“Son 80 años y son muchos los hitos a lo largo del camino”, dice Ricardo Saldívar Escajadillo, presidente del Consejo Directivo del Tecnológico de Monterrey. Hacer un recuento de todo lo que la institución ha logrado desde su origen sería inabarcable, pero, si se consideran los últimos tiempos, hay por lo menos tres hechos para destacar. Primero, el desarrollo de un modelo educativo como Tec21, que reconfiguró completamente a la universidad y que permite que los estudiantes ya no solo reciban la formación en el aula sino que tengan experiencias prácticas en la industria. Luego, la creación de conocimiento: el Tec es la universidad privada mexicana con más trabajos de investigación publicados en revistas académicas. Y finalmente, la consolidación de la educación en línea que amplió la oferta y el alcance de sus programas; hoy el Tec recibe a estudiantes de todos los continentes.
El Tec de Monterrey es una institución privada sin fines de lucro. No hay un “dueño” ni una comisión que intente maximizar los beneficios económicos. En este sentido, la institución creada por Eugenio García Sada en 1943 se adscribe en una valiosa tradición mexicana de emprendimientos con conciencia social, y es comparable tal vez, con la editorial Siglo XXI. Pero, por la cantidad de campus, docentes, empleados y estudiantes, no es una exageración comparar al Tec con un ministerio. Saldívar Escajadillo podría, entonces, alcanzar la categoría de ministro. Habla, de hecho, con el tono de los políticos de raza.
—Si el Tec es casi un ministerio, cómo es la relación con el ministerio. ¿Cómo es el diálogo que tienen con la Secretaría de Educación Pública?
—El Tecnológico Monterrey siempre ha sido muy respetuoso de las autoridades, de los diferentes poderes de la Unión. Siempre estamos atentos a lo que podamos sumar y confiamos en que tendrán la sabiduría para tomar las decisiones adecuadas. Buscamos estar siempre disponibles y cercanos.
—Luego de desarrollar el modelo del Tec21, ¿compartieron sus aprendizajes con la SEP?
—Sí, pero porque está a la vista de todo el mundo. Nuestros alumnos son los embajadores de esta nueva forma de educar. De tal suerte que es información conocida. Por supuesto, cuando es pertinente, la hemos puesto al servicio de las autoridades de educación pública en este país y lo haremos siempre con mucho gusto.
—¿Cuáles son los preceptos del Tec para no haber “caído” nunca en la lógica mercantilista de la educación?
—Decía Don Eugenio Garza Sada que la educación lo puede todo. Entonces, a la educación hay que hacerla disponible. Hoy el Tecnológico de Monterrey beca a más del 50% de su población estudiantil. Desde nuestros orígenes, el compromiso social ha estado allí, buscando llevar una educación de excelencia al alcance del joven entusiasta, talentoso, responsable que decide ingresar en nuestras aulas. Seguro has escuchado el programa Líderes del Mañana. Cada año becamos a más de 200 alumnos sumamente talentosos de todo el país e incluso del extranjero. Es una beca al 100% ya que, de otra manera, no tendrían oportunidad de estudiar con una carrera universitaria, que, en muchos casos, es el primer integrante de su familia en generaciones de tener acceso a una educación universitaria. Esa es nuestra vocación, ese es nuestro compromiso y es lo que vamos a seguir haciendo. Nunca tuvimos dudas de que ese es el camino por el que hay que continuar.
Sin duda, el Tecnológico de Monterrey le ha cambiado el rostro a México. Tenemos más de 300.000 graduados que han fundado 200.000 empresas o asociaciones de la sociedad civil
—Para quien no recibe una beca, cursar una carrera en el Tec puede llegar a ser muy costoso. Entonces, junto a los chicos becados hay otros que tienen un poder adquisitivo alto. ¿Qué mecanismos tienen para que no haya divisiones entre ellos?
—Tenemos distintos protocolos. Hay mucho acompañamiento de profesores, de mentores y de embajadores, que son los mismos estudiantes, que ayudan a hacer el tejido entre todos ellos. Nosotros entendemos el valor de la inclusión. Todos tenemos el mismo derecho a educarnos.
—En el festejo por los 80 años se dijo que el Tec le cambió el rostro a México.
—Sin duda, el Tecnológico de Monterrey le ha cambiado el rostro a México y, me atrevería a decir, al mundo porque muchos exatec han decidido hacer sus vidas profesionales en el extranjero. Tenemos más de 300.000 graduados que han fundado 200.000 empresas o asociaciones de la sociedad civil…
—Si dos de cada tres estudiantes han fundado su propia compañía, antes que ingenieros, ustedes crean emprendedores.
