El Foro Internacional de Inteligencia Artificial (FIIA 2023) tuvo este jueves por la mañana su capítulo educativo. Con un programa cargado de actividades, uno de los paneles más salientes fue “Prompting: el arte de preguntar”, en donde tres expertos en la materia hablaron sobre el cambio del paradigma en el trabajo y la educación. Doménica Parada (de AWS), Nicolás Surijon (de DirMOD) y Astrid de Herrera (de Ticmas) hablaron de los efectos de pensar la resolución de problemas a través de indicaciones o preguntas a la inteligencia artificial.
El párrafo anterior fue escrito por ChatGPT y luego debió ser retocado para darle una identidad más cercana al tono del artículo. Fueron necesarias dos vueltas de indicaciones —dos prompts— para que la inteligencia artificial devolviera un resultado aceptable. El artificio tiene sentido en tanto realiza lo que se proponían explorar los invitados al panel. Si antes la relación con la productividad tenía que ver con un tipo de diseño donde se tenía el control del proceso —por ejemplo, el código que escribía un programador—, hoy la idea es instruir a la IA para que actúe. Pero lo que se obtiene puede no ser el resultado puede no corresponder con lo esperado. ¿Cómo afecta esto al paradigma educativo y empresarial?
“Sin duda, esto viene a reforzar un modelo que ya estaba en tránsito desde las últimas dos o tres décadas”, dijo Doménica Parada representante del área de educación de Amazon Web Services, “y que tiene que ver con un cambio del rol del docente hacia el lugar de mediador del proceso de aprendizaje y donde el estudiante es más protagonista”. Según esta idea se rompe definitivamente el modelo tradicional con el docente-autoridad que enseña y los estudiantes responden. Ahora, una de las claves de la enseñanza es acompañar a aprender a través de preguntas. “Y el hacer preguntas”, dijo, “no es algo superficial”.
A tono con la afirmación de Parada, Astrid De Herrera, líder del área de Aprendizaje Basado en Proyectos de Ticmas, opinó que la revalorización de las preguntas —y sobre todo, las esenciales que comienzan con un “por qué”— permite entrar de otro modo en los temas educativos, un modo curioso pero a la vez profundo, de descubrimiento pero a la vez de compromiso. En última instancia, no es algo nuevo: ya lo sabía Sócrates.
Para Surijon, CEO de DirMOD, una compañía tecnológica con desarrollos de inteligencia artificial, estamos ante un cambio trascendental al nivel que produjo la irrupción de internet. “Vamos a un mundo donde aprender habilidades y, entre ellas, la creatividad, va a ser mucho más importante”, dijo, y continuó: “Estamos atravesando una revolución. Lo que veo es que los mundos de la educación y el trabajo se van a ir juntando”.
Un tutor personal
La inteligencia artificial marca el ritmo de la actualidad y la pregunta es la manera de pensar la modernidad. Esto se da a tal punto que hay una carrera como Prompter Engineer, que es la de aquel que puede “hablar” con la IA. El ingeniero de peticiones es un experto en el tipo de lenguaje que entiende la IA, una suerte de salto cualitativo del programador.
“El primer aspecto a tener en cuenta”, dijo Surijon, “es que no hay que preocuparse tanto por cómo se hace la pregunta si no por cuál es el resultado que queremos lograr”. Como en el caso del primer párrafo de este artículo, el diálogo con la inteligencia artificial es un ejercicio de iteración y repeticiones. Surijon plantó una diferencia entre Google y la IA: en aquel era más importante cómo hacer la pregunta para obtener una respuesta, con esta es más importante qué se espera lograr. Y aquí entra otra clave, que es la de encontrar una voz clara y articulada, pero que no se olvide de la manera de hablar entre personas. “Con ChatGPT”, dijo, “podríamos hablar como si fuera una persona más. Por ejemplo, ante un problema o desafío, podríamos considerar que hablando con un senior engineer del cual estamos buscando una respuesta”, dijo.
El senior engineer de Surijon podría encontrar un paralelo a la figura del tutor en educación. De esta manera, un estudiante podría tener un docente disponible las 24 horas los siete días a la semana. Con la ventaja, dijo De Herrera, de hacer preguntas que, tal vez por timidez o por temor a que la consideren ridícula, no se anima a hacer en el aula.
“Estamos volviendo a la base del proceso educativo, que, en definitiva, es un proceso de socialización y de comunicación”, dijo Parada. “Y eso nos reconecta con el valor que tienen los estudiantes de comunicarse con otros, ser capaces de interactuar con otros”. La enseñanza a través de la pregunta es crucial en el desarrollo de comunicación efectiva. Parada trajo, entonces, el ejemplo de las búsquedas laborales en Estados Unidos: “En una encuesta a los gerentes de recursos humanos sobre cuáles son las tres habilidades para la contratación de alguien, todos ubicaron primera a una”, dijo. ¿A cuál? A la comunicación.
En resumen, el encuentro destaca la importancia de hacer preguntas en la educación y el trabajo, ya que, a medida que ambos espacios se interrelacionan, se vuelve un desafío clave. Estamos redescubriendo la esencia de la socialización y la comunicación, donde hacer preguntas se convierte en el camino hacia un futuro prometedor.
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