Referentes educativos de las tres principales fuerzas políticas debatieron ayer en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) sobre los desafíos que tendrá la próxima gestión educativa nacional. En un anticipo de los temas que pueden aparecer en el primer debate presidencial del próximo domingo –que incluye la educación entre sus temas principales–, Martín Krause (La Libertad Avanza), Mónica Marquina (Juntos por el Cambio) y Germán Lodola (Unión por la Patria) discutieron sobre prioridades educativas para el próximo gobierno.
La moderación estuvo a cargo de Marcelo Rabossi, investigador y profesor de la UTDT, y Víctor Volman, director del Observatorio de Argentinos por la Educación, las dos instituciones que organizaron el encuentro. En un primer momento, cada referente tuvo 10 minutos para exponer sus propuestas. Luego hubo respuestas cruzadas y un par de preguntas del público.
La primera intervención quedó en manos de Krause, quien empezó diciendo: “Los temas que me parecen prioritarios no son los que veo que discute la casta pedagógica”. Y al referirse al sistema educativo, planteó: “Corresponde abrir el juego a una mayor diversidad. No creo que haya una sola solución a los problemas: hay que dar la oportunidad de ensayar distintas soluciones”.
Libertad de contenidos, de métodos y de elección
Profesor de la UBA y la UCEMA y miembro del consejo académico de la fundación Libertad y Progreso, Martín Krause sostuvo que “la libertad debe avanzar en educación en tres sentidos: libertad de contenidos, de metodologías y de elección del proveedor del servicio”. Y aclaró que, aunque este último punto –los vouchers– fue el que ocupó más espacio en la campaña, para él es el menos importante.
Sobre la libertad de contenidos, su principal crítica estuvo dirigida a los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP). Allí planteó que “el problema es que haya contenidos homogéneos: nosotros queremos que haya diversidad, que los padres puedan elegir el tipo de educación de sus hijos”.
Y siguió: “Todo sistema obligatorio y compulsivo termina siendo un sistema de adoctrinamiento. Con los NAP se busca un contenido unificado: la visión que se quiere imponer a todo el sistema apunta a crear alumnos militantes. Se hace foco en el conflicto y en la lucha, el poder. No se habla de la cooperación social pacífica que ocurre en la sociedad día a día”.
Krause dio algunos ejemplos: “Las asambleas son un contenido previsto para los chicos de segundo grado: desde chiquitos los queremos en la lucha y en la militancia. En los NAP también se habla de discriminación y genocidio: los pueblos originarios, los armenios, los judíos. Está muy bien. Pero faltan los muertos de Stalin en la Unión Soviética, los de China, Corea del Norte, Camboya”. También cuestionó los contenidos de economía previstos para la secundaria: “No se habla de demanda y precio, sino del poder y la lucha de clases”.
Sobre la libertad de métodos de enseñanza, Krause también resaltó que “tiene que haber diversidad” y defendió “el empowerment de los directores y maestras para que muestren su creatividad”. Por último, reivindicó la propuesta de los vouchers “para darle a la gente la capacidad de elegir”.
Calendario escolar, inversión eficiente y alfabetización
Mónica Marquina, investigadora del Conicet y profesora UBA, habló en segundo lugar sobre las propuestas educativas de Juntos por el Cambio: “Me toca estar entre dos modelos: el modelo de la libertad de elegir con menos Estado, y un modelo que no logra cumplir las leyes y no toma decisiones en base a evidencia. En un caso una discute con una idea, y en el otro con alguien que está en el terreno”, dijo en referencia a sus dos interlocutores.
Los primeros cuestionamientos de Marquina estuvieron dirigidos a lo dicho por Krause. Sobre los NAP, explicó que “apenas se cumplen” y que “son pisos, no techos”. Luego definió: “Hay contenidos básicos que son fundamentales. Me preocupa pensar que no sean obligatorios algunos saberes que deberían ser universales, que parten de la alfabetización y el cálculo, y que luego dan lugar a otros saberes. Si la demanda de la familia es el criterio para definir los contenidos, ¿qué pasa con los saberes básicos universales que son necesarios para todos?”.
Sobre la propuesta de “libertad de métodos”, Marquina respondió que “para ensayar y ver cuál es el mejor método, es necesario el Estado”. Y por último, sobre los vouchers afirmó: “En sociedades desiguales como la nuestra, el esquema de financiamiento a la demanda profundiza los problemas. Se pone de ejemplo a sociedades homogéneas como Finlandia o Suecia, pero en Nicaragua la experiencia fue catastrófica”. También señaló que es una propuesta “pensada desde las ciudades”.
