Cayó el salario docente: ¿cómo impacta en la calidad educativa?

Esta semana la Argentina celebra a sus educadores: tras el Día del Maestro, hoy es el Día del Profesor. En medio de una crisis de los aprendizajes básicos, los expertos advierten que las condiciones laborales se deterioran y en varias provincias faltan docentes para cubrir cargos

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Esta semana la Argentina celebra a sus educadores: hoy es el Día del Profesor (en conmemoración de José Manuel Estrada), el 11 de septiembre fue el Día del Maestro (en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento). Sin embargo, algunos datos sobre las condiciones de trabajo de los docentes sugieren que no hay mucho que festejar. Y suscitan la pregunta de cuán realista es esperar, con maestros precarizados y poco valorados, la mejora de los aprendizajes que los estudiantes tanto necesitan.

En los últimos 8 años cayó 10,9% el salario de los maestros a nivel nacional, según un relevamiento del economista Alejandro Morduchowicz. Especialista en planeamiento educativo, Morduchowicz relevó la evolución de los salarios brutos nominales del “cargo testigo” (un maestro de grado de jornada simple con 10 años de antigüedad) en todas las provincias entre diciembre de 2015 –el año de mayor inversión educativa– y junio de 2023. Para que las cifras fueran comparables, actualizó los salarios de 2015 al valor de 2023.

La caída reflejada en el promedio nacional encubre fuertes asimetrías: en algunas provincias el retroceso del salario docente supera el 40%, mientras que hay solo 5 provincias donde las remuneraciones mejoraron en este período. El panorama se agrava al observar datos previos: un estudio del Observatorio Argentinos por la Educación y el economista Javier Curcio ya había encontrado una reducción del 12,8% en promedio entre 2009 y 2018.

En los últimos 8 años, las mayores caídas del sueldo docente se dieron en Santa Cruz (-43,6%), Tierra del Fuego (-41,2%) y Chubut (-40,0%). También hubo un ajuste mayor al 20% en Mendoza (-26,8%), La Pampa (-25,7%), Misiones (-21,6%) y Tucumán (-20,7%). Desde 2015, las únicas provincias que mejoraron los salarios de sus maestros fueron Jujuy (13,5%), Corrientes (10,8%), Salta (9,5%) y, en menor medida, Santiago del Estero (4,5%) y San Luis (3,4%).

Morduchowicz señaló que las disparidades provinciales “muestran el diferente interés o prioridad que están asignando algunas administraciones a sus sistemas educativos”, teniendo en cuenta que en muchas jurisdicciones la principal fuente de recursos proviene de la coparticipación federal.

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Algunos efectos: falta de docentes y deterioro de la calidad

Marina Zamora, maestra rural de 6° y 7° grado en Rama Caída (Mendoza), mencionó el deterioro salarial como uno los principales obstáculos para la tarea docente: “En países donde la educación es de calidad, los docentes están bien remunerados. Si el maestro no alcanza a cubrir las necesidades básicas de su hogar y necesita trabajar más de un turno, desatiende el tiempo necesario para preparar clases y material didáctico en casa, o para la capacitación”.

Zamora consideró que la caída del salario es expresión de un problema previo: “El principal obstáculo que enfrentan hoy los docentes tiene que ver con lo desvalorizados que están ante la sociedad”. Para esta maestra de 28 años, el próximo ministro de Educación debería “defender la inversión educativa, ya que es fundamental asignar los recursos adecuados para garantizar una educación de calidad en todo el país, incluyendo inversión en infraestructura, capacitación docente y acceso a tecnología”.

Más allá del impacto del ajuste en el bolsillo de cada docente, el retroceso salarial tiene implicancias serias para la política educativa. “Si el salario es un factor más dentro de aquellos que inciden para atraer y retener buenos a los docentes, la caída atenta contra ello. Si bien no es lo único que podría estar afectando, no debe descartarse la posibilidad de que parte de la escasez de docentes en varias provincias esté influida por este hecho”, analizó Morduchowicz. Y agregó: “Es un tema urgente e importante sobre el que se deberá indagar más”.

Axel Rivas, director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, también relacionó la pérdida salarial con “la falta de docentes en varias jurisdicciones”, aunque aclaró que la remuneración no es el único factor para explicar este problema, que afecta tanto a escuelas estatales como privadas, y que implica que en algunos casos ingresen al aula docentes que aún no tienen título.

