La Primera Misión Latinoamericana de Investigación Análoga de Marte en España se realizó con éxito. La iniciativa de la Fundación Acercándote al Universo (FAU), impulsada durante 2023, tuvo postulaciones a nivel internacional, donde cuatro jóvenes de América Latina resultaron ganadores del concurso: un ingeniero en mecánica de fluidos, una médico, una ingeniera en aeronáutica y una joven astrobióloga y también licenciada en Derecho.
El objetivo de esta misión llamada “Principia” es fomentar la participación de los jóvenes en áreas STEM en Latinoamérica, al tiempo de visibilizar la creación de tecnología espacial en las nuevas generaciones a nivel internacional y así poder resolver diversas problemáticas que podrían tener las futuras colonizaciones.
En entrevista con Infobae, los cuatro participantes de la simulación espacial contaron a detalle cuál fue su experiencia dentro de la misión análoga y cómo ésta contribuye a futuras investigaciones sobre la vida humana en el espacio.
Sus nombres son Ingrid Marian, Mónica Ortíz, Sagrario Linares y Rivaldo Duran; tres mujeres mexicanas y un joven oriundo de Perú.
Los jóvenes latinos participaron en la convocatoria internacional de la FAU y resultaron ganadores gracias a sus propuestas de investigaciones espaciales que pudieran realizarse en el análogo de Marte, las cuales estuvieron enfocadas en Fisiología y adaptación humana; de Biofilm; estudios con metagenómica, así como estudios de comportamiento del aire.
Antes de ser partícipes de la misión análoga se les evaluaron criterios de buena salud, currículum, así como cartas de recomendación.
Entrenamiento y preparación previa
Ingrid Marian comentó durante la entrevista que luego de ser seleccionados tuvieron que prepararse físicamente de forma árdua y específica, imitando todo aquello que un astronauta debe hacer previo a una misión en el espacio. Durante su preparación aprendieron a escalar, a hacer rappel y tuvieron que acostumbrarse a realizar hasta dos horas diarias de ejercicio.
Durante tres meses, los ahora astronautas análogos (o tripulantes análogos) se prepararon desde sus localidades bajo un régimen sugerido y apegado a las rutinas de la NASA. Unas dos semanas previas a la entrada de la simulación, Astroland los comenzó a entrenar juntos bajo parámetros todavía más estrictos.
“Nuestra movilidad se empezó a limitar debido a los cascos y los trajes de la simulación. Toda esta preparación era para aprender a estar a salvo en el análogo, que se ubicó a 60 metros de altura. Teníamos que escalar, subir, bajar, pisar con cuidado y caminar además 1.5 kilómetros de largo”.
Los participantes de la simulación comentaron que las capacitaciones que recibieron por parte de Astroland no sólo involucraron la parte física, sino también las cuestiones psicológicas.
Mónica Ortíz, quien fue nombrada comandante de la Misión Principia, destacó que su asesoramiento estuvo en manos de especialistas en Psicología Espacial; cuando la simulación estaba en curso, se les realizaron entre tres a cuatro pruebas psicológicas diarias –dependiendo de las problemáticas que se presentaron cotidianamente– con un evaluador psicológico autorizado por NASA llamado Winscat.
“El evaluador nos hacía pruebas regularmente durante el día, hasta tres o cuatro veces dependiendo los estresores (...) Por ejemplo, si se te acabó la electricidad y tienes determinado tiempo para resolver este problema; o el oxígeno está muy bajo, tienes que resolver estos problemas matemáticos lógicos para poder recuperar este oxígeno”, recalcó la astrobióloga originaria de Oaxaca.
¿En qué consiste una simulación de la vida cotidiana en Marte?
El objetivo principal de la Misión Principia era emular lo más cercano posible a las futuras colonizaciones de Marte. Parte de la simulación también estuvo en el tratamiento del tiempo: al estar dentro de una cueva de Cantabria, una comunidad española, no había certezas del tiempo.
Por 15 días, los jóvenes latinoamericanos no tuvieron contacto con otras personas, se comunicaron sólo por vía satelital con la base Alfa (que se ubicaba en la ciudad de Santander, España), emulando el tiempo de retraso que se tiene con las comunicaciones en Marte (lo cual se traduce a 16 minutos de retraso total de la comunicación).
La guía de su día a día por más de dos semanas fue el estricto horario que les proporcionó Astroland. Con roles ya asignados, debían dar mantenimiento a los trajes, mantener limpia la estación, realizar sus investigaciones, hacer hasta dos horas de ejercicio, alimentarse con comida liofilizada, monitorear sus signos vitales, revisar el correcto funcionamiento de las tecnologías ocupadas e incluso cultivar los alimentos “con los que se alimentarán la próxima misión”, como lo hacen los astronautas de la Estación Espacial Internacional.
“Teníamos protocolos específicos (...) Es muy difícil ir con los trajes, tener la visibilidad limitada, moverte y sobre todo escalar en una cueva. Es el ambiente que se buscaba emular, un ambiente extremo y propiamente de Marte. Hubo caídas, golpes, resbalones porque solamente teníamos las luces de los cascos”, compartió Ortíz en la entrevista.
Realismo en la simulación
Para hacer lo más fiel y realista posible la prueba de simulación, los astronautas análogos convivieron 15 días sin celulares, con programas de computadora únicamente para la realización de sus investigaciones y sin conexión a internet.
En la inmersión en la cueva de Cantabria, los jóvenes no recibieron acompañamiento, lo que también los obligó a explorar solos el terreno dentro del lugar.
