Los World’s Best School Prizes, entregados el sábado pasado en Londres, reconocieron la labor de cinco escuelas por su impacto positivo en las comunidades locales y la educación global. La red internacional de educadores T4 Education otorgó 250.000 dólares a cada institución ganadora. Los World’s Best School Prizes buscan incentivar prácticas educativas que mejoren comunidades y sirvan de ejemplo global. Con creatividad e innovación, la educación puede transformar vidas.
La Escuela Max Rayne Hand in Hand de Jerusalem, que integra a estudiantes judíos y árabes en un ambiente bilingüe, se llevó el premio a la superación de la adversidad. Con 600 alumnos que reciben clases en hebreo y árabe, la escuela busca tender puentes entre comunidades en conflicto. En declaraciones tomadas por la Agencia EFE, Dani Elazar, director ejecutivo de la red de escuelas Hand in Hand dijo que “Ganar un premio como ‘la mejor escuela del mundo’ normalmente sería motivo de celebración. Con una guerra desatada y miles de vidas preciosas perdidas, este no es el momento de celebrar. Es el momento de la resolución”.
Otra ganadora fue la Escuela Riverside de Ahmedabad en India, distinguida por su programa de aprendizaje innovador que potencia la creatividad y el pensamiento crítico de los alumnos. Con métodos como “aprender haciendo”, los estudiantes desarrollan habilidades y valores para mejorar su comunidad.
La Institución Educativa Municipal Montessori de Pitalito en Colombia implementó un proyecto ambiental donde los estudiantes aprovechan los residuos del café para hacer productos sustentables, como jabón orgánico. Esta iniciativa ecologista le valió el premio a la acción ambiental.
Desde Sudáfrica, la escuela SPARK Soweto ganó por su colaboración con la comunidad local. Esta institución, que actúa en la ciudad natal de Nelson Mandela, ha desarrollado programas que empoderan a los jóvenes para combatir problemáticas sociales como la violencia de género y la contaminación. Los estudiantes también enseñan a leer en las escuelas cercanas.
La quinta escuela premiada es la brasileña EEMTI Joaquim Bastos Gonçalves, reconocida por promover la salud mental entre sus alumnos, con acceso a psicólogos y talleres tras la pandemia. Este trabajo de contención emocional le otorgó el premio al apoyo de vidas saludables.
“Los educadores de todo el mundo deben mirar los brillantes ejemplos de sus escuelas en la diferencia que han marcado en tantas vidas”, dijo Vikas Pota, fundador del premio. Y continuó: “Los gobiernos deben mirar el trabajo pionero que han realizado mientras buscan respuestas a los grandes desafíos que enfrentamos hoy”.