Leer en voz alta: el atractivo de leer para otros

Desde la antigüedad, las historias despiertan interés y captan la atención de grandes y chicos. Reunirse a escuchar cuentos, hazañas, mitos es una de las actividades que más nos atraen, nos emocionan, despiertan nuestro interés y activan nuestra imaginación. De ahí, la importancia que tiene poder leer en familia, leerles a los más pequeños de la casa.

La lectura en voz alta para bebés y niños pequeños no solo es un acto de compartir historias y momentos inolvidables, sino que también tiene beneficios profundos para su desarrollo, que van mucho más allá de la preparación para la alfabetización. Invitar a escuchar historias impacta positivamente en la memoria, fortalece los lazos emocionales entre las personas y permite un estado de bienestar general.

La lengua materna es el laberinto en el que los niños se sumergen desde el principio de sus vidas para otorgar significado a los estímulos que los rodean. Aunque los bebés no comprendan las palabras de manera convencional, leen el rostro de sus cuidadores, interpretando matices emocionales y aprendiendo sobre el mundo a través de gestos, miradas y sonrisas. Si bien los niños durante el primer período de su infancia no comprendan todas las palabras, responden a ritmos, expresiones y musicalidades. Estas experiencias son de esencial importancia para el desarrollo de su pensamiento desde los primeros días de vida.

Pero una vez que los niños entran en el sistema escolar, esa práctica de leer historias en voz alta empieza a ser menos frecuente. Sin embargo, se ha comprobado que los niños recuerdan significativamente mejor las palabras y los textos cuando leen en voz alta en comparación con la lectura silenciosa.

Este acto concreto de verbalizar las palabras crea una conexión más fuerte entre el lector y el texto, permitiendo que las palabras adquieran vida en la memoria, lo que beneficia la incorporación de nuevo vocabulario, ideas, conceptos. Por eso, muchos estudiantes estudian o repasan apuntes en voz alta. Escuchar la propia lectura es una buena estrategia para recordar con claridad distintos conceptos.

Cuando invitamos a los chicos a leer para otros, el desafío es mayor: el de conseguir la atención del destinatario de la lectura. En este sentido, es importante la claridad, la precisión, la pronunciación adecuada, la prosodia, la intencionalidad, la fluidez. Es leer para que otro entienda y, es imposible si el que lee no comprende lo que lee.

Esta actividad es profundamente enriquecedora: conecta al lector con una situación comunicativa real. En casa, los adultos podemos ser narradores y audiencia, de manera alternada, y darle espacio a la voz de los pequeños. Generar discusiones post lectura puede ser una buena manera de despertar más preguntas y activar la imaginación de los niños.

En la escuela, es más frecuente generar espacios de lectura en voz alta, donde la audiencia son los pares o niños de menor edad. Estas actividades tienen un alto impacto tanto en quien lee como en quien escucha y son buenas oportunidades para abrir espacios de intercambio creativo, expresivo, artístico que favorezca el desarrollo de pensamiento y la imaginación.

También es muy desafiante leer en voz alta en grupo: invitar a los chicos a asumir roles, ensayar personajes, practicar voces y tonos, imaginar situaciones en las que se producen los diálogos leídos.

En otros casos, la audiencia puede ser virtual. Son los casos de experiencias de proyectos de radio en la escuela. Muchas veces leer para una audiencia que está presente pero no se ve ayuda a los más tímidos a desinhibirse y favorece la práctica de la lectura y el desarrollo de fluidez.

La propuesta A leer en vivo, que desarrollamos en Ticmas, busca recuperar este escenario: el de la lectura para una audiencia. Este juego propone a los chicos de entre 8 y 12 años que se entrenen como “streamers”, es decir, como el protagonista de una transmisión en vivo. El entorno de la aplicación les ofrece distintas temáticas y cada participante elige la que es de su interés. El desafío es leer en voz alta para una audiencia imaginaria que asiste a esa transmisión.

A medida que van avanzando en el juego, la aplicación les propone responder preguntas en el chat sobre las distintas lecturas, lo que permite que el niño reflexione sobre lo que ha leído y ejercite su comprensión. Cada participante tiene la posibilidad de hacer los recorridos a su propio ritmo, volver atrás si considera que no ha comprendido, escuchar los audios con sus participaciones, lo que favorece su fluidez y el desarrollo de sus habilidades de lectura y comprensión.