Al terminar la secundaria, más del 90% de los estudiantes no alcanzan los aprendizajes esperados de Matemática en varias provincias. El panorama más crítico se da en Chaco (92,7%), Santiago del Estero (92%), Catamarca (91,7%), La Rioja (91,1%), Formosa (90,8%) y Misiones (90,5%), según los datos provinciales de Aprender 2022, difundidos esta semana por la Secretaría de Evaluación e Información Educativa. Estos porcentajes surgen de sumar los alumnos en los dos niveles de desempeño más bajos –básico y por debajo del básico–, sobre un total de cuatro niveles definidos por la evaluación.
Las cifras de Aprender 2022 ofrecen “la primera evidencia de los efectos negativos de la pandemia sobre los logros de aprendizaje en las y los estudiantes de la escuela secundaria”, indicó el Ministerio de Educación de la Nación en el informe de resultados de la prueba censal realizada el año pasado, en la que participaron 397.687 estudiantes de 5° y 6° año de 11.672 escuelas secundarias en todo el país.
Las únicas provincias que registraron niveles de participación menores al 50% de los estudiantes –y cuyos resultados, por lo tanto, pueden no ser representativos– son Neuquén y Santa Cruz. A nivel nacional, la participación fue del 69,2% de los estudiantes (1,8 puntos menos que en 2019).
Otras siete jurisdicciones tuvieron porcentajes de participación por debajo del promedio nacional: son Chubut (57%), Río Negro (59%), Chaco (60%), Buenos Aires (63%), CABA (67%), Tierra del Fuego (68%) y San Luis (68%). Solo cinco provincias superaron el 80% de participación: encabeza Córdoba (87%), seguida de Corrientes (82%), Santiago del Estero (81%), Salta (81%) y Entre Ríos (80%).
Matemática, con los resultados más críticos
Apenas cuatro jurisdicciones tienen menos del 80% de sus estudiantes en los niveles más bajos en Matemática: CABA (62,8%), Córdoba (74,1%), Neuquén (77,7%) y La Pampa (79,6%). El promedio nacional indica que el 82,4% de los estudiantes argentinos se ubicaron en los niveles básico y por debajo del básico en Aprender 2022. Además de las cuatro jurisdicciones mencionadas, se ubican por encima del promedio nacional Río Negro (80,5%), Santa Fe (81,8%) y Chubut (81,9%).
Aunque todas las provincias empeoraron sus resultados de Matemática en estos años –tras la interrupción de las clases presenciales–, el panorama ya era crítico en 2019. De hecho, las caídas en la proporción de estudiantes que alcanzan los desempeños esperados –satisfactorio y avanzado– fueron menores a los 5 puntos porcentuales en provincias como Chaco (-2,6), Formosa (-2,6), Santiago del Estero (-4,3) y Catamarca (-4,9).
A nivel nacional, el retroceso fue de 11 puntos porcentuales en Matemática. Pero algunas provincias tuvieron caídas superiores: es el caso de CABA (-11,4), Neuquén (-11,7), Tierra del Fuego (-12,2), Buenos Aires (-12,5), Chubut (-12,6), La Pampa (-13), Córdoba (-13,4) y Santa Cruz (-14,3). Los mayores retrocesos, por encima de los 15 puntos porcentuales, se dieron en Santa Fe (-15,6) y Mendoza (-16). En otras palabras, la brecha entre las provincias se redujo, dado que las de mayores recursos (y mejores desempeños) experimentaron mayores caídas que las provincias que tenían desempeños más bajos, cuyos retrocesos fueron menores.
Un dato llamativo es que, por primera vez desde que se toman las evaluaciones nacionales, casi no hay alumnos que logren desempeños destacados: solo el 0,1% se ubica en ese nivel. La proporción de estudiantes con nivel de aprendizaje “avanzado” en Matemática viene cayendo desde hace 10 años. Eran el 7,4% de los alumnos en 2013, se redujeron al 2,6% para 2019, y en esta última edición prácticamente desaparecen: en ninguna jurisdicción llegan al 1%. Para Gustavo Zorzoli, profesor de Matemática y exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires, estos datos resultan incongruentes “con la cantidad de estudiantes que asisten a escuelas técnicas, donde hay un mayor énfasis en Matemática, o con la performance de quienes participan de olimpíadas de Matemática”.
