La cantidad de niños y adolescentes en edad escolar que se alimentan en las escuelas públicas creció un 21% entre 2014 y 2022. Se trata de 2.843.000 estudiantes de entre 5 y 17 años que reciben la primera comida del día en horario escolar, y 1.860.000 que, además, almuerzan en el mismo ámbito.
De esta manera, uno de cada cuatro estudiantes recibe asistencia alimentaria en las escuelas de gestión estatal. Ese porcentaje representa un crecimiento en el período estudiado, ya que hasta 2014 la asistencia alcanzaba a uno de cada cinco chicos.
Las cifras surgen de un estudio realizado por la ONG Argentinos por la Educación, en el marco del informe “Programas de alimentación en escuelas de gestión estatal”, cuyos autores son Cecilia Adrogué (Universidad Austral y UdeSA-Conicet), Eugenia Orlicki y Leyre Sáenz (Observatorio de Argentinos por la Educación). La información utilizada surge, a su vez, del Relevamiento Anual del Ministerio de Educación de la Nación.
Los autores advierten que la cifra de estudiantes que se alimenta en las escuelas públicas aumentó en el período de ocho años estudiado un 21%, lo que equivale a 323.000 chicos más recibiendo una comida a cargo del Estado. En su gran mayoría, se trata de alumnos que acuden a escuelas con jornada completa. En efecto, el 86% de los niños que recibe almuerzo o desayuno en sus establecimientos asisten a esta modalidad extendida, mientras que sólo el 22% de los que concurren a escuelas de jornada simple almuerzan en los comedores escolares.
El número de niños que sólo recibe el desayuno en sus escuelas, en tanto, creció un 5%, pasando de 32% en 2014 a 37% en 2022.
El estudio realizado también analiza el nivel socioeconómico de los estudiantes que demandan alimentación por parte de los establecimientos educativos. Segmentado por quintiles - cinco grupos -, los autores remarcan que en el quintil de menor ingreso el 45,1% de los chicos desayuna y almuerza en las escuelas, mientras que en el quintil de mayor poder adquisitivo, el porcentaje alcanza el 16%.
La asistencia en las provincias
Las provincias que más asisten con un almuerzo a sus alumnos en escuelas públicas son: Formosa (45%), Córdoba (44%), CABA (37%), Entre Ríos (37%), Corrientes (36%) y Santa Fe (32%). En el otro extremo se encuentran Santa Cruz (0%), Neuquén (7%), Mendoza (7%), La Pampa (8%), San Luis (9%) y Misiones (10%).
Las provincias que más asisten con un desayuno a sus estudiantes de escuelas públicas son: Formosa (62%), Ciudad de Buenos Aires (55%), Corrientes (49%), Jujuy (47%), Santa Cruz (45%) y Tucumán (45%). Los porcentajes más bajos se encuentran en Mendoza (16%), Chaco (24%) y Córdoba (29%).
“Los comedores escolares en contextos socioeconómicos difíciles cumplen un rol fundamental. Tienen en sus manos la oportunidad de alimentar saludablemente a las nuevas generaciones de argentinos, quienes en muchos casos se ven privados de ello en sus hogares. La sana alimentación contribuye también a los aprendizajes”, señala Cecilia Adrogué, coautora del informe. Y agrega: “No existe un solo esquema de alimentación escolar, sino que son muchos y variados. Por otro lado, el presupuesto suele ser escaso. El hecho de que ya muchos chicos asistan es un primer paso: el siguiente sería mejorar lo que se les brinda, con un buen plan alimenticio, y con fondos suficientes”.
Sofía Moggia, secretaria de Grupo Tateti, una asociación civil de madrinas y padrinos de escuelas rurales, también resaltó la importancia del comedor escolar en esta modalidad. “En la ruralidad, el acceso a una alimentación nutritiva y saludable se dificulta por cuestiones económicas o de aislamiento. Muchas veces, las infancias que habitan estos entornos se alimentan exclusivamente de las comidas que pueden ofrecer las instituciones educativas. En este sentido, los servicios de alimentación escolar son un facilitador para alcanzar una nutrición adecuada. Este es un aspecto más en el que las escuelas se encuentran invisibilizadas, y por el cual es necesario continuar trabajando para que las infancias accedan a su derecho”.
Desde Fundación Agrupar también consideran beneficioso que los alumnos reciban el desayuno o la merienda, según el turno en el que estén cursando: “Hemos observado que este refrigerio ha tenido un impacto positivo en los estudiantes, ya que es un factor importante en el desarrollo de los procesos cognitivos y en su rendimiento académico. Además, es una buena iniciativa para despertar en los jóvenes el interés por las prácticas de alimentación saludable, y en muchos casos, la generación o profundización de buenos hábitos”, explica el equipo del programa de becas de esta organización con sede en Goya, Corrientes.