—Pues creamos todo lo que se ocupa de la sociedad. También se requiere de quien quiera insertarse como fuerza laboral y convertirse en un talento para una empresa. Aquí se forman jóvenes que pueden elegir cómo va a ser el resto de sus vidas: como emprendedores, como colaboradores en alguna empresa, en México, fuera de México, por algún tiempo, por siempre. Es un mosaico muy bonito y muy amplio de oportunidades para todos ellos. En estos primeros 80 años, los exatec hemos generado casi tres millones de empleos. Esa es la vocación del Tec y esa es la manera de cambiarle el rostro a México y al mundo.
—¿Cuántos estudiantes han seguido una carrera pública o gubernamental?
—Dentro de las muchas contribuciones de los exatec, hay servidores públicos en diferentes cargos de gobierno. A nivel municipal o estatal o bien en los diversos poderes de la Unión. Hoy tenemos el caso de una líder del mañana, una joven de 23 o 24 años, que es presidenta municipal en uno de los municipios del estado Michoacán. Ella formó parte del programa Líderes del Mañana, en el que acabamos de recibir a la décima generación. Son 221 muchachos, ligeramente con predominio de las mujeres por sobre los hombres en cuanto a número. Este programa ha podido brindarse a cerca de 2.000 alumnos, pero la necesidad es enorme. Cada año aplican más de 20.000 personas al programa, y, aunque nos sentimos muy orgullosos y satisfechos de apoyar a 221 de ellas este año, tenemos que reconocer que son muchas más a las que hoy todavía no podemos servir.
—¿Cómo es la articulación con la PrepaTec?
—¡Extraordinaria! He tenido la oportunidad de platicarlo con nuestro rector y presidente ejecutivo y con su equipo. Hoy en la mañana, justamente, hablábamos de eso. Tenemos alrededor de 43 preparatorias en el país que alimentan a todos nuestros campus. La gran mayoría de nuestros estudiantes de preparatoria sigue su carrera en el Tecnológico de Monterrey.
La gran mayoría de nuestros estudiantes de preparatoria sigue su carrera en el Tecnológico de Monterrey
—Algo llamativo las entrevistas que hice, que fueron a personas de diferentes áreas y cargos, es que todas manejan un mismo conjunto de valores, una misma identidad, que hasta se hacía evidente en la manera de hablar. De nuevo, siendo esta institución tan grande, ¿ cuánto trabajo lleva que todos estén alineados detrás de un mismo ideario?
—Es una gran pregunta, y no es algo sencillo de alcanzar en ninguna organización. Esto se logra a base de recordar y honrar nuestros inicios. Y al hacerlo, conocer, entender, pero sobre todo vivir los valores. Cuántas veces decimos que los valores no son un conjunto de oraciones que están en una sala de junta, sino que realmente se deben traducir en el comportamiento de cada uno de nosotros. Eso es algo que ha permeado al paso de los años. Por aquí ha pasado gente maravillosa. Anoche tuvimos una cena para honrar a quienes llamamos “profesores inspiradores”. Solo en este campus, se entregaron 399 reconocimientos a profesores designados por sus exalumnos. Fueron ellos los que dijeron quiénes los inspiró. Yo mismo podría decir qué profesores me inspiraron, porque yo también fui estudiante del Tec.
—Cumplieron ochenta años: ¿cómo se imagina los próximos ochenta?
—Me han hecho esa pregunta y yo no me imagino sólo los próximos ochenta: me imagino siglos adelante. No estaremos nosotros para verlos, pero hoy tampoco están quienes iniciaron el esfuerzo. Me imagino que el Tec siga cumpliendo el compromiso de la función social, que siga sirviendo a la comunidad. Me imagino un Tec que se moderniza, no solo en la infraestructura, sino también en sus programas y en la relevancia de lo que está haciendo en favor de la comunidad. Veo el futuro del Tec con enorme entusiasmo.
—Pero, si me permite un comentario antipático, Bill Gates ha dicho que, por el desarrollo de la inteligencia artificial, es probable que el rol del docente tienda a desaparecer.
—¿Será la inteligencia artificial capaz de inspirar al alumno? ¿No será que la inteligencia artificial nos da mucha información pero que no tiene la esencia, no tiene los valores de los cuales hablábamos? Bienvenida la inteligencia artificial; es muy necesaria, es importante. Pero lo que se necesita es el trato humano, el roce. Me anima mucho que, a lo largo de 80 años, hayamos sido capaces de enfrentar los desafíos que la vida nos ha impuesto. Lo vamos a seguir haciendo.
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