El educador Darío Alvarez Klar fue uno de los relevantes invitados que visitaron el auditorio de Ticmas en la última edición de la Feria del Libro de Buenos Aires. Alvarez Klar, que durante años se desempeñó como asesor y consultor de entidades y empresas ligadas al área educativa, hoy dirige la Red Itinere, un espacio que ve lo educativo más allá del aula. En diálogo con Patricio Zunini, el especialista reflexionó sobre la educación del hoy y del mañana.
La red
“Mi concepto de red personal, en la vida, es aquello que une personas o elementos y al mismo tiempo sostiene las cosas que ahí suceden”, explicó Alvarez Klar, que ejemplificó: “Una red puede ser un colegio con veinte niños, las familias, los docentes y el entorno. Eso ya es una red y lo que hemos hecho fue hacer crecer esa red y que se reproduzca en nuevas instituciones y en nuevas comunidades”.
El crecimiento de Itinere a través de las redes hace que hoy tenga más de 5.000 alumnos, muchos puestos de trabajo, comunidades: “Se ata con muchas otras entidades públicas, privadas, empresas y organismos. Armar una red es unir en torno a un objetivo. En el caso de la educación: las redes educativas se hacen en torno a una mejor educación, se espera que sean transformadoras”.
Sostener en el tiempo
“Pasan cuatro presidentes y quizás el niño o niña está en el mismo colegio. Por lo tanto hay algo de la coherencia de la filosofía educativa, del proyecto que tiene que actualizarse y continuar porque una familia lo elige por muchos años”, destacó Alvarez Klar con respecto al desafío que trabajan en su organización.
El especialista planteó que si bien “el colegio no puede ser a la carta, pero sí debe ser flexible. Creo que cuando te basás en principios y valores universales como el respeto, el sentido de justicia, la aceptación de la diversidad y celebrar esa diversidad, la actitud de superación constante de chicos, pero también de adultos. La actitud de seguir aprendiendo, el desarrollo profesional te va manteniendo actualizado como comunidad”.
“Lo que aborrezco, y muy en especial en las organizaciones educativas, es el ‘acá siempre se hizo así y siempre se va a hacer así’. Bueno, es una gran contradicción que habla de la quietud de los cementerios. Ese cambio y la innovación siempre debe estar presente, sin ser un acto neurótico”, reflexionó Alvarez Klar.
Una educación a partir de las experiencias
Siguiendo el espíritu de red, el director de Itinere sostiene que no solo hay que formarse sino también mantener el diálogo con especialistas, con empresas, y “estar atentos qué hacen chicos, chicas, y jóvenes fuera de la escuela”.
En esta misma sintonía del cruce de especialidades, Alvarez Klar recordó su paso por el sello Edelvives, luego de su paso por gestión de colegios. “Yo digo que todas las experiencias de vida o profesionales te enriquecen o te dicen qué no hacer”, aseguró. Y reflexionó: “El concepto editorial creo que la gran riqueza que te da es poder pensar en herramientas, en libros, en contenidos, en experiencias didácticas para una persona que no conoces. Vos vas a hacer un libro, una plataforma para alguien que no sabés quién es, ni cómo lo va a usar. Y va estar mediado por un docente que tampoco conozco. Esa idea- entre comillas- de la despersonalización te sirve para objetivar procesos de aprendizaje para luego en la escuela personalizarlos”.
La curiosidad no mata
La curiosidad es una de las herramientas claves que manejan en Itinere para pensar las escuelas que quieren para los alumnos. “El gran condimento es despertar la curiosidad. Si soy curioso aprendo, me pregunto, me dan ganas de saber. La curiosidad es algo que la escuela debe despertar”, destacó.y planteó que se trata de “no tenerle miedo al error, de trabajar con otros sin competir, salvo el desarrollo de competencias de qué me enriquezco con el otro”.
“Alumnos que sean flexibles de pensamiento. Sensibles en lo social y en lo humano. Empáticos, comprometidos y que tengan además de la curiosidad: sueños. Yo sigo diciendo que para mí trabajar en educación es seguir soñando que se puede cambiar la realidad”, planteó el invitado.
La familia que acompaña
Otra de las figuras claves para la red Itinere es la familia del alumno: “Familia es lo que cada uno define como familia. Es un concepto ecléctico, cambiante; los libros antiguos dibujaban a un papá, una mamá, varón y mujer, perro, casa y humo. Eso era familia”.
Y agregó: “Hoy familia es lo que cada uno considere que es familia, quien cría, quien cuida. Yo espero a una familia que adhiera a los valores que anunciamos, que tengas las ganas de acompañar el proceso de su hijo y que al mismo tiempo entienda que en los colegios de la red se pueden dirimir las diferencias planteando todo de una manera respetuosa, en un momento adecuado y estar dispuesto a que la respuesta que reciba puede no ser la que espera”.
Docentes alumnos
“Dentro de la red decimos que el desarrollo profesional es esencial; tiene que ser parte del impulso que un docente tenga per sé, que le interese seguir estudiando, que los colegios lo acompañen, lo impulsen, que inviertan en eso, pero que al mismo tiempo saber que estamos en un contexto- pasa en Argentina y pasa en Uruguay- que un docente podría recibirse y nunca más estudiar, pero trabajar toda la vida”, reflexionó Alvarez Klar con la necesidad de pensar en docentes alumnos; es decir docentes que aprendan y no solo enseñen.
“La profesionalización no trae todas las respuestas. Es seguir buscándolas, es seguir estudiando”, aseguró y planteó que hay que relacionarse con otros especialistas para generar debates de reflexión.
Tecnología en las aulas
El avance de la tecnología en las aulas es un hecho, y para Alvarez Klar de lo que se trata es de “construir ciudadanía digital”. Y destacó que el uso del teléfono móvil “no puede ser una pelea entre la autoridad pedagógica y el alumno. Tiene que estar, como el ChatGPT. ¿Hay riesgos? Sí, pero también hay posibilidades”.
“Lo que tienen que cambiar son los criterios de los adultos. Yo ya no puedo corregir un trabajo que lo puede hacer un chat. Si quiero pensar si está bien o mal, va estar bien porque va a estar hecho por inteligencia artificial. Ahora bien, ¿el alumno sabe de qué se trata? ¿puede dar cuenta de eso? ¿podría reformularlo?. La tecnología es un gran aliado, no es la solución. Hoy pensar que la educación y la tecnología tienen que estar divorciados es un capricho”, sostuvo el especialista que destacó que además diversos estudios marcan que el impacto del uso de las tecnologías tiene más que ver con lo emocional que con el aprendizaje.
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