Las universidades ante el desafío de acercar distancias con bibliotecas anfibias

Liliana Lucchi, Lisa Balmaceda, María Fernanda Cid, bibliotecarias de la Universidad Austral, estuvieron presentes en la Feria del Libro, invitadas por Ticmas, para conversar sobre sus roles y reflexionar sobre el pasado, presente y futuro de sus bibliotecas digitales en convivencia con las físicas

Liliana Lucchi, Lisa Balmaceda y María Fernanda Cid. de la Universidad Austral (Foto: Agustín Brashich)

La Universidad Austral estuvo presente en la Feria del Libro con Liliana Lucchi, directora y coordinadora de las cinco bibliotecas de la entidad junto con Lisa Balmaceda, responsable de la Biblioteca de Ciencias Biomédicas, y María Fernanda Cid, responsable de Negocios en el IAE Business School. En una charla distendida conmigo, líder del equipo de contenidos editoriales en las bibliotecas digitales de Ticmas, las tres profesionales hablaron sobre el desafío de pensar una biblioteca física y digital en el siglo XXI.

Austral: pioneros en lo digital

Como sabemos, la pandemia marcó un antes y un después en nuestras vidas y el ámbito educativo no fue la excepción. Sin embargo, muchas universidades ya contaban con bibliotecas digitales o acervos de consulta online desde mucho antes. María Fernanda Cid explicó que esta “necesidad” fue muy temprana en el IAE --desde el 2001-- y que tuvo una inmediata y gran acogida por los estudiantes, en especial de los masters.

“Quisimos hacer una prueba porque nos enteramos que empezaban a aparecer los libros digitales y electrónicos y en el IAE siempre tratamos de tener tecnología de punta. Entonces empezamos probando, y luego la necesidad que surgió fueron los alumnos del interior”, explicó la directora y coordinadora, Liliana Lucchi. El “olvidarse de pasar por la biblioteca”, quedó en el olvido ante la posibilidad de contar con una biblioteca digital abierta 24/7, en especial para aquellos alumnos que no viven en la ciudad y que viajan a cursar de forma esporádica.

En cuanto a la pandemia, la biblioteca digital de la Universidad Austral tuvo una resignificación, aunque Lucchi explicó “No a nosotros --de las bibliotecas-- ya que todos estábamos convencidos que lo digital era el camino, que el libro impreso iba a estar conviviendo con el libro digital. Pero sí se dio cuenta toda la comunidad, pasaron a necesitarlo”.

Por su parte, Balmaceda señaló: “Desde el área de Biomédica con los alumnos de grado nos costaba mucho que quieran consumir el libro electrónico. Con la pandemia no tuvieron otra que acercarse al libro digital y eso venció esa barrera que tenían ellos y pudieron darse cuenta de los beneficios que tenía el libro digital “, Entre esos beneficios se destacan la posibilidad de consultarlo en todo momento y de tener un acceso ilimitado. Además, Balmaceda hizo un balance y destacó que si hace una comparación del uso actual de la biblioteca digital con respecto a cuatro años atrás nota un aumento del uso del 100% entre los alumnos de grado.

La biblioteca universitaria como una oportunidad del mundo anfibio. Panel moderado por Mariana Kozodij (Foto: Agustín Brashich)

Leer en digital

“En la escuela de negocios es una lectura obligatoria”, destacó Cid con respecto al catálogo digital que poseen. Balmaceda también destacó que en lo que corresponde a los estudiantes, profesores y médicos en el área de la que es responsable también se da una lectura profunda de los ebooks, que no solo funcionan como un mecanismo de consulta breve y devolución.

“También depende de cómo podés usar ese libro. Si es un libro que te podés descargar probablemente se lea con más profundidad. Si es un libro que tenés que leer online, probablemente hago una consulta”, diferenció Lucchi y agregó: “Las distintas modalidades que están en el mercado, que es nuevo, pero que es muy diverso ya que no hay un único modo de acceder”. Y reflexionó: “El mundo editorial tiene que cambiar, tienen que darse cuenta que no puede tratar al libro digital como al impreso”.

