El Aprendizaje Basado en Proyectos o Problemas (ABP) ha surgido como un enfoque pedagógico innovador que busca la participación activa de los estudiantes en el proceso de aprendizaje.
Esta metodología desafía el modelo tradicional donde el docente es el centro del proceso, promoviendo que el alumno sea el protagonista y construya su propio conocimiento a partir de la resolución de problemas concretos y relevantes para la comunidad en la que se encuentra inmerso.
Retos del ABP en Latinoamérica
Uno de los principales retos que enfrenta el ABP en América Latina es la resistencia al cambio en los sistemas educativos que están acostumbrados a métodos más convencionales. En ese sentido, Astrid De Herrera, representante del equipo LED de Ticmas en ABP, comentó en entrevista con Infobae México que se ha hecho costumbre ver la tradicional imagen de las aulas sin que se modifique la forma de enseñanza desde nuestros ancestros.
“La diferencia de ABP de una metodología más tradicional, es la forma incluso de involucrarse. Siempre vemos a todos los niños sentados en un aula con la puerta cerrada, un pizarrón al frente y filas, es la imagen de la mayoría de las escuelas en Latinoamérica. (...) esto a pesar de que es notorio cómo el ser humano va cambiando, al igual que los alumnos y entonces las escuelas”, sentenció la especialista.
De Herrera añadió que en el Aprendizaje Basado en Proyectos está pensado para que el docente ya no sea una figura cerrada de autoridad, sino más bien una guía en la que puedan apoyarse las y los estudiantes, pues ellos serán quienes obtengan su conocimiento por medio del aprender a aprender y el aprender haciendo.
La formación del cuerpo docente sobre las técnicas y estrategias ABP es crucial para su implementación efectiva. Además, se requiere un diseño curricular flexible que permita la adaptabilidad y la contextualización de problemas a la realidad local y actual.
“Antes los alumnos decían ‘profesora, ¿le gusta mi trabajo?’; se buscaba la aprobación del docente. Ahora ya no es así, ahora se habla sobre si a ti te gusta, qué sientes y cómo lo percibes”, explicó Astrid De Herrera.
Cómo llevar ABP a las aulas
Ahí, la representante de Ticmas platicó que parte de poner en práctica esta metodología está basada en que sean los propios estudiantes quienes puedan dar una lluvia de ideas sobre lo que quieren trabajar con problemas reales que se enfrentan en su comunidad, como potabilizar el agua en alguna zona, o abordar el problema sobre la escasez de alimentos.
“Los alumnos pueden abordar problemas sobre cómo potabilizar el agua, y ahí el docente puede enseñar a través de eso tipos de suelo, geografía, historia, incluso que a propósito de ello se busquen textos sobre el agua, desde la ciencia a la literatura; es él quien tiene que adaptarse a las necesidades de las y los estudiantes”.
De Herrera enfatizó que incluso este método de enseñanza no está limitado a grupos pequeños de alumnos, pues si se tienen de 30 a más estudiantes, pueden dividirse en grupos y asignar tareas determinadas a diferentes soluciones, entre otras cosas.
“Ahí sólo los maestros y las maestras funcionan solo como un faro en medio del bosque, va a guiar con su luz a los estudiantes, pero son ellos quienes van a explorar los caminos y decidir de qué forma. De ahí, el profesor debe tener la habilidad de poner los temas que necesita el plan de estudios alrededor del problema o proyecto que se elegio”, profundizó Astrid.
El acceso limitado a recursos y a tecnología es otro desafío significativo. Muchas instituciones educativas en América Latina carecen del equipamiento adecuado y de la conectividad necesaria para un aprendizaje basado en la investigación y el acceso a información diversa. Esto puede limitar la profundidad y amplitud de los problemas abordados en el aula.
Pese a que usualmente se relacionan los diversos tipos de enseñanza con la tecnología e innovación, la representante de LED de Ticmas señaló que el Aprendizaje Basado en Proyectos puede realizarse dentro y fuera de los espacios virtuales.
“ABP trabaja con situaciones reales, se puede hacer con materiales reciclados, se puede hacer un huerto, puedes tratar las situaciones de vulnerabilidad que se tienen en la región y las comunidades. Si bien me parece que no se debería privar a las y los estudiantes a vivir experiencias con la tecnología (porque es lo que ven y viven a diario), todo lo de ABP puede adaptarse. Igual en la tecnología puedes abordar proyectos con simuladores a los que en la vida cotidiana no se tendría acceso, pero en otro punto usar lo que sí está a la mano y se enfrenta día a día”
Asimismo, la evaluación del aprendizaje es un aspecto crítico en el ABP. Crear sistemas de evaluación que no sólo midan la adquisición de conocimientos, sino también el desarrollo de competencias como el pensamiento crítico, la colaboración y la comunicación, representa un desafío que, a su vez, es una oportunidad para innovar en prácticas evaluativas.
A pesar de estos retos, el ABP presenta oportunidades significativas en América Latina. Puede contribuir al desarrollo de habilidades esenciales para el siglo XXI, fomentar la educación personalizada, y potenciar el aprendizaje interdisciplinario y colaborativo. Además, al centrarse en problemas locales, el ABP puede promover una mayor conciencia social y ambiental.
Las instituciones que han adoptado ABP en América Latina han reportado resultados alentadores, como un mayor interés y motivación por parte de los estudiantes, y una mejora en la retención del conocimiento. Ticmas ha llevado este modelo de educación a diferentes escuelas de la región, como México, Argentina y Chile, donde han podido demostrar mejores resultados académicos y mayor arraigo de los aprendizajes.
La clave para el éxito de ABP será la adaptación y el compromiso continuo con la formación docente, inversión en recursos, y un enfoque persistente en la mejora de los sistemas de evaluación.
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