Cada año, la UNESCO publica el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM, por sus siglas en inglés), que realiza un análisis de la situación educativa y propone recomendaciones para mejoras. Cada informe se enfoca en un tema específico, y el GEM 2023 se centra en el papel de la tecnología.
La UNESCO identifica diversos problemas asociados con el uso de la tecnología en la educación. La falta de equidad en el acceso a la tecnología es uno de los principales inconvenientes, ya que puede exacerbar las desigualdades educativas existentes. El GEM 2023 subraya, además, que el uso inadecuado de la tecnología puede tener consecuencias negativas en el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes, especialmente en la primera infancia.
La tecnología, se enfatiza, no debe considerarse como una solución mágica, sino como una herramienta complementaria capaz de mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Por ende, el informe resalta la importancia de adoptar un enfoque crítico y equilibrado hacia la tecnología en la educación, evaluando con detenimiento su impacto en el aprendizaje y el bienestar estudiantil. Teniendo presentes estas consideraciones, es evidente el papel positivo que la tecnología puede desempeñar en la gestión del sistema educativo y en la reducción de las brechas educativas.
Ejemplos concretos de este impacto son la Biblioteca Digital Académica Nacional de Etiopía y la Biblioteca Digital Nacional de India, que han ampliado el acceso a recursos de enseñanza y aprendizaje en estos países. Asimismo, el Portal para Docentes de Bangladesh, con más de 600,000 usuarios, ha mejorado el acceso a la formación de maestros en el país. La tecnología puede contribuir a asegurar que más conocimientos lleguen a un mayor número de alumnos, presentándolos de manera atractiva y económica, lo que resulta especialmente beneficioso para los estudiantes desfavorecidos.
Es esencial aprender a convivir tanto con la tecnología digital como sin ella, aprovechar lo necesario de la abundancia de información e ignorar lo superfluo, permitiendo que la tecnología respalde la conexión humana que sustenta la enseñanza y el aprendizaje, pero nunca que la reemplace. Al considerar la incorporación de tecnología digital, los sistemas educativos deben asegurar en todo momento que el interés superior de los estudiantes sea el núcleo de un marco basado en los derechos. La prioridad debe ser el logro de resultados de aprendizaje y no la implementación de avances tecnológicos. Para contribuir a mejorar el aprendizaje, la tecnología digital debe complementar y no sustituir la interacción cara a cara con el profesorado.
Resulta fundamental que los sistemas educativos adopten un enfoque equilibrado y crítico hacia la tecnología, evaluando con cuidado su impacto en la educación y el bienestar de los estudiantes. El informe destaca la necesidad de un debate más complejo y democrático sobre las compensaciones entre los beneficios y riesgos de la tecnología en la educación.
Cada actor de la educación desempeña un papel importante. Los padres actúan en la promoción del uso responsable y seguro de la tecnología en la educación de sus hijos. Los maestros, por su parte, pueden beneficiarse de la tecnología al mejorar su capacidad para personalizar la enseñanza y el aprendizaje y al acceder a recursos de enseñanza y aprendizaje de alta calidad. Los estudiantes también pueden beneficiarse de la tecnología al mejorar su acceso a recursos de aprendizaje y al desarrollar habilidades digitales necesarias en la vida cotidiana y en el mercado laboral.
En el GEM 2023 también se destaca la importancia de adoptar e implementar legislación, normas y buenas prácticas consensuadas para proteger los derechos humanos, el bienestar y la seguridad en línea del profesorado y alumnado, teniendo en cuenta el tiempo de conexión y de exposición a pantallas, la privacidad y la protección de los datos. Así como evitar la publicidad comercial en entornos educativos y regular el uso ético de la inteligencia artificial en la educación.
Adicionalmente, el GEM 2023 resalta la importancia de asegurar que la tecnología en la educación sea relevante, equitativa, escalable y sostenible. La tecnología debe ser pertinente para las necesidades educativas de los estudiantes y los objetivos de aprendizaje, equitativa para garantizar el acceso universal, escalable para adaptarse a diferentes contextos y sostenible para asegurar su continuidad a largo plazo.