El comienzo del año trae para muchos niños, niñas, jóvenes y adolescentes la ilusión de regresar nuevamente al colegio. Sin embargo, esto no llega a ser una realidad para todos. En Colombia, más de 400.000 estudiantes interrumpieron su educación a finales del 2022 y principios del 2023, según datos del Ministerio de Educación Nacional. Este dato refleja una preocupante tendencia de deserción escolar que afecta a un amplio sector de la juventud colombiana, situando la tasa de deserción preliminar en casi el 4% a nivel nacional. Este índice equivale a que 4 de cada 100 estudiantes abandonan las aulas durante el año escolar.
Las causas detrás de estos números incluyen diversos factores que impiden el acceso y continuidad educativa de los estudiantes. Las dificultades varían desde la lejanía de las escuelas y el difícil acceso a los centros educativos por parte de los estudiantes, pasando por la edad avanzada para ciertos niveles de estudios, hasta la carencia de documentos necesarios para la inscripción en instituciones educativas. Estas barreras se agregan a las condiciones socioeconómicas desfavorables que muchas familias enfrentan, tales como la búsqueda de oportunidades en otros lugares o el elevado costo de educar a varios hijos.
Sara Saldarriaga, líder de Educación en World Vision, subraya la importancia del retorno a las aulas como un derecho fundamental y señala la necesidad de implementar estrategias integrales que faciliten el acceso a una educación inclusiva y democrática. La experta destaca que, para muchos menores, regresar a la escuela no es una tarea sencilla debido a diversos obstáculos que deben superarse, enfatizando la urgencia de abordar estas cuestiones de manera efectiva para garantizar el pleno ejercicio del derecho a la educación.
Una luz al final del túnel
Durante los últimos tres años, World Vision ha llevado a cabo la iniciativa “La educación no puede esperar”, con el fin de facilitar el acceso a una educación de calidad a niños y adolescentes migrantes y refugiados en Colombia. Este proyecto, respaldado por Education Cannot Wait y la Embajada de Canadá, ha alcanzado a cerca de 39.000 beneficiarios, incluyendo familias, en un esfuerzo conjunto por mitigar las barreras educativas que enfrenta esta población vulnerable.
Desde 2021 hasta 2023, 1.687 menores que habían abandonado sus estudios lograron reincorporarse al sistema educativo colombiano gracias a programas alternativos como el Modelo Educativo Flexible de Aceleración del Aprendizaje y la estrategia no formal de Refuerzo Escolar. Estas iniciativas se han enfocado en mejorar capacidades fundamentales como la lectura, escritura, matemáticas y habilidades para la vida, prestando especial atención a grupos minoritarios como la etnia Wayuu y niños con discapacidad.
Asimismo, se ha registrado un impacto significativo en la mejora de competencias básicas y socioemocionales en 1.891 jóvenes beneficiarios, lo que ha contribuido a la disminución de la tasa de abandono escolar y al aumento de la retención estudiantil. Para asegurar el éxito de este programa, se ha brindado apoyo mediante la distribución de kits de alimentos, material escolar, mobiliario, y la rehabilitación de infraestructura educativa.