Guillermo Sierra, el padre de Bahía Blanca que a finales de junio pasado se viralizó en redes sociales por su enfático reclamo ante el Consejo Escolar local contra los reiterados paros docentes que interrumpen las clases de sus hijos y de otros cientos de alumnos, puede estar satisfecho de su accionar. Gracias a su fuerte discurso frente a las autoridades educativas, los estudiantes bahienses completaron dos semanas de clases sin medidas de fuerza, algo que, según él, no recuerda “cuándo fue la última vez que esto sucedió”. Por este motivo, y antes del receso por vacaciones de invierno, el hombre decidió escribir una carta para destacar el cambio de realidad en su ciudad.
“Hoy, en el último día antes del receso invernal, quiero reflexionar sobre los acontecimientos que han tenido lugar en las Escuelas y la comunidad en general. Después de los eventos del 28 de junio en el Consejo Escolar y de varias reuniones, hemos logrado completar dos semanas completas sin ningún paro”, inicia el mensaje de Sierra, quien decidió compartirlo a través de una carta de lector para el diario La Nueva.
Durante su análisis, Sierra aclaró que no está seguro de que este nuevo escenario sea consecuencia de su protesta durante una reunión en la que se presentó junto a un grupo de padres autoconvocados. Sin embargo, le agradeció a los sindicatos docentes y de auxiliares por su cambio de actitud.
“Para ser sincero, no recuerdo cuándo fue la última vez que esto sucedió”, reconoció al mismo tiempo, dejando entrever que su malestar viene de larga data.
Fletero de profesión, Sierra analizó la coyuntura actual y opinó que se debe “a una mayor concientización por parte de ellos sobre la importancia de evitar interrupciones en la jornada escolar”. Y al respecto, subrayó: “De esta manera, los docentes, auxiliares, sindicatos, directivos y la comunidad de padres podemos trabajar juntos en pos de un futuro próspero para nuestros niños y, por ende, para el país”.
Te puede interesar: “¿La plata que gasta Aerolíneas no arreglaría el problema de educación?”: el planteo del padre de Bahía Blanca que cargó contra los paros docentes
En cuanto a la apertura de paritarias, uno de los reclamos más reiterados en las manifestaciones de los gremios docentes, Sierra pronosticó que seguramente “llegarán a un acuerdo” al destacar que el sector cuenta “con el apoyo de toda la comunidad”. No obstante, advirtió: “Las negociaciones son el arte de ceder, no de imponer”.
“Por ello, les pido a todas las partes que continúen con el compromiso de no interrumpir las actividades y aprovechen el receso para resolver lo máximo posible. Garanticemos la continuidad pedagógica de nuestros niños”, imploró.
Al citar el caso puntual de la provincia de Santa Cruz, donde los chicos llegaron a estar 60 días sin clases, Sierra consideró que este tipo de situaciones representan “una verdadera pérdida pedagógica y cognitiva muy difícil de recuperar”. Y sobre una posible solución para mediar entre las partes, sugirió: “Esto requiere voluntad política y sindical”.
“Estas situaciones -falta de suministro de gas o agua y presencia de roedores en algunos establecimientos educativos del país- no solo afectan la continuidad pedagógica de los estudiantes, sino que también generan un ambiente poco propicio para el desarrollo de sus capacidades. Es importante resaltar que tanto la falta de servicios básicos como la presencia de roedores pueden ser un riesgo para la salud y seguridad de los alumnos y del personal docente y administrativo”, analizó Sierra en otro tramo de la carta que salió publicada ayer en el citado medio bahiense.
Te puede interesar: Solo Mendoza, San Luis y Santiago del Estero tuvieron más de 80 días de clase en lo que va del año
Tras señalar que la responsabilidad de garantizar condiciones óptimas en los establecimientos educativos corresponde a las autoridades escolares y de los organismos, Sierra sostuvo que “la educación es un pilar fundamental para el crecimiento y desarrollo” de la sociedad.
“Apelando a su buena voluntad y patriotismo, confío en que estamos en el camino correcto y encontraremos juntos no solo formas más creativas de protesta, sino también las tan anheladas soluciones que beneficien a todos. Agradezco sinceramente su responsabilidad y compromiso en este proceso”, concluye la carta de Sierra.