Marquina agregó que en el esquema que propone La Libertad Avanza, “la libertad de elegir no es de las familias sino de las escuelas más demandadas, mientras que mejora la posición relativa de los hijos de los sectores más acomodados”. A la vez, señaló que “implica una estatización de lo privado: habría apropiación de financiamiento público por parte de escuelas privadas, incluso de las que hoy no reciben subsidios”. Y cerró la primera parte de su intervención diciendo que “todo el esfuerzo habría que orientarlo a que haya cada vez mejores escuelas, en vez de profundizar la segmentación”.
Luego, Marquina dirigió sus cuestionamientos al actual oficialismo. Y se refirió al nuevo proyecto de Ley de Financiamiento Educativo, impulsado por el Gobierno nacional y discutido el miércoles en la comisión de Educación de la Cámara de Diputados.
Sobre este punto, Marquina afirmó que “no sirve financiar sin medir, sin metas claras e indicadores”, y resaltó que es necesario “mejorar la eficiencia y la equidad” de la inversión. Recordó que la meta del 6% del PBI establecida desde 2010 por la ley actual “solo se cumplió un año”, y que allí hay “responsabilidad concurrente del Estado nacional y las provincias”. También cuestionó que el proyecto de ley que propone aumentar la inversión educativa y llevarla al 8% del PBI haya llegado junto con el Presupuesto 2024, que supone “una baja del gasto del 18%”.
Marquina señaló que tampoco se termina de cumplir la Ley de Educación Nacional de 2006, y mencionó los artículos referidos a la “carrera docente horizontal” (art. 69) y la asignación de los mejores docentes a las zonas más desfavorables (art. 83). Otro incumplimiento, para Marquina, tiene que ver con el calendario escolar: “No se cumplen los 180 o 190 días de clase, ni tenemos un sistema nominalizado para verlo en tiempo real”. En ese sentido, Marquina reclamó por mayores avances en el Sistema Integral de Información Digital Educativa (SInIDE).
Con respecto a la calidad educativa, la especialista de Fundación Alem comparó los datos Argentina y Perú en la evaluación regional ERCE 2019 para mostrar que “Argentina empeoró y está por debajo del promedio regional, mientras que Perú mejoró. Ambos países tienen tasas similares de escolarización en primaria, así que son comparables”. Y aludió también los problemas en la alfabetización: “Hay cierta resignación a que los chicos de sectores vulnerables no pueden aprender a leer en primer grado. Pero existe evidencia de que sí pueden”.
Marquina presentó las propuestas de Juntos por el Cambio a partir de 5 puntos: 1) Esencialidad de la educación, con 190 días efectivos de clase; 2) Plan Nacional de Alfabetización, con el objetivo de lograr la lectocomprensión en primer grado; 3) Nueva escuela secundaria, con modelos más flexibles en base a las experiencias exitosas de las provincias y “saliendo del debate repitencia o promoción automática”; 4) Plan nacional de formación y jerarquización docente, que implica a largo plazo la reforma de la formación inicial y la acreditación de los institutos de formación; 5) Educación y trabajo, incorporando el trabajo a la currícula y fomentando experiencias que permitan involucrar a los estudiantes con el mundo del trabajo.
Financiamiento continuo, seguro y suficiente
El tercer turno fue para Germán Lodola, secretario de Evaluación e Información Educativa del Ministerio de Educación de la Nación. Lodola empezó diciendo que “en la elección presidencial se define el futuro de Argentina”, y que precisamente “la educación y el trabajo son los dos ordenadores de la vida social y de nuestro futuro”. Luego confrontó con Marquina: “Mónica dijo que hay tres; yo digo que hay dos modelos: el nuestro, y el de los dos que están a mi derecha”.
“Hay un modelo privatizador, que mercantiliza la educación, que ajusta el financiamiento educativo nacional, que busca arancelar las universidades. Que, cuando fue aplicado, desinstitucionalizó logros fundamentales del sistema educativo”, dijo Lodola.
Luego respondió a las propuestas formuladas por Krause: “Con respecto a los contenidos: los NAP fueron aprobados por el Consejo Federal de Educación, por provincias gobernadas por distintos partidos políticos. Con respecto a las metodologías: hoy Mendoza y CABA aplican un método fonológico de alfabetización, otras provincias usan métodos más constructivistas. Diría más: de las 57 mil escuelas que hay en Argentina, cada una tiene sus métodos; el Colegio Nacional de Buenos Aires no usa los mismos métodos que una escuela rural. No hay adoctrinamiento”.
Sobre el sistema de vouchers, Lodola dijo que “de entrada hace inviables las escuelas rurales” y señaló que “es excluyente porque deja a 320.000 chicos en la calle, sin escuela”. Lodola señaló que “según el pensamiento libertario, la libertad es que yo pueda elegir si voy o no a la escuela. Pero es al revés: la educación te hace más libre, no menos. La educación libera”.