Para Rivas, “el salario docente es una pieza fundamental de la calidad educativa”. La caída de los salarios impacta directamente en la vida de las escuelas: “Los docentes tienen que salir a buscar más trabajo o tomar más horas y, por lo tanto, tener más grupos, con un efecto concreto en la calidad de los aprendizajes”. Otro informe reciente del Observatorio de Argentinos por la Educación mostró justamente que el 30,5% de los docentes de primaria en el país trabajan en dos o más escuelas: una proporción muy superior al promedio de los países de América Latina (11,4%).

“Este deterioro afecta las condiciones de vida y la motivación de los docentes, además del atractivo de la profesión, estratégica para el desarrollo del país, tanto en el perfil como en la cantidad de los candidatos”, coincidió Cecilia Veleda, doctora en Sociología de la Educación y autora del reciente libro La cocina de la política educativa.

Veleda agregó que estas cifras repercuten en una mayor conflictividad: “La pulseada por la preservación de las remuneraciones se traduce en paros prolongados, que reducen el tiempo de aprendizaje, desorganizan la vida familiar, menoscaban la imagen social de la educación pública y pueden empujar el pasaje a escuelas privadas”.

Para la maestra Marina Zamora, el deterioro salarial es uno los principales obstáculos para la tarea docente.
Para la maestra Marina Zamora, el deterioro salarial es uno los principales obstáculos para la tarea docente.

Más y mejor inversión educativa

Esta semana, el candidato presidencial y ministro de Economía Sergio Massa, junto con el ministro de Educación Jaime Perczyk, presentaron un nuevo proyecto de Ley de Financiamiento Educativo, que prevé llevar la inversión en educación al 8% del PBI (aunque el objetivo del 6% se incumplió en 12 de los últimos 13 años, con la única excepción de 2015).

En la presentación del proyecto, Perczyk planteó que el sostenimiento de la inversión debería ser un punto de consenso entre todos los sectores políticos: “Nuestro país tuvo un acuerdo muy importante: que todos los pibes a la salida de la pandemia tenían que volver a la escuela. Y fuimos a buscarlos a la casa para que volvieran. Ese fue un gran acuerdo político y este tiene que ser el segundo: aumentar la inversión en la educación argentina”.

Veleda coincidió con la necesidad de sostener el financiamiento, pero subrayó la importancia de hacer una inversión más eficiente: “La reducción de los salarios docentes es muy preocupante en el contexto altamente inflacionario que atraviesa el país, por lo que será crucial que las próximas gestiones de gobierno, en un contexto macroeconómico complejo, analicen los medios para sostener los niveles salariales. Para esto será necesario un planeamiento serio que pondere la relevancia de la docencia, vele por cumplir con la Ley de Financiamiento Educativo, pero que logre también una inversión más eficiente”.

Para la especialista, algunas vías para lograr esto en el mediano plazo “están ligadas a la reducción del ausentismo docente, elevado en muchas provincias, y a la revisión de la cantidad de estudiantes por docente, que en la Argentina es la más baja de América Latina”.

Por su parte, Rivas también enfatizó la necesidad de “un gran acuerdo político sobre la importancia de la educación para el país, que se traduzca en una serie de transformaciones acompañadas por la inversión educativa”. Entre esas medidas, el expresidente del Consejo Nacional de la Calidad Educativa mencionó la reforma de la carrera profesional docente.

“Necesitamos crear una carrera más basada en el conocimiento especializado de las áreas de enseñanza: que los docentes puedan tener niveles más especializados sin salir del aula y con un sueldo mayor, para que haya incentivos concretos a la formación permanente y para atraer perfiles comprometidos con el trabajo intelectual y la investigación”, propuso Rivas.

Acuerdos amplios y planificación a largo plazo –dos ingredientes que no parecen abundar en la actual campaña electoral– resultan fundamentales para proyectar una mejora de la educación, plantearon los especialistas consultados.

Rivas concluyó: “La transformación de la carrera y el aumento del salario para atraer más candidatos a la docencia es un proceso de largo plazo. Dependemos de una situación económica muy frágil. Pero priorizar la mejora del salario docente durante 10 años consecutivos –con un crecimiento que no será de shock–, junto con una revisión de la carrera, son los pasos necesarios para generar mejores condiciones en el sistema educativo”.

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