Qué hacer para que los niños no olviden en vacaciones lo que aprendieron en la escuela

Se estima que, en promedio, los estudiantes pierden dos meses en el nivel de destrezas lectoras y casi tres meses en competencias matemáticas durante el receso

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Las habilidades educativas de los niños se pueden afectar por las vacaciones (Getty)
Las habilidades educativas de los niños se pueden afectar por las vacaciones (Getty)

Las vacaciones constituyen un período crucial para que los niños se relajen de las actividades escolares, disfruten del juego y compartan momentos agradables con los seres queridos. No obstante, en esta etapa existe el riesgo de que se produzca una afectación en las habilidades aprendidas a lo largo del año lectivo.

Se estima, que en promedio, los estudiantes durante el periodo vacacional pierden dos meses en el nivel de destrezas lectoras y casi tres meses en competencias matemáticas. Esto implica que necesitan reforzar dichas competencias para continuar el proceso educativo con nuevos temas al inicio del próximo año escolar. Sin embargo, existe un aspecto positivo, según Maegen Storm, especialista del personal de enfermería del Sistema de Salud de la Clínica Mayo en Minnesota, señala que los padres, madres, tutores y todas las personas involucradas en el cuidado de los menores tienen la capacidad de colaborar en la reducción de este retroceso en el aprendizaje.

Se estima que los niños pierden dos meses en el nivel de destrezas lectoras y casi tres meses en competencias matemáticas durante las vacaciones (Getty)
Se estima que los niños pierden dos meses en el nivel de destrezas lectoras y casi tres meses en competencias matemáticas durante las vacaciones (Getty)

Esto no implica obligatoriamente la inscripción de los niños en programas de verano, refuerzo escolar o cursos durante las vacaciones, sino más bien la incorporación deliberada del refuerzo educativo y ejercitación de habilidades en las actividades diarias. En línea con esta perspectiva, la especialista de la Clínica Mayo propone las siguientes sugerencias:

Iniciar un hábito de lectura diaria, dedicando como mínimo 20 minutos. Permitir que los niños seleccionen lo que desean leer, incluso si el material es más sencillo al que manejan en la escuela.

En la visita al supermercado o centro comercial, le puede solicitar a los niños realizar las siguientes tareas:

- Hacer una lista de los productos.

- Leer los carteles de promociones o precios.

- Pesar los alimentos.

- Calcular el valor total de la compra.

- Comparar los precios de los diferentes productos para escoger la mejor opción.

- Contar los productos que van en el carrito de compras.

Foto de archivo. Una mujer junto a un niño realizan compras en un supermercado Walmart en Bentoville, Arkansas, EEUU. (REUTERS/Rick Wilking.)
Foto de archivo. Una mujer junto a un niño realizan compras en un supermercado Walmart en Bentoville, Arkansas, EEUU. (REUTERS/Rick Wilking.)

Puede aprovechar la elaboración de platos en la cocina como una oportunidad para que se ejerciten en matemáticas a través de las siguientes acciones:

- Calcular el tamaño correcto de las ollas a utilizar.

- Leer las recetas.

- Medir los ingredientes, por ejemplo media taza de leche.

- Enumerar los productos que se van a usar.

- Cortar las frutas y verduras en las cantidades correctas, ejemplo, media manzana.

Las actividades en la cocina pueden ayudar a reforzar conocimientos en matemáticas (Shutterstock)
Las actividades en la cocina pueden ayudar a reforzar conocimientos en matemáticas (Shutterstock)

Mientras se viaja en carro o bus, sugiera a los niños hacer actividades como:

- Cantar canciones.

- Jugar a deletrear palabras.

- Repasar operaciones matemáticas, sumar de dos en dos o practicar las tablas de multiplicar.

- Buscar objetos cuyo nombre comience con cada letra del alfabeto.

- Leer las señales de tránsito, carteles informativos o vallas publicitarias.

- Ejercitar seguimiento de instrucciones como girar a la izquierda o derecha.

- En la aplicación GPS, desactivar la voz y leer las indicaciones en voz alta.

- Escuchar podcast enfocados en temas como ciencia, universo o datos curiosos.

Al visitar un parque, se puede complementar la experiencia educativa integrando lo siguiente:

- Identificar la variedad de hojas, especies arbóreas, rocas, insectos, flores silvestres y plantas invasoras presentes en el entorno.

- Unirse a caminatas organizadas que no requieran pago, ideales para el aprendizaje y la exploración del hábitat natural.

- Profundizar sobre la historia y el nombre del parque, indagando en su fundación y la relevancia cultural o natural del espacio.

Las salidas al parque pueden integrar actividades que refuercen habilidades educativas (EFE/Peter Foley)
Las salidas al parque pueden integrar actividades que refuercen habilidades educativas (EFE/Peter Foley)

Los menores tienen la oportunidad de acceder sin costo a las bibliotecas, donde los espera una diversidad de materiales y actividades:

- Descubrir y seleccionar materiales inusuales para ellos como cómics, publicaciones periódicas, libros de gastronomía o material histórico de lugares conocidos.

- Asistir a muestras y actividades extraordinarias que organiza la biblioteca.

- Realizar una investigación detallada sobre un personaje, locación o suceso de importancia histórica.

Durante un viaje se puede enriquecer la experiencia con nuevas oportunidades de aprendizaje llevando a cabo actividades como:

- Realizar una investigación sobre el destino, qué actividades se pueden hacer, algo de historia del lugar, cómo se llega, entre otros datos de interés.

- Permitir que los jóvenes tracen la ruta en un mapa físico.

- Encargarles el seguimiento de la distancia recorrida, consumo de combustible y gastos en peajes.

- Compilar un álbum fotográfico que documente los detalles del viaje.

Diferentes actividades en la casa pueden estimular el conocimiento de los niños y niñas (Getty)
Diferentes actividades en la casa pueden estimular el conocimiento de los niños y niñas (Getty)

Estas actividades pueden contribuir al fomento del aprendizaje en casa:

- Participar en juegos de mesa y de cartas, además de armar rompecabezas, resolver crucigramas y sudokus.

- Enseñar a los más pequeños habilidades motrices finas, como atar los cordones y abotonar prendas.

- Practicar mecanografía a través de la redacción y envío de correos electrónicos.

- Establecer un club de lectura o sistema de intercambio de libros con los vecinos.

- Crear un álbum de recuerdos con fotografías, textos y objetos encontrados en las vacaciones.

Con el desarrollo de estas actividades se espera que los niños, niñas y adolescentes pongan en práctica sus habilidades en matemáticas y lectura de modo tal que al regresar al colegio después de vacaciones puedan continuar con la curva de aprendizaje de modo ascendente, y así poder avanzar en los temas curriculares.

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