Más de la mitad de los estudiantes argentinos de 15 años quedaron por debajo del nivel básico en Matemática, Lectura y Ciencias, las tres materias evaluadas en la prueba PISA 2022. En Matemática, 7 de cada 10 (72,9%) alumnos no alcanzan niveles básicos, según los resultados difundidos por hoy por la OCDE. Con un puntaje promedio de 378 puntos en esta materia, la Argentina quedó en el puesto 66 de los 81 países o regiones evaluados.
Los desempeños de los estudiantes argentinos se mantienen estables en comparación con la última edición de la prueba, de 2018: se registran caídas de 1 punto en Matemática y de 1 punto en Lectura, y una mejora de 2 puntos en Ciencias. Ninguna de estas variaciones es estadísticamente significativa.
En América Latina, Argentina quedó en el 8° puesto en Matemática, por debajo de Chile (412 puntos), Uruguay (409), México (395), Perú (391), Costa Rica (385), Colombia (383) y Brasil (379). A nivel regional, el país solo supera los resultados de Panamá (357), Guatemala (344), El Salvador (343), República Dominicana (339) y Paraguay (338). El país mantiene ese mismo puesto regional en Lectura, mientras que en Ciencias queda en el 7° lugar, superando levemente a Brasil por 3 puntos.
Los resultados de Argentina en Matemática muestran que solo el 27% de los estudiantes de 15 años alcanzan o superan el nivel de desempeño 2, considerado “básico”. Para alcanzar este nivel, los estudiantes deben poder representar matemáticamente una situación simple (por ejemplo, comparar una distancia a través de dos rutas alternativas, o convertir precios en una moneda diferente).
La prueba PISA tiene 6 niveles de desempeño (el 1 es el más bajo y el 6, el más alto). En su última edición, el foco principal estuvo en Matemática. Por primera vez, en 2022 los estudiantes argentinos resolvieron la prueba en formato digital. La muestra nacional abarcó más de 12 mil alumnos de 15 años que asisten a más de 460 escuelas. También hubo muestras específicas de la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
En Lectura y Ciencias, 5 de cada 10 estudiantes argentinos no alcanzan los estándares mínimos (el nivel 2 de desempeño). En Lectura obtuvieron 401 puntos; en esta materia Argentina se encuentra en el puesto 58 de 81 países. En Ciencias, en tanto, los argentinos tuvieron un puntaje promedio de 406, que los ubicó en el puesto 60 de 81 países, según el informe “¿Cómo le fue a Argentina en las pruebas PISA 2022?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, elaborado por Martín Nistal, Eugenia Orlicki, Leyre Sáenz Guillén y Víctor Volman.
“Aunque ha habido un retroceso muy importante en los países de la OCDE, en los países de la región y en las jurisdicciones que participaron con sobremuestra, Argentina mantiene la estabilidad”, afirmó el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk. “Esa estabilidad se da al mismo tiempo que incorporamos chicos al sistema educativo: desde 2007 sumamos 20 puntos de inclusión en la escuela secundaria”, dijo Perczyk a Infobae.
Como en 2018, CABA y Córdoba obtuvieron resultados por encima del promedio nacional, aunque sus caídas fueron mayores. Los alumnos de CABA alcanzaron un puntaje promedio de 424 en Matemática, 449 en Lectura y 451 en Ciencias; los de Córdoba tuvieron 394 en Matemática, 419 en Lectura y 422 en Ciencias. Por su parte, Mendoza –que participó con muestra propia por primera vez– obtuvo resultados prácticamente idénticos a los nacionales en las tres áreas evaluadas.
“El gran desafío es lograr que nuestros chicos mejoren sus niveles de aprendizaje y para mejorarlos hace falta garantizar que haya clase todos los días, todas las horas y durante más años. Por eso es necesario garantizar que todos los chicos vayan al jardín, y que haya más horas de clase en la escuela argentina. Esto lo hemos incluido en la nueva Ley de Financiamiento Educativo”, agregó el ministro.
Caen los aprendizajes a nivel global
A nivel global, los resultados de las pruebas PISA mostraron “una caída de rendimiento sin precedentes”, según el informe difundido hoy. El rendimiento medio en los países de la OCDE cayó 15 puntos en Matemática y 10 puntos en Lectura, mientras que Argentina mantuvo sus bajos desempeños sin variaciones significativas.
Para explicar esta “dramática caída en el desempeño”, el informe PISA alude al impacto de la pandemia de COVID-19, pero también advierte que el retroceso en los aprendizajes es una tendencia “de largo plazo”, que se viene registrando desde hace al menos 10 años en las evaluaciones internacionales. Entre las excepciones a esta tendencia, el informe destaca los casos de Colombia y Perú, que vienen mejorando sus resultados.
El top 10 de PISA 2022 está encabezado por países asiáticos. Singapur lidera los resultados, con un puntaje promedio de 575: una diferencia de 197 puntos con respecto a Argentina –equivalente a casi 5 años de escolaridad–. Le siguen las regiones chinas de Macao (puesto 2), Taipei (3) y Hong Kong (4), y luego Japón (5) y Corea (6). El top 10 se completa con Estonia (7), Suiza (8), Canadá (9) y Países Bajos (10).
Los países nórdicos, que solían ser considerados modelos globales, quedan más abajo: el mejor posicionado es Dinamarca (puesto 13), mientras que Finlandia se desploma al puesto 20, y más atrás aparecen Suecia (22), Noruega (32) e Islandia (37).