El 28 de junio pasado, Sierra logró instalar su nombre en los principales medios del país por el impactante descargo que realizó durante un encuentro con las autoridades del Consejo Escolar de Bahía Blanca. Junto a un grupo de padres y madres autoconvocados de 22 escuelas y jardines de infantes, tanto de Bahía Blanca como de Monte Hermoso, el hombre expresó su bronca ante los constantes paros docentes y pidió por el cese de medidas de fuerza.
“Primero la pandemia, después en la casa y este año con todos los paros. ¿Y el año qué viene? El director de la escuela de mi hijo me dijo: ‘¿El año que viene te parece que no va a haber paros con el cambio de Gobierno?’. Hoy peronistas, mañana radicales… Yo hice una propuesta y le dije: ¿No pueden tomar otro tipo de medida de fuerza? Por qué no nos convocan y vamos nosotros todos juntos a acompañar a todos los trabajadores de ATE a la plaza. Sin cortar ninguna calle, sin ninguna batería política, sin ningún bombo. Y mañana a la mañana vamos nosotros, y los que no podemos ir pondremos un peso para comprarle un trapo de piso para que trabajen dignamente. Pero que no se caguen tanto en mis hijos. Lo tuve que sacar a mi hijo de la Escuela 6 porque cada vez que iba le decía a la maestra: ¿Por qué no tiene actividad el nene mío en la carpeta? Y él me decía: ‘Papi, hacemos actividad en clase’. Todes me ponía. Igualdad no es hablar con X, igualdad es que los chicos tengan clases todo el año”, remarcó.
En medio de la ovación que se ganó por sus sentidas palabras, Sierra no se mostró conforme con la reacción y completó: ““¡No es para aplaudir, es para llorar! Yo estoy pagando la Inmaculada para que mi hijo en la primaria vaya a la escuela, no para que le enseñen cuatro idiomas. Estoy pagando para que tenga clases, señora”.
Te puede interesar: El sindicato docente Ademys lleva 12 días de huelga en el año y anunció un nuevo paro para el primer día de clases después de las vacaciones de invierno
Pero Sierra no es el único padre que manifestó su preocupación frente a la falta de clases que sufren sus hijos. Durante un acto oficial realizado el pasado miércoles, Catalina, una mujer que integra el colectivo de Padres Organizados, responsabilizó al gobernador bonaerense Axel Kicillof por el incumplimiento de los 180 días de clases obligatorios en las escuelas bonaerenses.
“El derecho a los 180 días de clases no se está cumpliendo”, se quejó ayer la madre, en el marco de una actividad de cierre de la cuarta Jornada por el Derecho al Futuro, que se desarrolló en la Universidad Nacional del Noroeste (UNNOBA), en Junín, mientras el mandatario intervenía con un discurso. “Esperá, después te atendemos”, le contestó Kicillof frente al auditorio.
Pero la mujer, disconforme con la réplica del funcionario, siguió: “Los chicos no van a cumplir los 180 días de clases en ninguna escuela de la provincia de Buenos Aires. Soy una madre”. Algunos asistentes mantuvieron un cruce con Catalina, que insistió sobre la veracidad de sus dichos. Otros se solidarizaron con Kicillof por el momento incómodo, que agradeció: “Son cosas de la campaña”.
Al otro día, Catalina brindó declaraciones a Radio Mitre y reconoció que se “le saltó la cadena un poquito” frente al mandatario de la provincia de Buenos Aires, pero ratificó su malestar con la situación escolar que se vive cotidianamente en la localidad de Lincoln, donde vive, y a la que regularmente deben retirar a los alumnos de las escuelas por los días de clases caídos.
“Somos las madres las que, todo el tiempo, recibimos los mensajitos de la escuela y nos dicen que los chicos ‘hoy entran a las 10 porque faltó tal profesora o se van a retirar a las 11′, o ‘mañana no hay clases por el paro no docente’. Siempre pasa algo. O hay docentes que no van, o hay una ola de calor o de frío. Lo primero que hacen es suspender las clases”, le contó al periodista Eduardo Feinmann.
Seguir leyendo: