Dice que la educación es una vocación que la tiene desde la infancia, que cuando volvía de la escuela ponía a las muñecas en fila y les enseñaba todo lo que había aprendido. Dice que mucho después, en la facultad, un compañero le pedía que le explicara lo que veían en clase y que ella fue primero su maestra… y después su mujer: hace cuarenta y seis años que ese compañero de es su marido. Dice que siempre creyó en el poder transformador de la enseñanza. “Así como los animales se adiestran y las plantas se cultivan”, dice, “los seres humanos nos educamos unos a otros desde que nacemos y eso es maravilloso, porque logramos modificar actitudes y comportamientos”.
Silvia Torres Carbonell directora del Centro de Entrepreneurship del IAE Business School, dependiente de la Universidad Austral, y desde hace cinco años es la directora de WISE – Women In STEM Entrepreneurship, un programa del BID Lab y el IAE que busca desarrollar la innovación en Latinoamérica a través de la promoción de emprendimientos de base científico-tecnológica liderados por mujeres. WISE tiene un alcance regional: está en Perú, Colombia, Ecuador, Chile, República Dominicana y pronto también en el Caribe. “Y lo más importante”, dice Torres Carbonell, “es que ya hemos impactado a más de 12.000 mujeres STEM”. Una cantidad muy significativa porque, cuando empezó WISE, mucha gente se preguntaba si había “mujeres STEM”. Hoy ya no hay dudas: se sumaron nanotecnólogas, ingenieras de puertos, biotecnólogas, matemáticas, ingenieras industriales, ingenieras agrónomas.
El objetivo de este programa es formar a todas estas mujeres —”y también hombres; algunos se han animado a ser parte y está buenísimo porque yo creo en el feminismo que integra”— en el mundo de las empresas, para que se dé una transferencia del saber que se genera a través de la ciencia hacia el emprendedorismo. ¿Por qué? “Porque es desde ahí de donde después se transforma ese saber en bienes y servicios para la sociedad”. Torres Carbonell visitó el auditorio de Ticmas y habló de WISE.
—¿Quién es el público objetivo? ¿Mujeres, estudiantes, instituciones?
—Las beneficiarias son mujeres graduadas o postgraduadas de carreras STEM —que es una sigla que refiere a ciencia, tecnología, ingeniería y matemática— o, aun cuando no sean graduadas en esas carreras, que incluyan a la tecnología en su hacer diario. Incluso a la palabra STEM algunos le ponen la A: STEAM, porque la A es de arte. Entonces, tenemos diseñadoras gráficas, diseñadoras de indumentarias; también de ciencias blandas como psicólogas y psicopedagogas, que son conscientes de la importancia de incorporar la tecnología para tener un mayor alcance.
—¿Cómo se relaciona WISE con Naves?
—Naves es un programa de formación para emprendedores que el año que viene cumple 25 años y llega a todo el país. Se pueden inscribir proyectos en distintas categorías, y pueden participar de todos los seminarios de formación durante el año. Todas las que hacen WISE tienen derecho, sin ningún costo, a hacer el programa Naves. Así que tenemos muchísimas mujeres WISE —hay una comunidad de mujeres WISE increíble— que son, además, Naves. De hecho, hace tres años, de 1.900 proyectos que se presentaron, la ganadora de Naves Nacional fue un proyecto WISE.
—¿Cuántas mujeres pasaron ya por WISE?
—A través de las distintas actividades han sido impactadas 12.000 mujeres, pero se formaron en los programas, más de 3.500. Ellas completaron su formación, ya sea en forma presencial, virtual, sincrónica, asincrónica, híbrida… Por supuesto con la pandemia tuvimos que innovar. Y ya hay 500 proyectos que ya fueron mentoreados y están en marcha producto de estas mujeres WISE.
—¿Y cómo es el seguimiento a posteriori?
—Por un lado, hay una comunidad con la cual hacemos eventos, webinars, para seguir agregándoles valor a todas estas mujeres. Además, estamos haciendo el programa “Scaling Up”, para aquellas mujeres que quieren dar un paso más a su proyecto más avanzado. Este año elegimos a cuatro emprendedoras de cada uno de los países en los que estamos y para ayudarlas en el próximo paso. Y también creamos un programa que se llama “Jóvenes Emprendedoras en STEM”, que lo desarrollamos con una empresa que es empresa WISE, y que es para chicas de 16 a 19 años, para introducirlas en el pensamiento STEM y el pensamiento y la actitud emprendedores. En la primera edición se anotaron más de 400 chicas; ahora vamos por la segunda edición y ya hay más de cien jóvenes de toda la región.
—¿Cómo se da la relación con las otras instituciones, con los otros países?
—Ese es uno de los valores claves que hemos desarrollado con WISE. Desde que nació tiene un modelo colaborativo. En cada país tiene que haber una universidad aliada donde se desarrolle el programa. El programa tiene una base que ya desarrollada por nosotros, pero cada universidad le puede agregar sus seminarios específicos. Se ha generado una enorme red de universidades. Es más, ahora nos sumamos al HUC, Hemispheric University Consortium…
—Que, desde el Tec de Monterrey para abajo, están todas.
—Desde el Tec para abajo, todas, y gracias a eso se han sumado cuatro universidades nuevas de la región que no estaban en el programa inicial del BID. Esto es muy bueno porque se generan relaciones, no solo entre las universidades, sino entre las emprendedoras. Yo estoy promoviendo que haya proyectos colaborativos. Que, si una emprendedora de Ecuador está tomando un tema de, por ejemplo, medio ambiente y una de Argentina también está entrando con esa problemática, que se puedan unir y tal vez puedan generar una solución conjunta que va a tener más potencial que si lo hace cada una por separado. Después estamos desarrollando un summit regional y un sistema de mentorías cruzadas entre países para que se pueda mentorear a emprendedoras que quieran entrar en otros territorios de la región. Cuando uno piensa en todo lo que puede agregar valor, es apasionante.
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