Desde 1959, cada 15 de noviembre se celebra el Día Nacional de la Educación Técnica, declarado por el Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET). Con ese marco, el Observatorio de Argentinos por la Educación presentó el informe “Secundaria técnica: crece la matrícula con participación femenina estable”. El trabajo hecho por Guillermina Laguzzi (OEI), Martín Nistal y Víctor Volman (Observatorio de Argentinos por la Educación) examina la evolución de la oferta y la matrícula de las escuelas técnicas a nivel nacional y provincial, así como la proporción de estudiantes mujeres.
Según el informe, la matrícula en escuelas técnicas aumentó un 20% en la última década, alcanzando la cifra de 710.081 estudiantes en 2020. Este crecimiento superó el registrado en la secundaria común, que fue del 11,4% en el mismo período. El análisis detalla que, a nivel nacional, la oferta educativa en escuelas técnicas también se incrementó en un 15,2% (de 1.454 a 1.675 instituciones) y un crecimiento del 25% en la cantidad de secciones (aulas).
Sin embargo, hay una disparidad en el crecimiento de la matrícula a nivel provincial. Mientras algunas jurisdicciones, como Santa Cruz, La Rioja y Tierra del Fuego, mostraron un aumento significativo (13,8 puntos porcentuales, 8,2 pp y 6,5 pp respectivamente), otras, como CABA, San Luis y Santiago del Estero, registraron disminuciones en la proporción de estudiantes que eligen esta modalidad.
El dato llamativo la participación de las mujeres en esta clase de escuelas técnicas. Los datos hablan de una meseta: de 33,1% en 2011 a 34,2% en 2020. Las cifras muestran que la paridad de género aún está lejos; en el total de las escuelas secundarias, las mujeres representan el 50,1% de la matrícula). Las provincias con mayor proporción de mujeres en escuelas técnicas son San Luis, La Rioja y Santiago del Estero, mientras que Buenos Aires, La Pampa y CABA muestran las cifras más bajas. El informe destaca que Río Negro fue la provincia con el mayor crecimiento en la matrícula femenina, seguida por Santa Cruz y Neuquén, mientras que San Luis experimentó el mayor retroceso.
Guillermina Laguzzi, coautora del informe, destaca que “si bien todo el sistema educativo forma, (o debiera formar) para el mundo del trabajo, la secundaria técnica tiene una particularidad y es la articulación entre una formación general integral y una formación técnica que dialoga con las necesidades y transformaciones socioproductivas. La articulación de teoría y práctica, así como la formación en ambientes de trabajo, representan un plus respecto de la secundaria común, muy valorado por estudiantes, familias y mercado laboral”.
Ludovico Grillo, Director de la Escuela Técnica Roberto Rocca de Campana, explica que “el contexto actual aleja al adolescente de la escuela secundaria clásica de clases expositivas y conocimientos teóricos. La educación técnica da al estudiante experiencias prácticas y concretas, especialmente en los talleres”. “Las prácticas profesionalizantes, que se han implementado en muchas partes del país, son también un proyecto atrayente, a la vez que mejoran la salida laboral. Además, las mujeres, tradicionalmente alejadas de la educación técnica, están encontrando que no existe ningún impedimento para que puedan participar de esta modalidad. Son tres tendencias que hacen muy lógico que la educación técnica vaya atrayendo cada vez más estudiantes”, asegura Grillo.
Gustavo Gándara, Director Ejecutivo de UOCRA, expresa que “consolidar y ampliar las tendencias positivas en materia de formación media técnica, puede estar asociado a su integración con otros dispositivos que enriquezcan la oferta, le den integralidad a la misma, como por ejemplo su complementación con la formación profesional, la terminalidad educativa, la orientación laboral y la certificación de competencias. De esta manera, la oferta puede diversificarse y enriquecerse en contenidos y formatos”. “Enriquecer la oferta de formación técnica, estará vinculada con la participación y colaboración de los actores del mundo del trabajo y del mundo productivo en su diseño, planificación, ejecución y seguimiento”, explica Gándara.