En busca del contenido necesario

Dentro del universo de las bibliotecas digitales, los bibliotecarios suelen enfrentarse a un gran problema: contenidos curriculares que no siempre tienen su correlato electrónico. Ya sea por tratarse de textos clásicos de décadas pasadas, por tema de derechos de autor, o porque no existe la posibilidad de su digitalización comercial.

Liliana Lucchi se sonrió --porque la búsqueda de ciertos contenidos puede ser una ardua tarea-- y agregó: “Empezamos una búsqueda y los llamamos a ustedes para empezar negociaciones para conseguirlo. También pasa que hay libros que se editaron hace muchos años, pero son fundamentales en esa materia que se está dictando. Y el profesor no quiere cambiar porque quiere ese libro porque considera que es necesario para el aprendizaje del alumno. Y ahí empieza la búsqueda hasta que conseguimos una empresa como ustedes que hacen la negociación con la editorial para ver si lo podemos digitalizar”.

Liliana Lucchi, directora y coordinadora de las cinco bibliotecas de la Universidad Austral (Foto: Agustín Brashich)

Una biblioteca 24/7

Ante la posibilidad de una “¿ansiedad?” de tener una biblioteca abierta 24 horas los siete días de la semana, Lisa Balmaceda fue categórica: “Lo manejamos con mucho entusiasmo”.

“Saber que la biblioteca está con ellos acompañándolos en todo momento y que no hay un horario. Eso es romper distancias, acercarnos al usuario desde todos los lugares. Nosotros desde el año pasado, post pandemia- para reforzar esto del libro digital y que sepan que está y que no se pierda con el encuentro- , colocamos en las estanterías un acceso con la portada del libro digital”, explicó Balmaceda. De esta forma los alumnos saben que además de la opción física también cuentan con la posibilidad del préstamo digital.

Ser un bibliotecario digital

“Ante todo el bibliotecario digital hoy se convirtió en un curador de contenido. Sabemos que los usuarios están invadidos por todo lo que es digital”, reflexionó Lucchi y destacó: “Los alumnos de grado necesitan información y entonces ¡Google!; entonces vos tenés que estar ahí para decirles mirá que hay muchas herramientas mejores. Tenés el libro digital y diversas formas, para eso nosotros tenemos que hacer un trabajo de curaduría entre todo lo que hay en el mercado, en lo que hay de acceso por suscripción y elegir lo mejor”

Además la Directora y Coordinadora de las cinco bibliotecas de la Universidad Austral comparó ser bibliotecario digital con la idea de ser “un árbitro” al tener que elegir contenidos de calidad para el ámbito universitario.

“Por eso el rol del bibliotecario cada vez exige un mayor perfeccionamiento. Día a día tenemos que estar capacitándonos, conociendo las nuevas herramientas, conociendo los nuevos recursos para poder ser un curador adecuado”, sumó Balmaceda. Cid agregó: “Además deben poder capacitar al usuario. No nos olvidemos que el usuario es el que pide la demanda del libro”.

Lisa Balmaceda, responsable de la Biblioteca de Ciencias Biomédicas, y María Fernanda Cid, responsable de Negocios en el IAE Business School (Foto: Agustín Brashich)

Un futuro

“Vamos a empezar a reírnos un poco”, bromeó Lucchi y contó que muchos de los presentes en el auditorio de Ticmas “hacíamos las fichas bibliográficas en máquinas de escribir; así estudié yo. Ni siquiera la microficha que cuando te la traían decías Guauuu”. Y celebró: “Hemos ido acompañando este crecimiento de la tecnología y nos vamos asombrando todos los días con lo nuevo que hay ¿dónde vamos a terminar? No lo sabemos, pero sabemos y confiamos que cada vez vamos a tener más recursos y libros digitales”.

“¿Serán libros más interactivos? No lo sé, pero sé que nos van a sorprender y vamos a estar felices”, destacó Lucchi. Balmaceda volvió a poner el foco en los lectores y en la necesidad de “acompañar el aprendizaje diario, ya que aprenden también día a día sobre estas nuevas tecnologías, sobre los nuevos accesos y recursos”. “Lo digital es el futuro en este momento”, resaltó Cid y todas las profesionales coincidieron en la importancia de lo anfibio y la convivencia entre lo físico y lo digital.

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