El XVI Foro de Calidad y Equidad Educativa que organizó hoy Educar 2050 fue la ocasión para la primera aparición pública de Carlos Torrendell como secretario de Educación de la Nación. El funcionario participó de la apertura del evento realizado en la sede de Fundación Telefónica, donde homenajeó a la socióloga Inés Aguerrondo, fallecida hace un mes, y planteó la necesidad de construir confianza en el sistema educativo.
“El país se construye, como diría (Eduardo) Mallea, con la Argentina invisible que va haciendo cosas pequeñitas que nadie valora, pero que mantienen el país en pie pese a todo. Hay poner en valor esa artesanía de lo cotidiano que muchas veces no valoramos”, señaló Torrendell, al destacar el trabajo de Educar 2050.
El secretario pidió visibilizar los proyectos e iniciativas que impulsan los docentes en las aulas: “¿Por qué los periodistas no les dedican más espacio a las buenas prácticas educativas? Muchas veces la educación es solo malas noticias. Para poner en valor lo cotidiano, tenemos que hacerlo público. Para aprender, hay que hablar de lo que debemos mejorar, pero también hay que conocer buenas prácticas. Dediquémonos a hacerlas públicas”.
El funcionario, cuya cartera depende del nuevo Ministerio de Capital Humano, aludió al fallecimiento de su esposa, Ana Viticcioli, en 2020, para relacionar el proceso de sanación personal con el de la mejora institucional: “Los que me conocen saben que me pasaron cosas personales en los últimos años. Alguien me recomendó el libro La bailarina de Auschwitz, de Edith Eger. Yo no soy de los libros de psicología o autoayuda, pero debo admitir que me fue muy útil –contó–. Una vez estábamos con Inés Aguerrondo y con Gabriela (Azar), nos habían pedido dar un taller. Yo no sabía qué decir, ya me había aburrido de mí mismo. Se me ocurrió una idea: conectar el problema del libro, que es cómo sanar, con la innovación educativa. Hice la charla a partir de ese paralelismo, porque en definitiva la mejora es un proceso de sanación institucional, en el que estás tratando de suturar y plantearte adónde querés ir”.
“Me llamó la atención algo que el libro dice en uno de los últimos capítulos: ‘Nadie puede sanar si tiene miedo’. Ningún sistema educativo, ninguna política, ninguna escuela va a mejorar si tenemos miedo. El problema es que, con la historia compleja de la Argentina, el miedo aflora enseguida”, continuó Torrendell. El funcionario citó entonces el libro Trust in Schools (”La confianza en las escuelas”), del sociólogo estadounidense Anthony Bryk, para señalar que “en las escuelas donde hay confianza, la gente aprende más”.
Luego de homenajear a Inés Aguerrondo y de destacar su liderazgo en la renovación de las carreras del Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina, Torrendell se despidió invitando a los presentes a “salir del miedo y pasar a la aventura y al futuro”. Y pidió: “Como diría Francisco, recen por mí, y si no creen, tírenme buenas ondas”.
Tras la intervención del secretario de Educación, Manuel Álvarez Trongé –presidente de Educar 2050– y el periodista Ricardo Braginski recordaron también a Aguerrondo. El evento continuó con un repaso de las actividades y logros de la ONG durante este año, a cargo de la directora ejecutiva, Florencia Ruiz Morosini. Y siguió con un panel titulado “Rumbo al futuro: La educación que necesitamos”, con la participación Alejandro Morduchowicz (especialista en economía y financiamiento de la educación) y Axel Rivas (director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés), entrevistados por la periodista Luciana Vázquez.
El futuro de la educación: consensos, liderazgo e incertidumbre
El debate estuvo signado por el impacto de la prolongada crisis social y económica en el sistema educativo. Los especialistas hicieron hincapié en la necesidad de construir acuerdos en torno a prioridades (qué hacer), pero sobre todo en torno a las políticas (cómo hacerlo).
“Es preciso construir políticas más claras en sus metas y en los procesos necesarios para alcanzarlas”, planteó Axel Rivas, y lamentó el “déficit de capacidades estatales”. En ese sentido, señaló que “faltan áreas técnicas fuertes” en el Estado, especialmente en temas de currículum.
Para Alejandro Morduchowicz, hoy “el gran desafío es el cómo: cómo asignar los recursos con eficiencia y equidad, cómo atraer y retener a los mejores docentes, cómo construir gobernabilidad”.
Rivas coincidió: planteó la necesidad de acordar “una hoja de ruta y un núcleo básico de consensos para no empezar de nuevo con cada gobierno”. En ese sentido, señaló que “el campo de la educación es muy ideológico, en Argentina está muy polarizado, y a veces se pierde el sentido común”.
El director de la Escuela de Educación de UdeSA mencionó el ejemplo de Chile, que pudo construir una visión compartida de la carrera profesional docente y avanzó con reformas sucesivas que permitieron crear “un sistema meritocrático, con menos horas frente a alumnos para poder planificar, con mejores salarios según el nivel de especialización”.
Morduchowicz se refirió también al problema de la sostenibilidad de los consensos: “No es posible una mirada de largo plazo si cada gobierno viene con una idea fundacional, o a veces sin un diagnóstico”. Y reconoció que “en educación hay cada vez más temas de los que no se puede hablar”, entre ellos la carrera docente.
El especialista en financiamiento aludió a un “Estado pavloviano”, que “genera estímulos esperando que alguien reaccione”. El especialista planteó que “para los ministros de educación provinciales, en los últimos 30 años fue más fácil pedirle recursos al ministro nacional que a los ministros de economía provinciales”. A la vez, señaló que, como casi todo el presupuesto educativo nacional se destina a salarios y universidades, hay muy poco resto para la inversión en políticas de mejora.
En relación con la situación actual de incertidumbre y aumento sostenido de la pobreza, Rivas planteó que “es difícil hacer políticas de transformación en un contexto de crisis”, y que momentos como el actual “requieren mucha capacidad de escucha a las escuelas”. También retomó el valor de la confianza, como había planteado Torrendell en el inicio: “Sin confianza no se pueden construir los procesos de cambio”.
En ese sentido, Rivas señaló que “los países con reformas más serias, con mejora sistémica, no tuvieron enfrentamientos con los sindicatos, sino que supieron trabajar con ellos. Eso requiere de mucho conocimiento del sistema, construcción de confianza, y no soluciones de shock”. Morduchowicz destacó, por su parte, la importancia de las condiciones materiales de aprendizaje, entre ellas, la disponibilidad de recursos en las escuelas.
De cara al futuro, Rivas enfatizó una vez más el valor del diálogo y de “elevar la voz de las provincias que vienen haciendo bien las cosas”. Por su parte, Morduchowicz también planteó la necesidad de “mirar con atención a las provincias en este contexto nacional incierto”, y resaltó dos factores críticos para vislumbrar lo que viene: la disponibilidad (o no) de recursos para el Ministerio de Capital Humano, y el modo en que se articularán la Secretaría de Educación de la Nación y el Consejo Federal (el organismo que nuclea a los ministros de educación provinciales).
En el cierre del encuentro, Manuel Álvarez Trongé retomó varias ideas clave del debate: la importancia del liderazgo y los consensos, construir una hoja de ruta compartida y, como solía decir Inés Aguerrondo, reconocer la complejidad. Luego se preguntó: “¿A quién le importa realmente la educación en Argentina? ¿La sociedad está empapada de estos desafíos?”. Y al despedirse, dijo a los asistentes: “Nos vamos de este foro con la obligación de levantar más la voz por la educación”.