Zorzoli dijo a Infobae que la situación es aún más compleja que la que muestran los resultados: “Esta prueba se tomó en 2022 a los chicos que efectivamente estaban en la escuela, pero para el último año de la secundaria ya muchos jóvenes abandonaron sus estudios y, por lo tanto, no fueron evaluados. Además, está el porcentaje de estudiantes que no participaron. Esto incluye a alumnos e incluso escuelas que deciden no participar, pero también a los estudiantes que completan pocos ítems, cuyas pruebas no son evaluadas”.
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En Lengua, 4 de cada 10 no logran aprendizajes “satisfactorios”
El panorama es menos crítico en Lengua, donde 4 de cada 10 estudiantes argentinos (43%) no alcanzaron los aprendizajes esperados según los resultados de Aprender 2022. De todas maneras, hay grandes desigualdades: en CABA no alcanza el nivel satisfactorio el 29,2% de los alumnos, pero la cifra supera el 50% en Corrientes (50,5%), Catamarca (50,9%), La Rioja (50,9%), Formosa (55,5%), Santiago del Estero (56,5%) y Chaco (58,1%).
Además de CABA, se ubican por encima del promedio nacional en Lengua las provincias de Córdoba (35,1%), La Pampa (36,5%), Neuquén (36,9%), Tierra del Fuego (38,5%), Chubut (38,9%), Río Negro (40,5%), Santa Cruz (41,2%) y Entre Ríos (42,1%).
A nivel nacional, la caída en la proporción de estudiantes que alcanzan los aprendizajes esperados en Lengua fue de 4,7 puntos porcentuales con respecto a 2019, tras la pandemia. Sin embargo, hubo caídas mayores a los 5 puntos porcentuales en San Juan (-5,8), Buenos Aires (-6), Córdoba (-6), Tierra del Fuego (-6,3), Chubut (-6,5), Santa Fe (-7,9) y Santa Cruz (-8,5). Solo Mendoza (-11,6) tuvo un retroceso mayor a los 10 puntos. Mientras que dos provincias, Chaco (+0,7) y Formosa (+1,6), mejoraron sus resultados con respecto a la prepandemia. Como en Matemática, estos datos sugieren que se redujo la brecha de desempeño entre provincias.
¿Qué pasa en Matemática?
“Las pruebas Aprender de Matemática abordan un tipo de problemas que no necesariamente se parecen a los que se trabajan en clase. Algunos son asombrosamente simples”, explicó Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos, a Infobae. Por otro lado, “aunque decimos que la matemática está en todas partes, en la escuela eso no se verifica en la práctica: por fuera de la clase de Matemática, estos saberes no se retoman en otras materias, salvo en Física o Química”, agregó Kit.
Luego de analizar los “ítems liberados” –ejercicios similares a los tomados en las pruebas–, Zorzoli notó que “la mayoría de esos problemas no correspondían a los contenidos de los últimos tres años de secundaria, sino que deberían poder ser resueltos por estudiantes de séptimo grado, salvo algún ejercicio de función cuadrática, que se ve en primer o segundo año”.
Para Zorzoli, “el material de sensibilización no apunta a los contenidos indicados en los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios, como trigonometría, funciones polinómicas o funciones logarítimicas. Eso es un reconocimiento explícito de que en las jurisdicciones –que participan del armado de las pruebas– no se enseña lo previsto en el diseño curricular: la distancia entre el currículum y la evaluación es enorme”.
“Si estamos evaluando contenidos tan elementales y la respuesta mayoritaria es tan mala, hay que hacer un ajuste muy importante en la enseñanza. El camino actual nos lleva a un fracaso generalizado y sistemático”, consideró Zorzoli. Y agregó: “Tenemos diseños curriculares provinciales muy completos y complejos de llevar a la práctica. Necesitamos reformar tanto los contenidos como la didáctica”.
Además de reconocer “problemas serios en la enseñanza de la matemática en nuestro país y en la región”, Kit advirtió que faltan profesores de esta materia: “En muchas escuelas, la enseñanza está en manos de personas que saben bastante de matemática pero relativamente poco de didáctica, como licenciados en Matemática, ingenieros o estudiantes avanzados de Ingeniería”.
¿Qué implica resignarse a no entender matemática? Para Kit, las consecuencias van mucho más allá de la escuela: “Hoy la matemática supone un tipo pensamiento de primer orden para cualquier ciudadano: la necesitás para analizar las encuestas electorales, para defenderte contra la inflación y saber si te conviene financiar la tarjeta o pagarla o pedir un préstamo, para entender este mundo del Big Data, para intentar atisbar –aunque sea un poquito– de qué se tratan los múltiples algoritmos con los que nos acosan diariamente”.
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