Lodola aseguró que “el modelo de Unión por la Patria recupera el rol del Estado, defiende la educación pública y pone el acento en el financiamiento continuo, seguro y suficiente: cuatro años de desfinanciamiento es una catástrofe”, dijo en referencia al gobierno de Mauricio Macri, y señaló luego que entre 2016 y 2019 hubo un recorte del 33,6% en la inversión en educación.
Lodola planteó que “Argentina tiene un muy buen sistema educativo”, y destacó varias cifras que dejan al país bien posicionado en comparación con la región: 0,7% de analfabetismo; 95,7% de tasa de asistencia al último año del nivel inicial; 95,9% de tasa de asistencia en primaria; 92% de tasa de asistencia en secundaria.
El secretario de Evaluación e Información Educativa también ponderó el sistema universitario, “que se viene expandiendo y hoy tiene 2,5 millones de estudiantes, de los cuales 8 de cada 10 asisten a universidades públicas”. Y señaló entonces que “la educación argentina no es un problema, sino un aporte a la solución de los problemas argentinos”.
Lodola también destacó que “el sistema educativo argentino tiene un alto nivel de institucionalidad” y dijo que “Krause propone volver atrás 140 años: antes de la Ley 1420 de 1884, que instituyó la educación universal, gratuita y obligatoria”. Por el contrario, dijo, “la educación obligatoria avanza en el mundo, y Argentina es líder en ese sentido: forma parte del 14% de países cuya educación obligatoria abarca el nivel inicial, primario y secundario”.
Sobre el financiamiento, Lodola reconoció: “Es verdad que no se cumplió la ley. Pero no todos se desviaron de la meta de la misma manera: los gobiernos peronistas se desviaron menos. La deuda con el sistema educativo es mayor para Cambiemos”. También defendió la distribución de más de 30 millones de libros por medio del programa Libros para Aprender, la “ampliación del calendario escolar” de 180 a 190 días de clase, y “la extensión de la jornada escolar en el nivel primario con financiamiento del Estado nacional, a la que adhirieron 23 provincias”.
Finalmente, aseguró que la actual gestión “sí usa la evidencia”, y agregó: “Por eso creamos una línea de becas Progresar para jóvenes de 16 y 17 años, porque veíamos un problema de terminalidad en la secundaria. Hace poco un informe de Argentinos por la Educación mostró que el abandono baja en secundaria: es porque les estamos dando becas a los estudiantes”, aseguró.
Respuestas cruzadas
A la hora de las respuestas, Marquina señaló que “no es comparable un período de 4 años con una gestión que estuvo de 2003 a 2015 y de 2019 a 2023″. En ese sentido, reclamó: “Asumamos que todos somos parte de un proceso, no hay un culpable absoluto de todo. Tengamos un debate sincero”.
También dijo que “la mejora empieza reconociendo los problemas” y que “no se puede despilfarrar el dinero sin saber qué pasa con eso: tiene que haber resultados”. Sobre la expansión del sistema universitario, Marquina planteó: “El sistema tiene que crecer, pero yo no quiero universidades que atiendan las necesidades de los intendentes, sino que estén realmente planificadas”.
Por su parte, en respuesta a Lodola, Krause dijo: “La elección define el futuro, pero ustedes están definiendo el presente”. Y agregó: “Si las cosas fueran como las presentaste, tendríamos que estar todos festejando”. Luego señaló que “creer que mayor gasto significa mejores resultados es falso: llevemos entonces la inversión al 10 o 12% del PBI. Lo que sucede es que más gasto financiado con emisión monetaria genera 200% de inflación y 40% de pobreza: lo que meten por un lado lo sacan por el otro. El populismo es Papá Noel”.
En este contexto, consideró, “no hay oportunidades de progreso y de trabajo”. Y dijo que “si los NAP no se cumplen es porque los argentinos somos unos chantas y no cumplimos nada, pero el hecho de que seamos malos en aplicar un sistema no quiere decir que el sistema sea bueno”.
Luego, Krause planteó que “así como hoy adherimos a la separación de la Iglesia y el Estado, o a la separación de la prensa del Estado, también deberíamos promover la separación de la educación y el Estado: es una potestad que debe ser de los padres. Si ellos no tienen la capacidad de elegir, ¿por qué sí estarían en condiciones de votar en las elecciones?”.
A su turno, Lodola consideró que “no es cierto que no se cumplen las normas. Argentina tiene 82% de cobertura en sala de 4, antes era 40%: eso es cumplimiento de la ley”. Sobre el SiNIDE, dijo que “ya tiene a las 24 provincias que mandan la información nominalizada, se acaban de sumar CABA y Mendoza. Están digitalizadas las trayectorias del 90% de la matrícula de los niveles obligatorios”. También respondió a la comparación con Papá Noel: “Nosotros no creemos que todo esto es un regalo: creemos que es un derecho. Y tenemos claro que lo paga el pueblo”.