El 70% de los estudiantes mejoraron la entonación, el respeto a signos de puntuación y la expresividad en la lectura, según los resultados de una prueba piloto del Programa de Fluidez y Comprensión Lectora de la Ciudad de Buenos Aires, en la que participaron 10.000 chicos de 4° grado de escuelas estatales y privadas durante el año pasado.
Además, la mitad de los estudiantes mejoraron el ritmo y la velocidad de lectura, y redujeron de forma significativa los errores. En la misma prueba, los resultados de comprensión lectora mejoraron en 13,8 puntos porcentuales.
De acuerdo con un informe difundido hoy por el Ministerio de Educación porteño, la mejora se dio entre septiembre y noviembre de 2022: en esos meses se tomaron dos evaluaciones para medir el impacto de una serie de hasta 40 sesiones de lectura y trabajo con materiales pedagógicos de lectura y escritura. Los estudiantes que participaron en más sesiones tuvieron mayores porcentajes de mejora, señaló la cartera que conduce Soledad Acuña. En la primera prueba (en septiembre) participaron 192 escuelas; en la segunda (en noviembre) participaron 144.
Tras la prueba piloto de 2022, este año más de 25.000 estudiantes de tercer grado de escuelas de gestión estatal y privada participan del Programa de Fluidez y Comprensión Lectora, que busca que los estudiantes que terminan el primer ciclo de educación primaria lo hagan con lectura fluida y comprensión de textos. Participan 595 escuelas: 469 estatales y 126 privadas.
“En la Ciudad cambiamos la forma de enseñar a leer, porque para conseguir otros resultados, hay que hacer cosas diferentes. Lo que se necesita es tener un plan, la decisión política para llevarlo a cabo y la determinación de invertir recursos”, dijo la ministra Soledad Acuña. Desde el Ministerio explicaron que la fluidez lectora es “la habilidad de leer con velocidad adecuada, precisión y con la expresión apropiada”.
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Inspirada en el modelo de Mendoza, la iniciativa consiste en la evaluación de estudiantes en tres momentos del año para generar un diagnóstico del nivel de lectura y comprensión de textos en tercer grado. Los instrumentos utilizados incluyen, por un lado, textos narrativos con consignas cerradas que los estudiantes deben leer y responder en voz baja; por el otro, textos para ser leídos en voz alta para valorar la fluidez y calidad de la lectura.
Uno de los objetivos fundamentales es poder “identificar tempranamente a estudiantes con mayores necesidades de apoyo: aquellos no alfabetizados y quienes se encuentran en proceso de alfabetización”, indicó el Ministerio. También apuntan a “hacer un seguimiento del progreso de cada estudiante durante el año”.
En la primera etapa, se plantea una evaluación al inicio del año para generar un diagnóstico del nivel de lectura y comprensión de textos con el que los estudiantes inician tercer grado. Sobre la base de los resultados, se aplican distintas estrategias para mejorar la lectura.
Luego se implementa una segunda evaluación a mitad de año para identificar el progreso y determinar si se debe realizar algún ajuste. Por último, a fin de año se realiza una tercera evaluación para determinar los avances y mejoras en la lectura, explicó el Ministerio en un comunicado.
Un aspecto clave del programa se vincula con “la capacitación a docentes para una efectiva intervención” y la distribución de “materiales de soporte orientados a docentes y estudiantes” para mejorar la fluidez y la comprensión lectora. De estas capacitaciones participaron 1171 docentes de escuelas estatales, 240 de escuelas privadas y 50 referentes de apoyo a la implementación de la iniciativa.
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