De los 5 últimos puestos del ranking PISA 2022, 4 pertenecen a países latinoamericanos: Guatemala (77), El Salvador (78), República Dominicana (79) y Paraguay (80). Tres de ellos –Guatemala, El Salvador y Paraguay– participaron este año por primera vez. En el último lugar a nivel mundial queda Camboya (81).
“Aparece una clara paradoja, tanto para Argentina como para América Latina, donde los resultados no bajaron entre 2018 y 2022 pese al impacto de la pandemia, y pese a haber sido la región donde se suspendieron las clases presenciales durante más tiempo”, analizó Axel Rivas, director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés (UdeSA).
“Esta paradoja tiene una cara positiva, congruente con el resultado de las pruebas Aprender 2022, que –tras la caída en 2021– mostraron que se logró sostener los niveles de aprendizaje previos a la pandemia. La cara negativa es que Argentina tiene resultados muy bajos, con grandes deudas históricas que se sostienen en el tiempo”, planteó Rivas.
¿Por qué Argentina y América Latina no empeoraron sus resultados como sucedió en otros países? “Una hipótesis es que muchas veces las evaluaciones no son sensibles a cambios en el corto plazo, tienen limitaciones metodológicas. Es posible que los resultados de los países con niveles más bajos tiendan a modificarse menos en el tiempo. La otra hipótesis posible es que los países de la región lograron sostener sus bajos niveles de aprendizaje en la pospandemia”, esbozó el especialista de UdeSA.
Un estancamiento prolongado que exige mejoras
“El derrumbe educativo argentino entre 2000 y 2022 va a demandar un esfuerzo enorme que aún no ha comenzado. Los datos corroboran lo que ya sabíamos por las pruebas Aprender y las pruebas de la UNESCO de 2019″, señaló Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.
“Argentina está en la cola del ranking de los países de mayor desarrollo de América Latina, solo por encima de los países pobres latinoamericanos. Esto es coincidente con los datos de la UNESCO que muestran un derrumbe entre 1996 (cuando Argentina era 2°) y 2019 (puesto 11°, detrás de El Salvador). Chile, en cambio, se acerca al promedio de la OCDE”, explicó Narodowski.
Por su parte, Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO, opinó: “La caída en los logros educativos de la Argentina solo se explica por el avance de un proceso de desinstitucionalización que sufre el país, que genera una pérdida de la eficacia del sistema y sus escuelas”.
Al analizar los desempeños en Matemática, se observa que Argentina tiene apenas un 0,3% de alumnos en los niveles más altos (5 y 6), mientras que en los países de la OCDE el 8,7% de los alumnos alcanza esos niveles. También es bajísimo el porcentaje de alumnos argentinos con los más altos desempeños en Lectura (1%) y en Ciencias (0,5%).
“Del colapso no se salva nadie: en Argentina los sectores sociales de mayores recursos económicos evidencian un rendimiento que es igual al rendimiento del segundo quintil de ingresos del promedio de la OCDE; en otras, palabras, los más pudientes argentinos tienen un nivel educativo similar a los pobres de la OCDE”, agregó Narodowski.
“Los resultados en Argentina muestran un estancamiento sistemático desde 2009 a esta parte. Creo que los resultados de 2000, que se usan a menudo para contrastar, posiblemente se vinculan con los procesos más selectivos y excluyentes en la educación secundaria en ese momento”, dijo Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos.
Para Kit, los resultados de Argentina marcan “un imperativo para la mejora generalizada del sistema educativo, en lo que hace a las formas y el tiempo dedicado al desarrollo de las capacidades de pensamiento vinculadas a la palabra escrita, el conocimiento lógico matemático y el pensamiento científico”.
“Si bien en los últimos años se puso en agenda pública la necesidad de mejorar la lectura, puede haber un error si se piensa que se termina de aprender a leer en el primer ciclo de primaria. Pero en matemática estamos en una situación dramática y de alto perjuicio para los y las adolescentes”, continuó Kit.
La especialista agregó que los cuestionarios complementarios de la prueba sobre la enseñanza de matemática “pueden ser un buen punto de partida” para identificar estrategias de mejora, “si de verdad hay interés político, técnico y social en encarar esta necesidad de aprendizaje”.
Sobre este punto, Cecilia Veleda, doctora en Sociología de la Educación y exdirectora ejecutiva del Instituto Nacional de Formación Docente, destacó las respuestas referidas al clima escolar: “El 31% de los estudiantes argentinos dicen no poder trabajar bien en las clases (contra el 23% en los países de la OECD), 44% no escucha lo que dice el docente (contra 30% en la OECD) y 54% se distrae con dispositivos digitales (contra 30% en los países de la OECD)”.
Veleda valoró “la participación sostenida de la Argentina en PISA desde el año 2000, ya que es una evaluación muy bien diseñada y validada, que permite una comparación en el tiempo y nos aporta otra mirada sobre el sistema al medir capacidades (lectoras, científicas y matemáticas) y no la memorización de contenidos”.
Sobre los resultados, la especialista planteó que “ojalá sirvan, en este momento de recambio de autoridades, para que el presidente y los gobernadores se comprometan con el tema”. Para Veleda, “el contexto de crisis económica, aumento de la pobreza y fragmentación política exige más que nunca liderazgo político para comenzar un proceso de mejora, que es difícil pero posible”.