico de sus hijos, pero sin presionarlos ni exigirles más de lo que pueden dar. Es preferible mostrar interés por lo que aprenden, resolver sus dudas, elogiar sus logros y animarlos a superar sus dificultades. Así se refuerza su autoestima y su motivación.
- Fomentar la curiosidad y el aprendizaje autónomo
Los docentes pueden ayudar a los estudiantes a despertar su curiosidad por el conocimiento mostrándoles la utilidad y la conexión de lo que estudian con la vida real. También se pueden animar a explorar temas de su interés, a buscar información por su cuenta y a aprender de forma activa y creativa. Así se estimula su gusto por el aprendizaje y su autonomía.
- Interacción con los profesores
Los padres deben mantener una comunicación fluida y frecuente con los profesores de sus hijos, para estar al tanto de su evolución, de sus fortalezas y de sus áreas de mejora. También deben colaborar con ellos para establecer objetivos realistas y acordes con el nivel de los hijos para aplicar medidas de refuerzo o de apoyo cuando sea necesario.
Finalmente, la formación académica es una de las mejores oportunidades para que los niños, niñas y adolescentes se desarrollen personal, intelectual y socialmente. Pero para lograr esto es pertinente el acompañamiento de los padres, madres, tutores, docentes y demás personas relacionadas en la formación para ayudarlos en adquirir un hábito y gusto por el estudio que les permita aprovechar al máximo su potencial y alcanzar sus metas.