En el marco del ciclo de Educación en Valores que se realizó en el auditorio de Ticmas, Diego Cocchis, vicedirector de la Red Educativa de FASTA y apoderado legal del Colegio Caterina, participó junto con Juan Monestes, apoderado legal del Colegio San Alberto Magno y vicepresidente del Consejo de Educación Católica de Jujuy en un encuentro moderado por Agustín Grizzuti en el que hablaron de los desafíos y las oportunidades que la educación enfrenta para equilibrar tradición e innovación.
La Red Educativa FASTA es inmensa. Tiene veintiséis colegios distribuidos en veintiún ciudades de la Argentina, más uno en Valencia, España, y uno más, el College Père Fosbery, que se abrió hace poco en la República Democrática del Congo. En ese ámbito intervienen 2.700 docentes, y alcanzan a 13.000 familias y 18.000 alumnos. Diego Cocchis, de hecho, resaltó que una de las claves de la red educativa de Fasta es el respeto y promoción de la diversidad de esa red tan vasta, tanto a nivel geográfico como a nivel sociocultural.
Según explicó, la red lleva adelante un proyecto educativo que los nuclea e identifica, gracias a la implementación de una unidad de conducción, con criterios y lenguajes comunes. En este sentido, un aspecto importante son la visitas de la Directora General a los diversos colegios, que no se limitan a actividades protocolares, sino que se centran en un trabajo profundo junto al Consejo Superior, estudiantes, docentes y también padres. Asimismo, mencionó dos programas con los que llegan a los actores de la educación: uno de formación continua para docentes y otro de formación para dirigentes.
En cuanto a la identidad de las escuelas, Cocchis puso el acento en su condición de escuelas católicas. “Nosotros caminamos junto a la Iglesia”, dijo, “no caminamos delante, no caminamos detrás”. Y enfatizó que la misión principal es la evangelización de la familia, la cultura y la juventud. La clave es pensar a la identidad desde la formación integral e integrada, lo que implica la integración de la fe y la ciencia, de fe y vida, de fe y obrar. “Tratamos de generar comunidades eclesiales donde se invita a la familia”, dijo, y destacó que se busca la participación activa de los jóvenes, una nota distintiva de la red.
Juan Monestes explicó que participa en dos redes: la red de FASTA y la red de los colegios católicos en Jujuy. Según él, el primer desafío al que se enfrentan es justamente mantener el trabajo en red, evitando caer en la tentación de enfocarse únicamente en sus propios intereses y sin tener en cuenta la realidad de los demás. Es crucial superar el aislamiento y colaborar tanto en temas de innovación como en otros aspectos. “Es clave aprender de las buenas prácticas y de los triunfos y de los logros de los otros, y es clave mantenerse unidos en los momentos de dificultades”, dijo.
En relación a la innovación, Monestes identificó que una de las debilidades en la formación docente, donde se enseñan métodos y prácticas obsoletas, que no se adaptan a los tiempos actuales. Según él, la currícula de formación docente carece de temas fundamentales como la innovación, la inclusión y la preocupación por el cuidado del medio ambiente.
Otro obstáculo a superar es la resistencia al cambio arraigada en la mentalidad del “siempre se hizo así”. A menudo, las personas se aferran a métodos y formas de hacer las cosas que les han funcionado en el pasado, sin tener en cuenta los cambios en los tiempos actuales. Sin embargo, “el Papa Francisco habla de un cambio de época que es patente y latente, y si no asumimos que los jóvenes son otros, que la sociedad es otra, que la cultura es otra, no podemos abordar esta realidad”, cerró.
En la red de FASTA se replica lo que sucede en todos los colegios católicos: los docentes también son “tierra de misión”. Ellos, como los alumnos, son destinatarios de una primera evangelización, o su profundización, una formación religiosa y, a su vez, misionera.
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