“Tú tenías que buscar donde donde vivir. Llegamos ahí al análogo, a la estación, entonces ya empezamos a administrar los recursos: la comida, el agua que se tenía que reciclar, el espacio donde dormimos. También teníamos comunicaciones limitadas y si teníamos un problema, nosotros teníamos que resolverlo. Había pocos insumos para la higiene personal, entonces teníamos que gestionarlos”, señaló Mónica Ortíz.
¿Qué problemas intenta anticipar la Misión Principia?
Pese a que aún quedan muchos años antes de la llegada del hombre a Marte, hay dos aspectos fundamentales en los que se tiene que trabajar previo a este suceso. Lo primero es la parte psicológica. Estudios como la simulación de latinoamericanos en el planeta rojo sirven para entender qué es lo que pasa cuando se confina a un grupo de personas en estas condiciones subterráneas.
Rivaldo Duran destacó que ya se han hecho estudios a nivel superficial y a nivel subacuático, pero hacía falta a nivel subterráneo. Asimismo, añadió que se gracias a estas investigaciones análogas se analiza la interacción social y cómo la experiencia causa diferentes reacciones en cada uno de los involucrados.
Durante una entrevista exclusiva, los participantes de la misión análoga en Astroland revelaron cómo el entrenamiento psicológico desempeñó un papel crucial en la simulación. Duran destacó que la psicología es esencial antes de enviar personas al espacio, siendo uno de los principales desafíos en medicina aeroespacial. Las misiones análogas sirven como entrenamiento previo para evaluar la idoneidad psicológica de los aspirantes, así como para probar equipos y experimentos antes de su envío real.
Por otro lado, Mónica Ortíz y Sagrario Linares también subrayaron la importancia de estas misiones análogas en el desarrollo de tecnologías y la formación de futuros astronautas. Destacaron la contribución de los aprendizajes obtenidos a la creación de nueva tecnología, permitiendo a los países latinos participar activamente en misiones espaciales y evitar la fuga de cerebros. Además, señalaron la necesidad de potenciar la formación en ciencia y tecnología en las nuevas generaciones de la región latinoamericana.
Tecnología utilizada en la simulación
Ingrid Marian contó que Astroland utilizó todo su equipo tecnológico como impresión 3D para los trajes que se utilizaron, los cuales contaban con sensores especiales.
También utilizaron realidad aumentada, así como el propio satélite de Astroland para mantener las comunicaciones con el equipo Alfa que se encontraba en Santander, España. Se destacó la importancia de probar tecnologías antes de enviarlas al espacio.
Mensaje para futuras generaciones
Cada participante compartió un mensaje alentador para las futuras generaciones interesadas en la exploración espacial. Se enfatizó la importancia de cultivar la curiosidad desde la infancia, perseguir sueños sin límites autoimpuestos, y la idea de que cualquier rama científica puede contribuir al espacio.
“Un factor crucial para estar en todo esto es la curiosidad, porque la infancia es la etapa donde surge preguntas tan básicas como por qué vemos todas las noches la Luna (...), y que esa curiosidad tiene que ser cultivada en la medida que vamos creciendo; ya estando en la en la universidad, buscar proyectos afines, buscar oportunidades como la de la simulación porque definitivamente es algo que te puede cambiar la vida, quizás hace muchos años no había tantas oportunidades en Latinoamérica, pero ahora las hay”, expresó Rivaldo Duran.
Por su parte, Ingrid Marian agregó que las personas deben perseguir sus sueños, aunque se piense que son más grandes que nuestras capacidades.
“Los límites los ponemos nosotros mismos y es posible todo (...) Antes no había muchas oportunidades sobre el espacio en Latinoamérica, pero al menos a estos días estamos viendo mucho desarrollo y mucho potencial, sobre todo porque hay mucha gente que tiene mucha capacidad para desarrollar proyectos espaciales y no espaciales también, en cualquier otra área y esa es una muy buena señal. Quiere decir que no nos estamos quedando con los brazos cruzados en en estas áreas STEM sino que estamos luchando día con día y cada vez hay más personas que quieren hacerlo”, recalcó la joven.
En su turno, Sagrario Linares alentó a las personas que quieren realizar investigaciones científicas en cualquier rama, pese a que existan estigmas o limitaciones en el tema.
“Siempre he visto el espacio como una extensión de laboratorio y este tipo de misiones análogas que hay en el mundo básicamente son extensiones de laboratorio, porque dan ambientes o características distintas en las que se pueden probar cosas y que van a funcionar diferente ahí adentro, o en el espacio, que lo que se prueba aquí afuera aquí en la Tierra (...) Hay mucho que descubrir y mucho que hacer”, sostuvo.
Finalmente, Mónica Ortíz cerró la conversación invitando a la indagación científica sobre el espacio, incluso para aquellas carreras que no se consideran dentro del enfoque STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
“Cualquier ciencia no steam se puede enfocar al espacio: desde la cuestión psicológica, la administración de negocios, como hasta la cuestión ingenieril y biológica (...) Tenemos muchísimo campo aún por explorar. Los niños tienen la oportunidad de todavía de hacer demasiadas investigaciones, de descubrir nuevas ciencias”, expuso.
“Lo más bonito es que nosotros pudimos ser pioneros en Latinoamérica. Lo difícil es dar el primer paso; ahora vamos a inspirar a otros. A los niños quiero decirles que no se rindan. Ningún sueño es tan grande si nosotros le ponemos el empeño, la voluntad y la dedicación, así que lo único que puedo decirles es que lleguen tan lejos, que las estrellas se vean cercanas”, destacó al cierre de la entrevista con Infobae.