Debido a que cada persona tiene intereses particulares de formación, la elección de la universidad es una decisión personal y en muchas ocasiones única en la vida. Por esta razón, es importante no tomarse este tema a la ligera y tener en consideración las necesidades y aspiraciones futuras para saber cuál es el camino indicado.
Laura Cáceres, psicóloga de la Universidad Católica de Colombia señala que “la elección de una profesión va encaminada al estilo de crianza y las inclinaciones en cuanto a pasatiempos y relaciones que tuvimos cuando crecimos. Generalmente, en los colegios nos permiten estar en varias actividades extracurriculares que nos dan un poco más de visión sobre nuestras competencias y habilidades, y que finalmente nos llevan a tomar esa decisión”.
Por otro lado, está también la influencia del hogar, las profesiones y demás actividades laborales que ejercen nuestros familiares pueden persuadir sobre la elección de la universidad.
Con este panorama, la Universidad del Rosario de Colombia, ha adelantado los siguientes criterios que podrían resultar prácticos para aquellos que se encuentran en este proceso:
Identificar las universidades que ofertan carreras o programas de su área de interés, así como la reputación de esta o la trayectoria en formación de profesionales preparados para el mundo y al servicio de la sociedad. Un importante indicador, es la tasa de empleabilidad de los egresados pues refleja la calidad en la formación de los programas académicos y la articulación de estos, con las necesidades del mercado laboral.
Los futuros universitarios podrán consultar el ranking global QS World University, que clasifica a las universidades de acuerdo con la reputación de sus graduados.
Revisar el portafolio de servicios y beneficios que ofrece la universidad, tales como: bienestar universitario, biblioteca, recursos para la investigación, espacios para actividades recreo-deportivas, áreas para el desarrollo de competencias blandas, bilingüismo y oportunidades de intercambio que permitan a los estudiantes tener un acercamiento a otras culturas, lenguas e instituciones extranjeras.
Hacer cuentas: revisar detalladamente la inversión en temas de matrícula, así como las opciones de financiación, becas y descuentos que ofrecen para llevar a cabo los estudios profesionales.
Conocer los aspectos diferenciales de la universidad en la que está interesado frente a otras instituciones educativas que también ofertan su programa de interés. Puede tener en cuenta estas preguntas para resolver lo anterior, ¿es posible participar en el gobierno estudiantil de manera destacada?, ¿qué reputación tiene la universidad?, ¿qué posición tiene en rankings del sector? Como dato adicional, revise si el programa al que quiere acceder cuenta o no con la Acreditación Institucional, ya que esto apunta sustancialmente a valorar la capacidad de la institución para sostener el proyecto educativo y la capacidad para enfrentar y dar respuesta a los rápidos cambios que plantea el entorno.
“Escoger la universidad es tan importante como la elección de la casa donde se quiere vivir, pues allí transcurrieron los próximos 4 o 5 años y que mejor que sea un lugar en donde se puedan desarrollar no solo los estudios si no también la consecución de relaciones personales, entre otras cosas que determinarán gran parte del futuro”, puntualizó María Claudia Rojas, directora de Marketing de la Universidad del Rosario.
Finalmente, vivir la experiencia: haga un listado con aquellas universidades de su preferencia y visítelas, conozca las instalaciones, hable con algunos estudiantes y compruebe el ambiente donde pasará varios años de su vida.