Martín Salvetti, subsecretario de Educación de Lomas de Zamora (Pcia. de Buenos Aires), participó en una entrevista pública en el auditorio de Ticmas en donde habló de todo. Se lo notó molesto, por momentos; una imagen inusual en una persona que siempre tiene buen humor. Pero el enojo —si en tal caso se puede decir así— no era ni con las preguntas ni con la situación de la escuela, sino con aquellos que imponen una mirada crítica que solo pretende atacar y, usando una palabra que mencionó varias veces, devastar la escuela.
Con la responsabilidad de atender a casi cien mil estudiantes, Salvetti lleva poco más de dos años en la gestión y todavía se siente un aprendiz. Con el espíritu de apertura que tiene todo aquel que quiere aprender, planteó insistentemente la necesidad de plantear una construcción colectiva en la educación. “Hoy soy funcionario público de Lomas de Zamora”, dijo, “pero no me olvido de la mirada que tenía como docente. Yo se la transmití a mis estudiantes y en ellos se despertó la vocación y hoy trabajan conmigo. A dónde voy quiero que vengan para que sigan aprendiendo. Creo que esa es la tarea de los funcionarios: seguir aprendiendo”.
—¿Cómo tomás el pulso de lo que pasa en las aulas?
—Yo sigo entrando a las aulas. Las recorro como funcionario. Nunca dejé de ser un niño ni de ser un docente. Hoy como funcionario sigo sintiendo lo que siente el docente y lo que siente los estudiantes. Cuando recorro las escuelas sigo llevando los veintiséis años de docente. Creo que en los lugares donde se discute la educación está faltando la voz de los jóvenes, de los estudiantes. Es fundamental rescatarla. Para aquellos que hablan de la crisis educativa en la que estamos viviendo, tenemos que escuchar a los estudiantes. Nosotros podemos hablar de desalfabetización, pero en ningún lugar estoy escuchando la voz de ellos. Los cambios en educación pueden suceder cuando los funcionarios bajemos y logremos una gran mesa de consenso, donde los estudiantes sean protagonistas.
—¿Llegaste a ese consenso en Lomas?
—Sí, con estudiantes trabajando conmigo y reuniéndome después de cada actividad con los estudiantes que visitamos en las escuelas. Y charlando con los docentes. Y haciendo que participen los docentes en los equipos en los que trabajamos nosotros. Inculcando a los estudiantes a que sigan formándose como docentes. Esa es, para mí, la gran construcción colectiva que tiene que hacer la educación. Hay muchas becas, pero no hay becas para motivar la carrera docente. Si queremos que la educación sea el primer eslabón de la Argentina hay que fomentar la vocación docente para tener a los mejores docentes del mundo.
—Dentro de los programas de trabajo que llevan adelante, está el ingreso de la tecnología en el aula con programación y robótica. ¿Se puede hacer un balance de impacto?
—El otro día fuimos al colegio agrotécnico de Santa Catalina, un barrio muy humilde. Ahí no tenían robótica, no tenían tablets. Y cuando fuimos, un tercer grado había desarrollado a través del pensamiento computacional y usando un diagrama de flujo cómo pelar un pollo. Ahí decís: “¡Epa! Acá sí tuvo incidencia del programa”. En otros lugares pasa que las cajas están sin abrir. Creo que todo pasa por el compromiso del docente y la gestión de los equipos directivos.
—¿Están haciendo programas de formación docente?
—Nosotros hacemos capacitaciones. Esta semana en RCP; todos los docentes de Lomas tienen que saber RCP. Trabajamos con la Secretaría de Salud. Las escuelas pertenecen a la provincia de Buenos Aires y para que el docente salga del aula tiene que tener el permiso de la provincia. Entonces nosotros invitamos a los docentes para trabajar las necesidades que vemos que faltan.
—Decías recién que no dejaste de ser estudiante, pero nosotros ya somos estudiantes grandes y los chicos tienen otras formas de aprender, otros reclamos. ¿Qué dicen los chicos?
