El 83% de los argentinos considera necesario que los principales partidos políticos hagan un acuerdo para generar una política educativa que trascienda los gobiernos de turno. Así lo reveló la encuesta realizada por Cimientos, una organización de la sociedad civil que trabaja con programas que favorecen la terminalidad educativa de jóvenes de contextos vulnerables. La medición muestra, además, que esta demanda por un acuerdo educativo creció un 12%, si se lo compara con julio 2021, cuando recién se volvía a la presencialidad plena.
El estudio fue realizado junto a la consultora Isonomía, quienes indagaron sobre qué piensan los argentinos de los problemas educativos y la necesidad de generar acuerdos para buscar solucionarlos. La encuesta se llevó adelante en Argentina, con una muestra presencial conformada por 2000 hombres y mujeres entre 16 y 75 años, entre el 13 al 21 de diciembre del 2023.
Mercedes Méndez Ribas, directora ejecutiva de Cimientos, resaltó que “el shock que significó la educación a distancia durante la pandemia puso a la educación en el centro de la agenda y visibilizó la emergencia educativa. Sin embargo, a casi 3 años de ese acontecimiento, aún no se pudo generar un acuerdo educativo a mediano y largo plazo”.
Y agregó: “De todas maneras, es positivo que la exigencia crezca desde ese entonces. La sociedad es cada vez más consciente de que la educación en Argentina transita a dos velocidades generando una profunda desigualdad educativa. Por un lado, tenemos un país con un crecimiento sostenido en el sector tecnológico y de la innovación”.
“Nuestro país hoy cuenta con empresas y centros de investigación que trabajan en agrotecnología, desarrollo de software, biotecnología, desarrollo satelital, telecomunicaciones y nanotecnología aplicada a medicina, electrónica y energía. Este es el resultado de una educación de avanzada que nos posiciona como grandes exportadores de conocimiento, pero también somos testigos de otra Argentina en la cual sólo 5 de cada 10 jóvenes finalizan la escuela secundaria dentro de la educación común. Y, si prestamos atención, en los sectores más vulnerables sólo egresan 3 de cada 10 jóvenes. Todo esto en un contexto donde la pobreza alcanza al 60% de las niñas, niños y adolescentes”, reflexionó.
La encuesta también indaga acerca de los principales temas de la educación secundaria que los argentinos consideran prioritarios abordar como políticas educativas. Los resultados abarcan un amplio espectro de problemáticas, aunque se destaca que el 30% consideró que la educación para el mundo del trabajo y universitario debe ser la prioridad y en segundo orden el presupuesto y financiamiento educativo, para el 15% de los encuestados. Si se desglosa por nivel educativo, el reclamo para que la secundaria pueda facilitar la construcción de un proyecto post escolar, crece significativamente entre quienes alcanzaron niveles de educación media y superior.
“El artículo 30 de la Ley Nacional de Educación dictamina que la educación secundaria tiene la finalidad de habilitar a los estudiantes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de estudios. Como sociedad aún tenemos una deuda allí. Si bien es cierto que la crisis socioeconómica crea emergentes en el corto plazo que dificultan el desarrollo de políticas públicas que atiendan estas problemáticas estructurales; es a través de acuerdos de mediano y largo plazo que trascienden los gobiernos el mejor camino para trabajar en su solución. Como decía Sarmiento: todos los problemas son problemas de educación. Cuando entendamos esto como sociedad podremos sentar las bases para un acuerdo educativo que permita el desarrollo sostenible de nuestro país”, consideró Méndez Ribas.
En ese sentido, resaltó que desde la organización que encabeza trabajan “hace 26 años en todo el país con un mismo acuerdo sostenido en el tiempo: poner siempre a los jóvenes en foco”. Entendemos que el camino es situarlos en el centro de la escena para acompañarlos en la construcción de un proyecto de vida en autonomía y en libertad. Esto es importante para todos los jóvenes pero se vuelve urgente entre quienes se encuentran en contextos de vulnerabilidad. Llevamos a cabo nuestros programas junto a las escuelas, en donde implementamos un acompañamiento que consta de una tutoría personalizada que trabaja en el desarrollo de habilidades socio emocionales tales como autoconcepto, responsabilidad, autonomía, organización del tiempo y planificación, y una beca económica”.
“A su vez, en los dos últimos años del secundario impulsamos la orientación y formación vocacional y articulamos con todos los sectores para favorecer un primer empleo de calidad y formal una vez que los jóvenes egresan. Estamos orgullosos de nuestro trabajo por el cual durante el 2023 acompañamos más de 7000 jóvenes en sus trayectorias, en 23 provincias de Argentina y a lo largo de diferentes etapas de su formación. También acompañamos 128 escuelas y a 385 directivos y docentes. Es cierto que hay mucho por hacer pero los resultados nos muestran que estamos en el camino acertado: los estudiantes que cuentan con nuestro acompañamiento aumentan un 47% sus oportunidades de egreso efectivo en tiempo y forma. A su vez, el 75% de quiénes egresan acompañados por Cimientos continúan sus estudios o ingresan al mercado laboral formal”, finalizó Méndez Ribas.