—Que se aburren. Tiene que haber una escuela participativa. Nosotros llegamos con el programa Dale voz, con podcasts y radios escolares, y hay mucha participación juvenil. Hay mucha participación juvenil. ¿Esos chicos están desalfabetizados? No lo creo. No sabes cómo hablan. No sabes cómo comprenden, cómo se expresa. Entonces, veamos qué herramientas estamos utilizando porque esos chicos tienen comprensión. Me acuerdo que cuando yo iba a la escuela secundaria, recortábamos letrita por letrita, pegábamos todo, bien armado, buscábamos el sujeto y el predicado, leíamos de punta a punta de corrido, y no nos sabíamos expresar, no sabíamos cómo comunicarnos. Entonces hay que analizar qué es lo importante. Yo tengo muchos amigos que no sabían leer y escribir, y hoy son grandes empresarios, grandes comerciantes. Hay que analizar los problemas desde la educación, pero no devastarla, no echarle toda la culpa a la educación.
—Creo entender a dónde vas con tu respuesta, pero es un tema que los chicos de tercer grado no comprendan lo que leen.
—¡Totalmente! Y te puedo asegurar que hay chicos más grandes que tampoco comprenden lo que leen. Y también hay padres que no comprenden lo que leen. Lo que pasa que no tenemos que devastar la educación. Hay que trabajar en conjunto, hay que hacer una mesa donde nos sentemos todos y definir por dónde ir, porque, si no, aparecen los inspirados del día. Cuando vinieron con el polimodal y destruyeron la escuela técnica, hoy lo estamos sufriendo. Los que tenemos muchos años en educación sufrimos el hostigamiento de que la escuela y la educación no sirven. Hay que hacer una construcción colectiva y no se puede quedar nadie afuera.
—¿Qué temas tienen que aprender los docentes?
—La formación docente es fundamental. ¿De qué? Si hoy hablamos del avance de la tecnología, a veces los docentes quedamos afuera de eso. Después, formación en emociones: tenemos estudiantes con mucha diversidad y, si queremos realmente ser una escuela inclusiva, tenemos que formarnos. Tenemos que fortalecernos. No devastarnos. No quiero escuchar discursos que devasten la educación. En la educación hay que construir. Todos los chicos que vienen a la escuela, vienen con una problemática. Si nosotros les agregamos más problemas y les agregamos más conflicto, es muy difícil educar. Tenemos que empezar a consensuar, porque si no está todo mal y aparecen los caídos del catre que opinan tirando agua para su molino, y ahí es donde nos perjudicamos todos.
—¿Qué aprendiste como funcionario que se puede llevar al aula?
—Llevo muy poco tiempo, dos años y medio. Creo que aprender a ser funcionario lleva bastante tiempo. Por eso respeto a todos los funcionarios políticos. Gestionar es muy difícil. Creo que aprendí a tener otra mirada para volver al aula y gestionar con más herramientas la diversidad de estudiantes que hoy tenemos en las aulas.
—¿Y al revés? ¿Qué aprendiste que aprendiste en el aula que pudiste llevar a la gestión?
—La escucha. Escuchar, pensar y empatizar.
—Pero me imagino que, en la gestión pública, el tiempo es distinto. Hay otra urgencia.
—La herramienta que vos tenés es la planificación. La planificación del aula, la llevás a la gestión. Me di cuenta un año después que había que planificar porque si no la vorágine del día a día te come. Pero con la planificación mejorás mucho en la gestión.
—¿Qué programas comenzaron en Lomas que te gustaría que continúe? Lo digo pensando en un año electoral donde puede haber cambios en los ejecutivos.
—Yo soy un funcionario público seleccionado para el puesto por Martín Insaurralde, que seguro va a volver a ser intendente del municipio de Lomas de Zamora. No soy indispensable, pero espero que aquel que continúe en mi cargo continúen con los cuatro o cinco programas fuertes que estamos llevando adelante. El programa de alfabetización “Contala”, en barrios vulnerables. El programa “Dale voz” donde construir espacios para que las voces de los chicos y las chicas sean protagonistas. El programa de prácticas profesionalizantes “Insertarte”. La semana pasada nos juntamos con 95 empresarios gastronómicos para que se sienten con las escuelas de educación especial que tienen formación en gastronomía. Otros: programación y robótica. Después hay que valorar el trabajo que se está haciendo en nuestras escuelas municipales: tenemos sobre arte dramático, sobre teatro, sobre jardinería. Se ha trabajado mucho sobre eso. La directora de las escuelas superiores hizo un trabajo notable, donde ahora los estudiantes de ahí tienen un título reconocido por la provincia de Buenos Aires. Con todo eso hay que continuar.
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